Recelos y reproches en la salud privada de Bariloche

El centro de radioterapia de la Comisión Nacional de Energía Atómica irrumpió en el sector privado de la salud, con gran cantidad de prestaciones. Hay sanatorios que obligaron a sus médicos a optar por una exclusividad.

La irrupción del centro Intecnus de medicina nuclear y su diversificación en otras prestaciones alteró el mapa del sistema de salud local, incluidos los dos grandes sanatorios privados cuyos directivos no ven con buenos ojos el avance de ese emprendimiento, gestionado por una fundación en la que participa la Comisión Nacional de Energía Nuclear (CNEA).

Quienes se sentirían perjudicados son el sanatorio San Carlos y el Hospital Privado Regional, que durante años absorbieron buena parte de los servicios demandados por prepagas y obras sociales y las prestaciones en general que exceden al hospital público.

La pulseada incluyó el “pase” de numerosos médicos de una institución a otra, con la conformación del nuevo plantel de Intecnus, que comenzó a funcionar en diciembre de 2017 en su vistosa sede ubicada sobre la ruta provincial 82.

Desde una firma de medicina prepaga aseguraron que entre las empresas de salud privada con mayor presencia en el mercado surgió la iniciativa de recurrir a la Justicia con una acción por “competencia desleal” contra la nueva institución, pero la versión no pudo ser confirmada.

La gerenta de asuntos jurídicos de Intecnus, Natacha Vázquez, negó que haya una demanda de ese tipo y que de existir nunca fueron notificados.

Este medio intentó contactar a algún directivo del sanatorio San Carlos, pero prefirieron no hablar del tema y propusieron remitirse a la Federación de Clínicas de Río Negro, que no respondió a la consulta.

El gerente general de Intecnus, Luis Rovere, aseguró que desconocen “en absoluto” que exista un litigio formal, aunque aceptó que hubo tiempo atrás situaciones de “tensión” con algunos médicos que se incorporaron a Intecnus.

Aclaró que esa entidad no les exige a los profesionales una relación de exclusividad, y que es normal que los médicos ejerzan de manera autónoma y para varios empleadores. Pero sí le consta que otros sanatorios han obligado a “escoger” a sus profesionales entre “quedarse o ir a Intecnus”.

El punto de roce sería la diferencia de formato y de finalidades entre el centro de salud gestado desde el Estado para cubrir prestaciones oncológicas que no existían en Bariloche y las instituciones puramente privadas.

El secretario de prensa del Colegio Médico de Bariloche, Iván Mosca, dijo que pudo existir una rispidez “al principio”, cuando Intecnus comenzó a brindar servicios, hace más de cuatro años, pero ahora la convivencia se normalizó y “no genera mayor inconveniente” en el ambiente médico.

Reconoció que en el nuevo escenario hay “una mayor demanda de médicos” y son muchos los que se han radicado en la ciudad en el último tiempo. A su juicio, si hay algún malestar ante la diversificación de la oferta de prestaciones que introdujo Intecnus es por “el contexto comercial” y observó que las distintas empresas e instituciones “necesitan mano de obra y cada médico elige su mejor opción”.

Pero Mosca descartó que exista una confrontación abierta entre los sanatorios e Intecnus. “No me metería desde el colegio a comentar un conflicto donde no lo hay”, afirmó.

Vázquez consideró importante destacar “cómo llegó Intecnus a Bariloche” y recordó que el punto de partida fue un decreto nacional 831/2015, que creó un plan nacional para “federalizar” el acceso a la salud mediante un programa de medicina nuclear destinado a garantizar ese tipo de prestaciones donde no existían. Hasta entonces los pacientes oncológicos barilochenses estaban obligados a viajar al Alto Valle.

Vázquez dijo que existen centros similares en Formosa, Santa Cruz, Mendoza, Entre Ríos y La Pampa, entre otras provincias. Subrayó que ese despliegue se inscribe en “una política pública nacional” y todos los centros son administrados por fundaciones, de las que CNEA forma parte.

Por su constitución no persiguen fines de lucro”, aclaró también la abogada. Esa característica sería la principal diferencia y el factor de rispidez más notorio con las empresas privadas, que se habrían quejado por la imposibilidad de equiparar la cuantiosa inversión del Estado en edificios y equipamiento altamente sofisticado, para brindar servicios mediante un esquema equivalente al de cualquier institución particular.

Desde Intecnus aclararon que el centro creado en Bariloche permite ofrecer prestaciones de radioterapia, quimioterapia y tratamientos oncológicos que antes no existían. Tienen servicio de rayos, laboratorio y otros, similares a los que se pueden encontrar en otras firmas privadas.

Vázquez agregó que Intecnus tiene una estructura destinada a la investigación y la formación permanente de profesionales en medicina nuclear y física médica.


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