Salarios en salud: la brecha entre el sector público y el privado condiciona en Río Negro

La estabilidad que ofrece el hospital choca con los mejores ingresos que ofrecen en sanatorios y clínicas. Las guardias se cobran el doble. La migración de profesionales es constante.

Aunque en parte los conflictos salariales que dominaron la primera parte del año ingresaron en una tregua, la salud pública de Río Negro atraviesa una crisis que está lejos de ser superada, según reconocieron los principales actores del sistema, que señalaron como uno de los problemas clave la diferencia de remuneraciones con el sistema privado.

La necesidad de asegurarse mejores ingresos es invocada una y otra vez por mucamas, enfermeros, médicos y otros profesionales que migran hacia los sanatorios particulares o piden desligarse de la dedicación “full time” para poder trabajar de manera mixta, con una pata en cada sistema.

“Es una realidad que se cobra mejor en el privado”, aseguró el delegado en Bariloche de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad, Esteban Romero. Ese sindicato representa a todo el personal de sanatorios, clínicas, laboratorios y centros traumatológicos, con excepción de los médicos.

Según el dirigente, existe una “migración” continua por los sueldos desde la salud pública, pero también señaló que influyen otras variables como la “estabilidad” que solo garantiza el Estado. Recordó que entre 2018 y 2019 se produjo la quiebra y cierre del sanatorio del Sol, “que dejó a 182 familias en la calle” y ese antecedente pesa a la hora de elegir.

El hospital público de Bariloche tiene servicios especiales que en el sector privado no existen, como la terapia intensiva pediátrica. Foto: Chino Leiva

Más azarosa es la situación de los médicos que dejan el sistema público para trabajar en consultorios particulares bajo régimen de facturación, con las obras sociales y prepagas como empleadores, y si bien las cifras son tentadoras pasan a depender de la periódica actualización de los honorarios y de los plazos de pago, que les generan serios perjuicios en tiempos de alta inflación.

El director a cargo del hospital zonal Ramón Carrillo, Víctor Parodi, explicó que la opción de mudarse al terreno privado no es igual para cualquier médico y depende de la especialidad, ya que algunas casi no tienen demanda fuera de la salud pública.

Dijo que la ecuación a la hora de estimar ingresos debe tener en cuenta que “en el hospital un gastroenterólogo gana lo mismo si en el mes hace tres endoscopías o diez, o quince”, mientras que en el privado cada una de esas prácticas engrosa sus ingresos. Estimó que en los valores actuales “con tres estudios en el ámbito particular a lo mejor gana lo mismo que en un mes” en el sistema público.

Pero también observó que “Bariloche no da para todos” y si hay sobreoferta en alguna subespecialidad no tarda en repercutir en una caída de las remuneraciones.

Asimetrías cada vez mayores

Parodi señalo que hoy un médico que recién se inicia, sin guardias, por un cargo de 44 de trabajo semanal con dedicación full time cobra entre 800 mil pesos y 1.000.000 pesos. Esa suma no incluye extras por guardias, que si se realizan en forma intensiva (a un alto costo en stress y sobrecarga) pueden hasta duplicar el sueldo base.

El sector privado de salud tiene sueldos más altos. Foto: Chino Leiva

Desde la Asociación de Técnicos y Profesionales del Hospital dijeron que si bien el Estado mejoró el pago por los puntos de guardia, ese tipo de servicios “en el privado se cobran el doble”.

Si se toma la totalidad de la administración pública en Río Negro está a la vista la disparidad en los salarios es un condicionante que solo afecta al sistema de salud. En Educación no ocurre lo mismo porque las escuelas privadas en general no tienen salarios muy superiores, ni una política de captación para absorber docentes que trabajan en el Estado.

Tampoco ocurre en la Justicia, donde es más bien al revés. Por los buenos sueldos y por la buscada estabilidad, son muchos los abogados particulares que pugnan en los concursos por ingresar a la magistratura, o incluso a cubrir otros puestos menores en el organigrama judicial. La policía, por su parte, acepta como normal que los agentes hagan “adicionales” como vigiladores privados para complementar sus remuneraciones.

En Salud Pública la realidad es otra. Existe la dedicación full time con “inhibición de título” para las dedicaciones horarias más extendidas (de hasta 44 horas semanales), mientras que otras dedicaciones de 20 y de 30 horas sí permiten el desempeño de tareas alternativas y son hoy las que prefieren los profesionales.

Parodi dijo que el tema “es realmente complejo” y difícil de resolver sin un cambio de paradigma que hoy no parece estar en la mesa de discusión. Aseguró que “no existen renuncias masivas” para salir del hospital rumbo a los sanatorios y clínicas, pero sí admitió que la cantidad de personal se redujo, por las salidas en goteo y también por las jubilaciones y otras bajas que no se cubren en forma automática.

Señaló que los pedidos de reemplazo son enviados al ministerio de Salud, que habilita o no según el caso, en lo que definió como “definiciones políticas”.

Parodi dijo que la diferencia de ingresos para el trabajador que garantizan uno y otro modelo “no siempre fue igual” y la crisis reciente lo puso en evidencia. “Hubo épocas en las que estábamos bastante equiparados, pero hoy eso se terminó. Yo diría que nunca volvimos a tener las condiciones que había en la prepandemia”, dijo el médico.

Puestos sin cubrir

Fuentes de la Asociación de Técnicos y Profesionales del hospital barilochense señalaron que si bien el conflicto salarial “se desactivó un poco” en los últimos dos meses, quedan muchos puntos sin resolver, entre ellos la dificultad de los médicos para cubrir el costo de vida en esta ciudad, “que es casi la mitad si uno va a Viedma o a otros puntos de la provincia”.

Señalaron que en algún momento un médico con una dedicación full time podía ahorrar y desarrollar un proyecto personal, pero hoy no, porque un alquiler promedio demanda la mitad de un salario con dedicación full time.

Dijeron que por la misma razón es cada vez más complejo cubrir los puestos vacantes, especialmente entre médicos y enfermeros.

Alicia Santibáñez es enfermera profesional, trabaja en el hospital público de Bariloche desde hace 35 años y es delegada del sindicato Asspur. Aseguró que el personal “se está yendo al privado de manera constante”, al punto de que el plantel de enfermería llegó a tener 120 personas y hoy son no más de “88 u 89”. Dijo que lo mismo pasa con los médicos, que “se van, o piden el desbloqueo de título para poder trabajar en los dos”.

Santibáñez señaló que una enfermera ingresante en el hospital público cobra 750 mil pesos y “el sueldo de un cirujano no es mucho mayor, parte de 900 mil pesos”, que son valores impensables en el campo privado, donde si bien debe acomodarse a un régimen de facturación, con pago de impuestos y sin ingresos fijos “se gana mucho más”.


Definiciones postergadas sobre el “perfil” del sistema sanitario


Cuando se multiplicaron voces de protesta desde los gremios y los colectivos de trabajadores “autoconvocados” en la puja salarial de marzo y abril, el gobierno decidió convocar a una “mesa de Salud” con todos los sectores. Pero las soluciones igual están lejos, porque la decisión expresa fue la de no discutir allí las remuneraciones, que quedaron reservadas para la paritaria.

Algunos de los trabajadores consultados aceptaron igualmente que el debate “de fondo” es necesario y destacaron la importancia de no postergar más las definiciones sobre “la salud pública que se quiere en la provincial. Porque a lo mejor no se quiere ninguna, y a este paso llegará un momento en que nada tendrá sentido y lo mejor sería cerrar el hospital”.

Señalaron que “por momentos parece como si quisieran disminuir de a poco” el sistema público, “recortarlo, para favorecer al privado”. Pero observaron que algunos servicios y especialidades no son cubiertas por nadie fuera de la red de hospitales y centros de salud sostenida desde el Estado.

Por ejemplo el hospital barilochense cuenta con una terapia intensiva pediátrica que llevó años conformar y no tiene equivalente en el sistema privado. Lo mismo ocurre con el laboratorio de biología molecular, que permite realizar testeos de covid y de hanta. Otro servicio que el privado no brinda. Algo similar ocurre con Salud Mental, un área cada vez más demandada.

Uno de los médicos que aportó su mirada dijo que cada vez son más los que se quedan en el hospital porque eligen ese formato por convicción, hasta por una cuestión ideológica, al margen de lo económico. Dijo que hay servicios y especialidades médicas “que no son rentables, y no lo van a ser nunca”, y requieren definiciones por parte del gobierno que todavía están pendientes.

La enfermera Santibáñez, referente de Asspur, dijo que “diferencias salariales hubo siempre”, pero la situación en la salud estatal “se deterioró muchísimo en los últimos meses” y el éxodo de personal es cosa de todos los días. Señaló que en enfermería del hospital hay vacantes sin cubrir desde septiembre, lo cual “resiente el servicio”.

 Sostuvo que las diferencias son notorias no solo con el sistema privado sino también con la salud pública neuquina, donde “hay un convenio colectivo, otro salario y otro reconocimiento profesional”.


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