Reflotan un plan para cobrar peaje en las rutas petroleras en Vaca Muerta
En principio el plan es hacerlo sólo en la Ruta Provincial 67 que une la 51 y la Nacional 22. Se aclaró que sólo lo pagarían las empresas que trabajan en al actividad hidrocarburífera. Hay más reclamos por el estado de la Ruta 5 hacia Rincón.
Asfalto detonado ondulado y con baches. Banquinas descalzadas que cuando se forman ríos de lodo que descienden de las bardas crean socavones. Hay siete cañadones en la Ruta 5 desde su cruce con la 7 hasta Rincón de los Sauces y los que más tardan en desaguar son el Carranza y Desfiladero Bayo. Las filas de vehículos utilitarios y camiones que se forman en las rutas petroleras en un radio de 100 kilómetros a la redonda del corazón de Vaca Muerta, Añelo, terminan con la paciencia de cualquier tranquilo conductor o pasajero. El gobierno neuquino reflotó la idea de cobrar un peaje pero sólo a los vehículos petroleros.
El centro de la crítica es el gobierno provincial a quien le endilgan tener recursos pero no destinarlos a reparar las rutas y desde ese blanco devolvieron la crítica con un proyecto que puede resultar polémico porque, desde el Movimiento Popular Neuquino siempre se dijo que no se podía sacarle plata a las petroleras porque o se iban o reclamaban por el supuesto cambio de reglas jurídicas. El plan es el cobro de peaje.
El gobernador Omar Gutiérrez hizo una visita a Centenario que sufre las consecuencias de que la ampliación de la Ruta 7 entre la última rotonda y el acceso a la Ruta 51 está en manos de Vialidad Nacional. Parece que avanza a transformarse en una obra eterna. El tramo previo desde que termina la travesía de la avenida Raúl Alfonsín en Neuquén hasta esa rotonda está, como se dice popularmente: “mirame y no me toques”.
El mandatario no pudo soslayar el tema y expuso “su” proyecto a tono de ejemplo: la Ruta 67 que será paralela a la 7, financiada con fondos externos y en obra hace cuatro años. “Nos costó muchísimo conseguir los fondos para asfaltar la Ruta 67”, dijo y ahí nomás soltó: “Se plantaron muchas alternativas, muchas ofertas, pero al final del día nos quedamos solos, tomamos endeudamiento que tenemos que pagar todos los neuquinos”.
Quien debía escuchar esa suerte de reclamo son los directivos de las petroleras porque son los que, con tránsito pesado, utilizan las vías de comunicación. Hay que tener en cuenta que lo mínimo que cuesta un kilómetro de asfalto es un millón de dólares, es decir que plantear un emprendimiento de este tipo no es una decisión que se tome transfiriendo fondos de otras partidas con liviandad, razonó una fuente que conoce al dedillo los vericuetos burocráticos de las licitaciones.
Al final no cuajó una de las posibilidades que era el aporte de quienes van a utilizar la ruta 67 que son las operadoras y las empresas vinculadas a la actividad hidrocarburífera, contó el mandatario. Se analizó el tema y se desestimó la idea de un peaje para todos porque se podían cometer alguna injusticia con vehículos particulares que usan la ruta en forma ocasional sin vincularse a la actividad.
“La idea original era que las empresas petroleras financien, banquen, el asfaltado de la Ruta 67 porque iban a ser los principales beneficiados para ganar en eficiencia, costo y competitividad con lo cual hay que estudiar que haya un peaje en esa ruta destinado a que paguen solamente las empresas para que sea el reingreso de los fondos para poder seguir ampliando un plan de conectividad vial fundamental y decisivo que estamos llevando adelante en toda la provincia”, razonó el mandatario.
Hace una década cuando se debatió en la Legislatura el proyecto se había acordado un aporte que iba a servir para asfaltar las rutas de acceso al yacimiento que ofició como madre nodriza de Vaca Muerta: Loma Campana. Las mezquindades de entonces y la necesidad de obtener apoyos legislativos hizo que el dinero se estirar como chicle para escribir que también se iban a hacer obras de infraestructura para que Añelo pueda crecer en población. La Ruta 51 entre el cruce con al 7 y el acceso a Planicie Banderita se construyó en una década y la plata, obviamente, nunca llegó o si lo hizo se diluyó en el pozo de los ingresos públicos y los egresos.
Hasta el año 2010 hubo un sistema de cobro de peaje en la Ruta 7 pero una singular polémica ideológica en un contexto electoral de sensibilidad del entonces gobierno de Jorge Sapag lo dejó de lado. Se había formado una empresa que tenía sospechas de tener intereses de integrantes del gobierno.
Para tener una idea de l o que, en ese momento, significó el crecimiento del tránsito. En 2001 pasaban por el peaje de la Ruta 7 unos 256.299 vehículos por mes, de los cuales, la mayoría eran autos livianos, unos 230.451, unos 20.323 colectivos y camiones livianos. Ese año cruzaban nada más que unos 5.525 camiones pesados por mes por la estación de peaje.
El último año que se cobró peaje, el 2010, la cantidad de autos pasantes se había duplicado, unos 553.169, y todavía ni se hablaba de la explotación de los hidrocarburos no convencionales. La cantidad de camiones pesados había crecido a 13.497, más que duplicado lo de una década atrás. Fuentes de Vialidad indicaron que ese número podía ser multiplicado por tres pero como no hay un conteo exacto solo es una estimación.
Para este año, la Dirección Provincial de Vialidad tiene asignado un presupuesto de 11.168.676.214 pesos, un poco menos de la mitad de lo que tiene asignado, por ejemplo, el Ente Provincial de Agua y Saneamiento, EPAS, que, a diferencia del ente que se encarga de mantener las rutas, tiene la opción de cobrar por sus servicios.
Además de la Ruta 67, el gobierno tiene en marcha a paso lento la circunvalación de Añelo que permitirá descomprimir el tránsito pesado de la zona urbana. Los vehículos de mayor porte podrán desviarse diez kilómetros antes de acceder a la localidad por la ruta 7 y luego seguir en tránsito hacia los yacimiento.
La obra contempla un total de 23 kilómetros que forman parte del nodo logístico de las rutas 7 y 17, que comienza en la ruta 8 -camino al dique compensador El Chañar-, pasa por Vaca Muerta y confluye en la traza que une Añelo y Rincón de los Sauces.
Esta obra está financiada por el Banco de Desarrollo de América Latina con un presupuesto oficial es de 2.474.097.452 pesos.
A principios de 2021 comenzó la obra de duplicación de la calzada de la Ruta 7 en dos tramos. Por una parte, el tramo entre la rotonda de Centenario hasta la intersección con la Ruta Provincial Nº 51, con una longitud de 8,5 kilómetros y por otra parte, la obra sobre Ruta Provincial Nº 51 en el tramo que va desde la Ruta Provincial Nº 7 hasta el empalme con la Ruta Provincial Nº 8, con una longitud de 27,5 kilómetros.
En ese momento se indicó que el monto de ejecución era de 1.058.981.273 pesos. Hubo idas y vueltas porque se fue haciendo sin detener el tránsito y la inflación requirió más inyección de dinero.
Hace cinco años se hizo la última “lavada de cara” de la Ruta 7. En ese momento el estado de la calzada presentaba ahuellamientos profundos, baches y deterioro general porque el principal factor que contribuye al mal estado de la ruta es el intenso tránsito pesado que circula diariamente por este corredor petrolero.
La zona caliente de Vaca Muerta desde el oeste por la Ruta 17 tampoco es una mesa de billar y hay reclamos para la atención de mantenimiento.
Los cañadores que aíslan a Rincón de los Sauces
La lluvia del 19 de enero dejó secuelas de consideración en las banquinas y las rutas petroleras.
Al otro día, hubo que reparar los socavones que había en las banquinas de la Ruta 7 donde se había escurrido un manantial de lodo que bajó con fuerza desde la zona alta de la barda. “Estamos trabajando en la remediación del terraplén de la Ruta 7 en Añelo”, informó Vialidad Provincial y acompañó las fotos que ilustran este informe donde se puede observar la magnitud del meteoro.
El trabajo del organismo provincial fue el acopio, traslado y aporte de material en los sectores erosionados por la cantidad de agua precipitada durante la tormenta de la tarde del jueves 19.
La Dirección General de Conservación del organismo vial trabajó en distintas rutas de la provincia que fueron afectadas por el temporal para restablecer la normal transitabilidad como por ejemplo la limpieza de los siete cañadones, con distinta profundidad, que impiden el tránsito, por algunas horas, en la ruta que conduce a Rincón de los Sauces. Ese mismo día, trabajadores petroleros intentaron ganarle al alud de barro en el cañadón Desfiladero Bayo pero quedaron en el medio y debieron ser rescatados por un equipo vial pesado, aunque el vehículo quedó enterrado en el barro.
Lo que se acostumbra en estos casos es que, cuando empieza a correr agua por los cañadones se forma una fila en la parte más elevada de la ruta y se espera un par de horas a que escurra. Aunque hay intrépidos que se animan a desafiar la fuerza de la naturaleza sin reparar en las consecuencias como pasó en 2014 con un colectivo.
Como ejemplo se puede citar lo que ocurría en la Ruta Nacional 22 a la altura de Challacó con el desagüe de las precipitaciones que escurrían desde cerro Bandera. Vialidad Nacional desarrolló un proyecto de construcción de una ruta paralela debajo de la cual se instalaron drenajes para que el río de lodo no cortara la cinta asfáltica.
El caso emblemático es el del cañadón Punta Carranza, sobre Ruta 5, camino a Rincón de los Sauces.
La gigantesca grieta en la dura arcilla del desierto petrolero neuquino cruza la ruta y la anega cada vez que llueve en las cercanías. Vialidad asfaltó los 9 kilómetros del tramo que se habían dejado de ripio y hacían que la ruta se tornara intransitable hasta que se la reparara con máquinas viales.
No hay otra ruta asfaltada hacia Rincón. La Ruta 6, paralela al río Colorado, es de ripio y hay un proyecto de nacionalizarse para la obtención de financiamiento.
El socavón de la vergüenza parte dos
El 8 de noviembre del año pasado se produjo un desmoronamiento en uno de los derivadores de la nueva Ruta 22 en la zona del Cañadón de las Cabras. El 15 de octubre de 2019 ocurrió algo parecido, más grave porque quedó un auto colgado, en el acceso de la entonces autovía Norte, hacia el oeste del cruce aéreo en la ruta 7. Se trató de un VW Gol que quedó incrustado en el bache que se generó al socavarse el terreno desde abajo lo que produjo que cediera el pavimento. El conductor y su acompañante no sufrieron lesiones graves.
Hace casi tres meses una empresa que realizaba el tendido de fibra óptica hacía un túnel para pasar por debajo de la ruta 7 a la altura del Cañadón de las Cabras, y rompió un caño de distribución de agua de 400 mm de diámetro.
Personal operativo del Ente Provincial de Agua y Saneamiento realizó las maniobras para vaciar la cañería y comenzar a realizar la reparación correspondiente.
Fue un trabajo complejo. Se tuvo que excavar desde la ruta para poder acceder al caño y realizar la reparación y así evitar que falte el agua en el sector norte de la ciudad de Neuquén.
Las autoridades del organismo de saneamiento recordaron que cualquier empresa que realice trabajos en la vía pública, debe solicitar los planos del lugar para poder asegurarse que no sucedan estas cuestiones de avería.
Se admitió que se ven perjudicados por trabajos de terceros, que afectan las instalaciones y complican el abastecimiento de agua a una zona de la ciudad.
Vialidad Nacional informó que una vez que el EPAS licite y contrate la reparación del ducto que está enterrado, recién ahí la contratista de la telefónica que hacía el tendido de la fibra óptica va a poder hacer la reparación final de la obra. Se hizo una tarea de reparación de urgencia para solucionar el faltante de agua y el socavón de la vergüenza, versión dos, cumplirá este 8 de febrero tres meses. El anterior socavón duró dos meses.
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