Pese a ser minoría, el Congreso no debería ser un dolor de cabeza para Javier Milei
El Gobierno tiene dos ases bajo la manga para frenar cualquier jugada adversa. Los libertarios podrían culminar el 2025 fortalecidos.
Arrancó el año electoral y, si se toma como parámetro el 2024, a Javier Milei le depara un Congreso amigable, sobre todo si se considera que La Libertad Avanza (LLA) tiene apenas el 10% de las bancas del Senado y el 15% de la Cámara de Diputados. Ante posibles eventualidades, el Gobierno tiene dos ases bajo la manga para frenar cualquier jugada opositora. De mantener el acompañamiento de la opinión pública, los libertarios podrían culminar fortalecidos en el Congreso, sobre todo porque ponen en juego muy pocas bancas.
La gran desventaja de Milei es no contar con gobernadores ni intendentes propios. Aún así, con apenas seis senadores y 39 diputados, este año pudo avanzar con la Ley Bases, el Paquete Fiscal; blindar dos vetos presidenciales, impulsar una serie de DNU que dieron de qué hablar –como el 70/23 y el que le da superpoderes al Ministerio de Economía para reestructurar deuda. El único decreto rechazado por el Poder Legislativo fue el que ampliaba los fondos reservados de la SIDE. ¿Conclusión? Tuvo saldo a favor.
Para los diferentes puntos que se anotó LLA, fueron decisivos –no siempre en dosis iguales– los bloques “dialoguistas”, entre los que se encuentra el PRO, la UCR, y, en el caso de Diputados, Encuentro Federal, así como también las bancadas que responden a los gobernadores. Un dato de color fue el nacimiento de los “radicales con peluca”, esos cinco diputados que le garantizaron a Milei el tercio necesario para blindar un veto presidencial. Los “peluca” fueron determinantes para sostener el veto a la fórmula previsional y a la ley de financiamiento universitario.
Es cierto que el año culminó con un PRO mucho más distanciado del Gobierno de lo que se vio durante casi todo el 2024. Es más, el partido fundado por Mauricio Macri se estaría preparando (al menos eso dejan trascender) para dar la pelea por separado en estas elecciones. Pero, la foto de fin de año entre los hermanos Javier y Karina Milei con la bancada de la UCR de Diputados fue contundente: el oficialismo está dispuesto a buscar nuevos aliados “incondicionales”, como supo ser el PRO, para garantizarse ahuyentar cualquier sobresalto, al menos en la Cámara que conduce Martín Menem.
Aun si el PRO y LLA van por separado, cuesta imaginar que los amarillos intenten ponerle palos en la rueda al oficialismo. Interpretan que parte de su electorado acompaña a Milei.
En el Senado, en cambio, Victoria Villarruel vivió el camino inverso al de Menem. Arrancó el año con una mayoría de 39 aliados que se fue deshilachando con el correr de los meses. Para colmo, hay dos sillas vacías que le complican el panorama a la Vicepresidenta. Por un lado, la del entrerriano Edgardo Kueider, que fue expulsado tras ser detenido en Paraguay con más de U$S 200.000 sin declarar (su banca queda en manos de Unión por la Patria) y el chaqueño Víctor Zimmermann (UCR), que se tomó licencia para asumir en el gobierno de su provincia, pero que no renuncia a la banca para que no asuma la “lilita” Alicia Terada.
En pocas palabras, en el Senado el panorama es más complicado para el oficialismo, pero un equilibrio de fuerzas podría terminar en una cámara paralizada, en la que la oposición pocas veces pueda marcarle la cancha a los libertarios.
Dos ases bajo la manga
Para neutralizar cualquier jugada adversa en el Congreso, Casa Rosada tiene dos ases bajo la manga. Por un lado, puede endulzar a los bloques más allegados (como la UCR, el PRO o espacios provinciales) prometiéndoles lugares en sus listas. En lo que supo ser Juntos por el Cambio avizoran una elección de mitades (no de tercios como la del 2023) en donde no habrá lugar para ellos. De allí los esfuerzos por quedar “pegados” a los libertarios.
Por otro, con la ausencia de Presupuesto, Rosada podría intercambiar figuritas con los gobernadores (básicamente, fondos y obras) a cambio de que sus legisladores no participen de sesiones que podrían complicarlos, o que voten con el oficialismo cuando precisen de sus manos alzadas. Esto se vio a lo largo de todo 2024, en el que tampoco hubo presupuesto y más de una vez los libertarios lograron frenas sesiones gracias a sus promesas (que muchas veces fueron incumplidas).
Si no hay sobresaltos en la economía, y la oposición no logra complicarle el escenario al Gobierno desde el Congreso, Milei tiene altas de ganar en las elecciones de medio término. Es que en el Senado, no renuevan ninguno de sus 6 senadores. Es decir, es todo ganancia. Y, en Diputados, apenas 8 de sus 39 bancas. Una cifra menor si se la compara con el PRO, que renueva 22 de sus 37 diputados o la UCR, que pone en juego 14 de las 20 bancas que conduce Rodrigo de Loredo.
Por eso, el segundo tramo del primer mandato de Milei podría implicar un gobierno más fortalecido en el Congreso aunque, en ningún caso, LLA tendría quórum propio. Por lo que le aguardarían dos años más de concesiones con la oposición.
El primer discurso electoral de 2025
Arrancó el año electoral y, si se toma como parámetro el 2024, a Javier Milei le depara un Congreso amigable, sobre todo si se considera que La Libertad Avanza (LLA) tiene apenas el 10% de las bancas del Senado y el 15% de la Cámara de Diputados. Ante posibles eventualidades, el Gobierno tiene dos ases bajo la manga para frenar cualquier jugada opositora. De mantener el acompañamiento de la opinión pública, los libertarios podrían culminar fortalecidos en el Congreso, sobre todo porque ponen en juego muy pocas bancas.
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