Participación en las PASO: pisos, techos y por qué hay luces de alarma en Río Negro
Nunca una elección presidencial tuvo una concurrencia menor al 73%. Lo que cambió entre esa historia y las PASO de mañana.
Río Negro nunca bajó del 73% de participación en una elección nacional presidencial, pero las PASO legislativas del 2021 empezaron a encender esa luz de alarma que hoy, a escasas horas de volver a las urnas, genera preocupación en todo el arco político.
Ese domingo 12 de septiembre sólo concurrió a votar el 67,85% de los habilitados, perforando el piso que se había dado 30 años antes, cuando el 70,59% de los rionegrinos concurrieron a las escuelas para definir quiénes serían los nuevos diputados nacionales por la provincia.
Los registros que surgen de los comicios nacionales más recientes pueden cotejarse con la participación en las elecciones provinciales de abril, donde votó el 68,15% del padrón, para concluir que antes que la adhesión a una lista en particular, el verdadero desafío para los precandidatos y sus partidos políticos ha sido este año la motivación a los ciudadanos para que protagonicen el proceso electoral.
“Son las elecciones con menos expectativas de la ciudadanía desde el retorno de la democracia”, asegura el consultor político Lasse Paniceres Olmos.
Para el analista, la campaña que cerró ayer fue signada por una imagen general entre los precandidatos, donde “nadie buscó arrasar, sino mantener lo poco que se tiene”.
“Desde el 83 a la fecha, todos los procesos tenían cierta expectativa. Hoy eso no se ve y por eso tenemos campañas donde -en términos futbolísticos- los espacios juegan a aguantar el resultado”, puntualizó el referente de la consultora regional Estudio PAR.
Y esa referencia sobre las primeras elecciones realizadas hace 40 años, para el regreso de la democracia, permite repasar las estadísticas oficiales, que muestran una participación con vaivenes en los comicios presidenciales dentro de Río Negro.
Esa elección del 83 marcó el punto más alto de asistencia, con el 85,84%, quedando muy cerca de esa cifra el proceso de 1989 y dos puntos por debajo el domingo de 1995 en el que resultó reelecto Carlos Menem.
Estallido político y social mediante, desde el 2003 la concurrencia empezó a ubicarse dentro de la franja del 70 al 80 por ciento, mostrando al 2015 como una bisagra, porque las PASO de ese año fueron las elecciones presidenciales con menos participación en cuatro décadas, pero al mismo tiempo, los comicios generales marcaron el regreso a las convocatorias por encima del 80% del padrón rionegrino.
Poniendo la mirada en las elecciones para diputados nacionales, como las que habrá este año en Río Negro, luego del piso del 67,85% de las PASO 2021, nunca hubo menos del 70% de participación.
Incluso en el 2001, con el malestar social marcado en todo el país, la concurrencia a las urnas fue del 74,51% en la provincia, aunque en esa oportunidad lo que se redujo en forma importante fue el nivel de votos afirmativos, a partir del llamado “voto bronca” que llevó a muchos a anular su sufragio, o bien del voto en blanco. A nivel nacional, esas dos expresiones reunieron el 25% de los votos emitidos.
El voto nulo: la bronca que a su vez ayuda a los partidos
Para este domingo, los rionegrinos habilitados a votar son 595.737, entre los cuales algo más de 9.000 tienen entre 16 y 17 años.
Si la asistencia rondara el 70%, serían unos 417.000 votos, que ubicarían el umbral del 1,5% indispensable para llegar a los comicios generales en unos 6.000 votos.
De todas maneras, esas cifras pueden variar en forma considerable a partir del comportamiento del electorado, porque ese 1,5% debe lograrse a partir de los “votos válidos” y dentro de esa categoría no ingresan los votos nulos.
Es decir que, al expresar su malestar anulando el voto, el elector beneficia indirectamente a todos los partidos, porque se achica la base general para el cómputo y con una menor cantidad de votos se alcanza ese objetivo impuesto por la normativa electoral para las PASO.
“Hay una gran falta de expectativa”
Los números surgidos de las elecciones ya realizadas este año en distintas provincias y ciudades fueron la primera muestra sobre la posibilidad de una menor participación en los comicios nacionales de este año.
En 9 distritos, sobre los 18 que desdoblaron el calendario electoral, la asistencia no superó el 70%.
“Hay una cultura cívica y la obligatoriedad del voto hacen que muchas personas tengan esa conducta de ir a votar. Pero esta vez hay una gran falta de expectativa, porque no se vislumbra un cambio o una continuidad exitosa. Por el contrario, hay conciencia de que lo que viene es peor”, sostiene el consultor Lasse Paniceres Olmos.
El analista acotó que “incluso en los núcleos más duros no hay una idea propositiva, sino una idea negativa, donde se busca impedir la victoria del otro pero no ‘porque nuestro proyecto es superador’, sino porque “el otro es peor”.
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