Un estudio del recurso pesquero en el Golfo San Matías alerta por su «sobreexplotación»
Esa conclusión corresponde a la merluza, con un “escenario inédito para la historia” de su stock, indica el monitoreo científico. La baja de esa especie se explica en el crecimiento de la captura del langostino y de la sobrepesca. Todo se agrava con la falta de información por años.
Un estudio científico confirmó la “sobreexplotación” pesquera del recurso en el Golfo San Matías, particularmente de la merluza, y se recomiendan “inmediatas” medidas de limitaciones en la actividad. Frente a esa necesidad, las autoridades gubernamentales se reunieron con representantes de la actividad en el Consejo, procurando acordar acciones conjuntas. En ese sentido, el gobierno provincial declarará la emergencia en el sector y se evalúa la ampliación del período y alcances de la veda de la especie.
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La campaña de Investigación Pesquera ReDe 2022, Monitoreo de Merluza y Especies Demersales en el Golfo San Matías arrojó un informe científico del estado de conservación pesquera, planteando que el “stock de merluza” presenta un “escenario inédito en la historia de la pesquería” por su “sobreexplotación” y plantea medidas “inmediatas para reducir la mortalidad por pesca y detener” el deterioro.
El Consejo Pesquero, que integran funcionarios y representantes de los sectores, fue informado la semana pasada de las conclusiones y se reunió ayer en la búsqueda de acordar acciones conjuntas.
El relevamiento pesquero anterior se cumplió en el 2018 y, en el último período, la captura del langostino en el Golfo San Matías se incrementó por su rentabilidad. Se confirmó que esa irrupción tuvo un fuerte impacto en la reserva de la merluza.
El estudio de noviembre pasado detectó una “caída muy importante del indicador de rendimiento pesquero (capturas por hora de arrastre) y en la biomasa del stock” de la especie.
Se explica que “la reducción” comprende “todo el espectro de tamaños”, que concluyó que la disminución “en el número de individuos por área barrida fue superior al 50%”.
El análisis considera que el actual estado del “efectivo pesquero de merluza (rendimiento, biomasa y estructura poblacional)” presenta un “escenario inédito para la historia del stock” en el Golfo, reafirmando que la merluza “se encuentra actualmente en un estado de sobreexplotación”, a partir de “sobrepesca de crecimiento (reducción de las cohortes de reclutas) con sobrepesca de reclutamiento (reducción de la abundancia de los reproductores de mayor talla/edad)”.
Propone un ”análisis integral de mediano y largo plazo” para “disponer de un diagnóstico más preciso de la situación en la que se encuentra el recurso y para evaluar posibles estrategias de explotación”.
El informe destacó que “a esta situación se ha llegado luego de cuatro años de falta de información científica”, es decir, “escasez de datos de la composición de edades de las capturas”, que se “recopila habitualmente” con muestreos a bordo y posteriores procesamiento, y de las campañas de monitoreo. Remarcó que la “única fuente de información disponible” se concentró en “estadísticas de desembarcos que se recopilan a través de los partes de pesca”.
En su evaluación, los técnicos repasan la disminución de los desembarcos anuales de merluza, con su nivel más bajo en 30 años, en el 2017, y la derivación de la “mayor parte de la flota arrastrera” a la pesca del langostinos.
Esa conversión igualmente se advirtió en la merluza porque en la pesca del langostino se informa de un alto porcentaje de descartes de aquella especie. Así, los “rendimientos y desembarcos de merluza” en los últimos años debe evaluarse en “un escenario de transición”, considerando los cambios en el “arte de pesca” y la “permanente reorientación del esfuerzo dedicado a una especie u a otra”, como la prioridad general del langostino. Por eso, se advirtió un “esquema de manejo sumamente flexible” en el arte usado “por la flota arrastrera, zonas de operación autorizadas y a la extensión de la temporada de pesca de langostino”.
Aún su referencia por la precariedad de información, el trabajo alude que en las conclusiones del trabajo del 2018 se advirtió que el “descarte de merluza” en la pesca de langostino podía “estar causando una pérdida adicional de biomasa del stock de merluza”.
Habrá declaración de emergencia para el sector
En la reunión del Consejo Asesor Pesquero de ayer se confirmó que la gobernadora Arabela Carreras declarará la emergencia en el sector, previendo exenciones impositivas de Río Negro y, además, la gestión ante Nación de otros beneficios tributarios y de financiamiento para la actividad.
En el encuentro participaron la subsecretaría de Pesca, Jessica Ressler, los legisladores Luis Noale y María Gemignani, como también, representantes del municipio de San Antonio, de la secretaría de Ambiente y Cambio Climático; de pescadores artesanales, de sindicatos y de cámaras empresariales.
La emergencia es una respuesta en la coyuntura y, por eso, otras medidas también se evaluaron, como ciertas mayores limitaciones a la pesca.
Actualmente, la veda de captura para la merluza se limita a dos meses, puntualmente a octubre y noviembre, que es época de reproducción de la especie, y se concentra en los barcos industriales.
Esas restricciones se ampliarían, según una de las acciones en análisis.
Se evalúa su extensión en tiempo, es decir, más de dos meses y, también, su alcance a otros partícipes del sector, como los pescadores artesanales.
La subsecretaria Ressler remarcó que esas decisiones se debatirán y se resolverán en el seno del Consejo Asesor, destacando la determinación de encuentros más permanentes. Se prevé otra convocatoria para la próxima semana.
En la anterior reunión del Consejo, a fines de abril, fue cuando sus integrantes se anoticiaron de los resultados y las conclusiones de la Campaña del Monitoreo, realizada por el Buque de Investigaciones Pesqueras y Oceanográficas, propiedad del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP). El Jefe de esa Campaña de noviembre pasado fue el biólogo Matías Ocampo.
La Provincia pide acordar y aplicar acciones conjuntas
La subsecretaria de Pesca, Jessica Ressler reiteró la postura provincial de una respuesta de consenso de todos los actores de la actividad.
La funcionaria reivindicó una “mirada ecosistema” y buscar soluciones “entre todos los actores” de la actividad.
El objetivo -explicó Ressler- es acordar acciones conjuntas con “consciencia y responsable”, buscando “aunar” y acordar acciones aún las lógicas “diferencias de intereses”.
Ressler reconoce que la prioridad gubernamental es un trabajo conjunto por encima del estricto rol fiscalizador y de autoridad de aplicación fijado para la Provincia.
La expedición se realizó por el convenio de asistencia técnica entre la Provincia y el Conicet. Su costo llegó a 24 millones, con un aporte nacional de 9 millones y el resto del Estado rionegrino, esencialmente recursos del Fondo de la actividad.
Las operatorias diferenciadas y las limitaciones planteadas por los técnicos
El análisis incluye recomendaciones, a partir de “un objetivo prioritario y particular” centrado en “ reducir la captura incidental de merluza en la pesquería de langostino y de juveniles en la pesquería dirigida a merluza”.
En esa línea, se propone la “reducción el esfuerzo de pesca (horas de arrastre) directo e indirecto para la flota arrastrera dirigida a merluza”, planteando ese recorte durante el 2023 “en una magnitud significativa”.
Además, pide una “operatoria diferenciada para la flota de arrastre”, es decir, “distinción inequívoca respecto a qué recurso dirige la pesca cada embarcación, con un único aparejo”. Fijando el “uso de aparejo y redes langostineras con dispositivos de selectividad “, como también, “escape de juveniles en redes merluceras”.
Se alienta que exista “temporadas de pesca y zonas habilitadas” para “langostinos con fecha clara de apertura y cierre”, y “establecer vedas móviles.
Otra recomendación corresponde a “extender el sistema de monitoreo satelital a la totalidad de la flota de arrastre”, y la inmediata puesta en marcha del Programa de Investigación y Asistencia Técnica para el Monitoreo y Formulación de Planes de Manejo de las Pesquerías del Golfo San Matías, con un convenio entre la Provincia y el Conicet.
Un escenario “inédito y preocupante”
Inédita y preocupante. Así calificó el biólogo Raúl González a la situación que atraviesa el Golfo con respecto a su stock de merluza, que, desde 1970, es la especie en la que el sector basa su actividad.
“Hoy la biomasa total (que es la disponibilidad del recurso) es una quinta parte de la histórica. Estamos en un escenario en el que el stock pesquero (lo que efectivamente podría capturarse) estaría por debajo de las 5.000 toneladas. Algo que ya están sintiendo los pescadores, que se preguntan por qué la merluza no aparece” apuntó.
“Esto no hubiera pasado con una política pesquera que hubiera hecho cumplir con las pautas, que establecen planes de manejo adecuados. En los últimos 5 o 6 años, con el arranque de la pesca del langostino, hubo una expansión inédita de la flota pesquera, que hoy está al doble de su proporción histórica”.
Ocho años de trabajo para su recuperación
“Habrá que esperar al menos 8 años para que, con el cumplimiento estricto de todas las recomendaciones, vuelva a recuperarse la biomasa histórica de merluza en el Golfo” sentenció el biólogo Raúl González, al hablar del difícil escenario.
Lo ejemplificó con lo ocurrido en Estados Unidos con el “bacalao del Atlántico Norte. Cuándo hay semejante desequilibrio en el ecosistema marino se genera un efecto dominó, con consecuencias insospechadas.
Aquí la sobreexplotación de un recurso como el langostino no sólo generó esta merma de la merluza, sino que además, por lo que vamos estudiando, también provocó una baja en la abundancia y diversidad de otras especies marinas, que también forman parte de nuestras pesquerías, y eso también es una señal de alerta” subrayó el biólogo.
Los pescadores y la poca disponibilidad
Los pescadores artesanales de San Antonio, quienes realizan capturas a bordo de pequeñas lanchas, están movilizados y buscan visibilizar la difícil situación que atraviesan. La poca disponibilidad de un recurso esencial como la merluza es uno de sus puntos centrales.
“Muchos están parados porque no les alcanza para sostener lo que sale pagar el combustible, la carnada y la mano de obra de una salida al mar. Hay poca merluza, todo se complica. Y el langostino aún no apareció”, relató Rodolfo San Matías” relató Alejandro Sarmiento.
“Somos 100 empadronados en las lanchas artesanales. De ellas 14 se dedican al buceo para captar mariscos. El 86% vivimos de la pesca de otras especies y esta crisis se hace sentir más que nunca” dijo Enrique Dowbley, quien lidera una asociación que nuclea a los artesanales.
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