Quiénes son los ambientalistas que buscan hacer pie en Vaca Muerta
En Neuquén algunas organizaciones se desprenden de partidos políticos, mientras que otras han surgido como asambleas. También hay representaciones de agrupaciones internacionales. Sequía y fracking son los temas estructurantes.
La conservación del medio ambiente genera organización y reclamos desde hace mucho tiempo, pero se fortaleció como tema de la agenda política, al punto de convertirse en un ítem obligatorio en toda cumbre o reunión que se realice. Esto ocurrió de la mano de la creciente adhesión a los reclamos ambientalistas, con la aparición de figuras como Greta Thunberg, y la consolidación de distintas agrupaciones. Neuquén, con el desarrollo de Vaca Muerta y la sequía como temas estructurantes, vive este proceso de forma intensa.
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El panorama del ambientalismo neuquino está conformado por asambleas, grupos locales de organizaciones internacionales y brazos de partidos políticos. La pandemia no frenó su actividad y su presencia rompe con la agenda de manifestaciones más tradicionales, sumando presencia en la vía pública en fechas como el día del ambiente o cuando hubo manifestaciones nacionales contra el acuerdo entre Argentina y China para establecer granjas porcinas.
En el caso de los partidos políticos que podrían definirse como de centro, muchos lo toman como parte de su agenda. Recientemente, Libres del Sur reeditó su alianza política con el Frente y la Participación Neuquina para volver a reclamar, como hace diez años, la creación de un ministerio de Ambiente. Durante la conferencia de prensa que realizaron la semana pasada, Ramón Rioseco remarcó que «hoy en la agenda del mundo está el medio ambiente en la agenda del G20, del G7 de la ONU».
El ambiente en los partidos políticos
Los partidos de izquierda entendieron que debían destinar más organización por la centralidad del tema. Por ejemplo, en marzo de este año, el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) lanzó su agrupación ambiental anticapitalista «Alerta Roja». Más experiencia en el tema tiene el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), que desde el 2014 creó la «Red Ecosocialista«, por la lucha contra Monsanto en Córdoba.
En Neuquén, la Red llegó de la mano de Nicolás McNamara cuando se mudó desde Río Gallegos, en 2018. «Hace 10 años era un tema que la izquierda troskista no tomaba» analizó y agregó que en los momentos de la fundación les criticaron que «el problema no eran las técnicas para extraer, sino quiénes las administraban».
Recordó que «todo lo ambiental estaba a flor de piel» después de la firma del acuerdo YPF – Chevron (aprobado en 2013) para el desarrollo de los hidrocarburos no convencionales y la implementación del fracking (hidrofractura). Aseguró que como militantes aprendieron mucho de Fernando «Pino» Solanas y del Observatorio Petrolero Sur.
McNamara se diferenció de otros espacios que «están con el Gobierno» y resaltó la importancia de las protestas en las calles. «Así se frenó el acuerdo porcino con China, la megaminería en Chubut y se defendió el agua en Mendoza», afirmó.
Otro punto que remarcó es la unidad con otras organizaciones y a nivel nacional. Indicó que a nivel nacional son parte de la coordinadora «Basta de Falsas Soluciones» y en Neuquén de la «Coordinadora Antiextractivista», junto a Alerta Roja, Tribuna Ambiental, Ambiente en Lucha, Viernes por Futuro, Extinction Rebellion y la Asamblea Permanente del Comahue por el Agua (APCA).
El dirigente observó que «hay elementos tecnológicos para hacer una transición a energías limpias y renovables» y que es «necesario salir de este sistema capitalista extractivista». Además reclamó una «reconversión laboral» para que a los trabajadores se los capacite en esas técnicas.
La organización horizontal
Dos casos emblemáticos en Neuquén son los de las asambleas de vecinos autoconvocados de Loncopué, por un lado, y de Las Coloradas y el departamento de Catan Lil, por el otro. Los primeros frenaron el intento de desarrollar la minería en Campana Mahuida en 2012 y los segundos hicieron lo propio con el emprendimiento minero La Voluntad en 2015.
Las asambleas socioambientales se consolidaron y tuvieron representación en las últimas elecciones a diputados. Una de sus representantes, Sandra Ferrero, encabezó la lista «Ojalá la Tierra» que presentó el Partido Socialista y que obtuvo 8.442 votos en las elecciones generales.
Adriana Senfet, de la Asamblea Permanente del Comahue por el Agua (APCA), explicó la esencia del grupo del que forma parte: «nos diferenciamos en que somos una asamblea, no somos ni una ONG, ni una fundación, ni un brazo de un partido político; somos personas preocupadas por lo que pasa en la provincia con el fracking, con la sequía«. Detalló que es una organización horizontal, sin dirigentes ni voceros, que resuelve por acuerdo lo que van a hacer y en la que cualquiera puede participar, por eso se reúnen en lugares públicos.
Destacó que coordinan con otras asambleas, como la Agua del Norte Neuquino, que se opone a la central hidroeléctrica sobre el río Nahueve. Juntas presentaron un recurso de amparo para impedir la construcción. APCA también ha realizado conversatorios sobre educación ambiental, intervenciones en contra del avance sobre la península Hiroki, la defensa de los humedales de Neuquén, el «toxitour» que recorrió los basureros petroleros, le enviaron una nota al gobernador Omar Gutiérrez por la bajante del río Limay y organizaron el primer encuentro de pueblos fumigados, entre muchas actividades más.
Actualmente, en redes sociales, realizan la campaña «Que el Limay no se convierta en un recuerdo» con la que proponen subir fotos con ese hashtag. Proponen cuestionar cómo maneja el agua que hace el estado: «nos dicen que hay que cuidar el agua, pero qué pasa con las represas, con los campos petroleros. Hay muchas preguntas que le hacemos al Gobierno que tienen que ser respondidas porque es información pública», planteó Adriana.
Jóvenes por el Clima, contra las posturas «conservadoras»
En Neuquén hay organizaciones que se desprenden de otras surgidas en el exterior. Es el caso, por ejemplo, de Extinction Rebellion que surgió en 2018 en Inglaterra y proponen la «desobediencia civil pacífica» ante una «crisis climática y ecológica sin precedentes» y «negligencia pasiva de nuestros gobiernos».
Es lo que pasa con Jóvenes por el Clima, el movimiento que en Neuquén es encabezado por Micaela Fachinetti. Recordó que, en Argentina, el grupo nació en 2019 por iniciativa de estudiantes que se sumaron a la primera marcha mundial contra la crisis climática y este año ella formó la sede neuquina.
«En la primera reunión apareció un montón de gente que necesitaba militar y que no encontraba dónde. Somos de distintas disciplinas como economía, ciencias del ambiente, biología, filosofía, arquitectura y artistas», describió. Para Fachinetti, que se tratara de Jóvenes por el Clima ayudó a que desde la primera actividad tuvieran repercusión.
Explicó que buscan visibilizar que la emergencia hídrica es emergencia climática y que se precisa «una solución a largo plazo, no coyuntural». Además de participar y organizar marchas, también armaron con la cooperativa Eco Newenken una colecta de artículos reciclables y tienen proyectos de reciclaje en los barrios de Neuquén.
Sobre el trabajo a realizar, Fachinetti analizó: «no tenemos que pararnos desde el ambientalismo en posturas cerradas o conservadoras, como seres humanos necesitamos bienes y servicios y eso implica una intervención sobre la naturaleza y genera un desequilibrio; lo que tenemos que acordar es cuáles son los grados aceptables».
Además, se diferenció de otros grupos que «les parece negociar el establecer diálogos con sectores como el gobierno, sindicatos y empresas; eso no implica resignar tus valores».
Nuevamente surgió la importancia de la articular con otras organizaciones. En este caso, Fachinetti destacó el trabajo con la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) porque «es un derecho el acceso al ambiente sano».
La joven indicó que también trabajan con el Colectivo Ambiente Patagonia. Esta es una organización que también surgió este año y tiene al exdiputado Santiago Nogueira entre sus caras visibles. El exlegislador relató que el grupo surgió del comité por el alerta hídrico ambiental.
Como clave distintiva, consideran que hay «promover procesos participativos de la ciudadanía e incidir en las políticas públicas«. Nogueira adelantó que están preparando un foro regional para debatir el impacto del cambio climático y talleres barriales participativos en los que buscarán no solo concientizar, sino recoger aportes.
Además, indicó que buscan espacios de concertación porque «hay muchos temas que nos convocan a trabajar en conjunto». También le respondió a las agrupaciones que critican el acercamiento a gobiernos o partidos políticos: «lo que tienen que tener en cuenta esas organizaciones es que pensamos dar pelea en ese terreno, no queremos que nuestro trabajo quede en consignas».
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