Qué pasó con los ejes de los gobernadores patagónicos, un año después

Las demandas patagónicas de un año atrás prometían un bloque combativo con las políticas de Javier Milei, pero lo que se denominó un “grito federal” con la primera reunión en Villa La Angostura se fue apagando, los planteos provinciales se individualizaron y pocos resultados se obtuvieron hasta el momento, ante un Gobierno cerrado a modificar sus estrategias.

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Concesiones hidroeléctricas, obra pública, redistribución de la coparticipación, subsidios federales fueron algunos de los puntos que en aquella refundación del bloque de gobernadores patagónicos —heterogéneo, con distintos orígenes pero con un “enemigo” en común por aquel entonces— dejó el primer documento firmado en la cordillera neuquina el 11 de enero pasado por Alberto Weretilneck (Río Negro), Rolando Figueroa (Neuquén), Ignacio Torres (Chubut), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Claudio Vidal (Santa Cruz), que no asistió pero compartió.

Y un año después, al repasar las demanas queda el sabor amargo de pocos logros de revisión.

El gobernador Weretilneck hace pocas semanas definió, en una entrevista con Canal 10, que la administración de Milei “es un Gobierno muy formal, que atiende cuando uno lo llama y que da audiencias cuando se piden. Sin embargo, es un Gobierno que prácticamente no mira hacia el interior del país”. Admitió también: “No logramos una agenda común de temas”.

El primer punto trunco fue la expresión de deseo de que la Patagonia debía “estar en la toma de decisiones del gobierno nacional que afecten a cada una de nuestras provincias”.

Las concesiones hidroeléctricas es el ejemplo más claro que eso no ocurrió. Milei primero conformó sociedades anónimas concesionarias de las represas hidroeléctricas del Comahue, sin participación de las provincias, y luego prorrogó los contratos ordenando a la secretaría de Energía de la Nación a llamar a concurso público nacional e internacional para la venta del paquete accionario mayoritario o controlante de las hidroeléctricas.

Weretilneck y el neuquino Rolando Figueroa reclamaron en varias ocasiones tener participación, fueron recibidos por el exsecretario de Energía, Eduardo Chirillo, en agosto, quien se comprometió a dar la participación a ambas provincias en el futuro de las concesiones por las represas. Pero luego vino un cambio en el área y no hubo mayores novedades. El plazo del concurso público vence el 10 de febrero.

Río Negro y Neuquén impulsaron el cobro del uso del agua de las hidroeléctricas con distintas fórmulas de cálculo. Lo único que podían hacer para reforzar esa defensa de los recursos. Mientras que solo en intenciones quedó pedir una tarifa diferencial de la electricidad, por ser las generadoras de la mayor porción de energía del país.

En materia hidrocarburífera, a pesar de que hubo intenciones de aplicar cambios con una potestad de Nación sobre la decisión de los recursos, no se dio un paso en ese sentido desde la administración Milei y allí las provincias siguieron con sus planes. Río Negro avanzó en la prórroga de contratos petroleros.

Sin subsidios ni obras

Otro de los puntos sin eco en los pasillos de la Casa Rosada fue el pedido de “eliminar las asimetrías” referidas al reparto de subsidios al transporte urbano e interurbano. Lo que ocurrió es que Nación quitó por completo esos aportes y las provincias y los municipios debieron hacerse cargo para sostener los servicios.

La obra pública que clamaban tampoco tuvo respuesta.

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Río Negro y Neuquén pidieron el traspaso de las rutas nacionales 22 y 151 para poder instalar allí peajes, administrados por las provincias, y costear el mantenimiento. La culminación de obras que están paralizadas era otro punto al que no se llegó a ningún resultado, a pesar de compromisos de tenerlos en la agenda de prioridades de la administración nacional.

La Ruta 22 no tuvo ningún movimiento de obra, tampoco la prometida rotonda en Choele Choel y mucho menos la Ruta 23, que no está en la agenda de prioridades que en algún momento Nación circuló.

Coparticipación sin apertura

Los patagónicos pusieron en su agenda una revisión de la Ley de Coparticipación Federal de Impuestos, con el interés de ampliar la masa coparticipable. Pero muy por el contrario, las provincias sufrieron una pérdida del 9,8% en 2024 en concepto de coparticipación por la caída de estos ingresos.

Además, las transferencias a las provincias de recursos nacionales se frenaron y controlaron. Se dieron de baja programas educativos, sociales y sanitarios financiados de Nación, y los aportes del tesoro nacional — que eran discrecionales— se esfumaron.

Los gobernadores pedían revisar los fondos destinados a la AFIP de la recaudación de impuestos, tasas y derechos; sumar al reparto con las provincias los recursos de los impuestos al débito y crédito bancario y el impuesto País. Nada se tomó en la agenda nacional, mientras que hubo una puja importante por la restitución de la cuarta categoría del impuesto a las Ganancias, pero finalmente a mitad del 2024 el Gobierno consiguió los votos.

Río Negro solo obtuvo de Nación anticipos de la coparticipación en tres ocasiones, todo un gesto ante tantas restricciones y olvido del federalismo.