Otra muestra de apoyo a la comunidad mapuche que disputa tierras con el Ejército en Bariloche
Un grupo numeroso de personas de esta ciudad se sumaron al abrazo simbólico que se desarrolló en las tierras que la comunidad reivindica como parte de su territorio. Reclaman el cumplimiento de la sentencia de la jueza federal que ordenó al Ejecutivo nacional transferirle 180 hectáreas.
Marta Ranquehue señala con el brazo extendido hasta la cima de la ladera oeste del cerro Otto. Indica que hasta ese lugar se extienden las 180 hectáreas que reivindican como parte del territorio de la comunidad mapuche Millalonco Ranquehue y que disputan con el Ejército.
Un grupo numeroso de personas se sumaron esta tarde de miércoles al segundo abrazo simbólico en defensa de la comunidad mapuche que pelea en la justicia federal por el reconocimiento del dominio comunitario de esas tierras. El primer abrazo en apoyo a la comunidad se hizo a finales de mayo pasado.
La pelea con el Ejército por esas tierras vienen desde hace décadas. Marta recuerda que su familia enfrentó varios intentos de desalojo, aunque rememora que por 1979 fue el peor momento, en plena dictadura.
Asegura que ella es la quinta generación que vive en esas tierras. Afirma que sus tatarabuelos Rómulo Ranquehue y su esposa Rosa Ulloa se asentaron en ese lugar a finales del siglo XIX. Bariloche se fundó oficialmente el 3 de mayo de 1902. Después, vivieron en ese lugar su bisabuelo Carlos Ranquehue, su abuelo Alejandro y su madre Silvia.
Rememora que años atrás hubo hasta 30 familias asentadas en esas tierras. Hoy, quedan 6. Explica que es muy difícil vivir todo el tiempo con incertidumbre.
Marta defiende la ocupación de su familia en ese predio. “Mis abuelos proveían de leche y leña a las panaderías que había esos años en Bariloche”, afirma. Cuenta que la relación con el Ejército siempre dependía de quién era el jefe del cuartel.
El caso en la justicia
Un incidente ocurrido a principios de octubre del 2020 con el Ejército, que desmanteló un invernadero comunitario que habían levantado, determinó que la comunidad presentara un amparo en el juzgado federal de Bariloche para que se les reconozca el dominio sobre las tierras que ocupan.
Como pruebas aportaron la mensura como parte del relevamiento territorial que el equipo técnico del INAI hizo hace una década en cumplimiento de la ley 26160 de comunidades indígenas y otros documentos históricos.
La jueza federal de primera instancia María Silvina Domínguez admitió a principios de febrero pasado esa acción de amparo. La magistrada, que subroga el juzgado federal de Bariloche, ordenó al Poder Ejecutivo nacional que en un plazo de 60 días, a partir de que la sentencia quede firme, transfiriera a título gratuito al Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) el dominio de las tierras para su adjudicación inmediata en propiedad a la comunidad mapuche.
Marta destaca ese fallo. También, la resolución de la Cámara Federal de Apelaciones de Roca que rechazó a finales de mayo pasado el recurso que el Ministerio de Defensa y el Ejército habían presentado para impugnar la sentencia de Domínguez. Los jueces del Tribunal de Roca advirtieron que el recurso de apelación se presentó de manera extemporánea, cuando había caducado el plazo.
La Cámara Federal de Apelaciones de Roca rechazó además los recursos extraordinarios que había presentado el Ministerio de Defensa y el Ministerio Público Fiscal Federal para que la Corte Suprema revise la sentencia. Ahora, solo les quedó la opción de ir en queja ante el máximo tribunal del país.
Otra causa judicial
La transferencia del dominio de esas tierras a la comunidad mapuche está frenada por otro tribunal. Los jueces de la Sala 1 de la Cámara Criminal y Correccional Federal de la Ciudad de Buenos Aires, Leopoldo Bruglia, Mariano Llorens y Pablo Daniel Bertuzzi admitieron la semana pasada la medida cautelar solicitada por el fiscal federal Carlos Stornelli para suspender la entrega de las 180 hectáreas a la comunidad Millalonco Ranquehue.
Stornelli intervino porque un grupo de diputados nacionales de Juntos por el Cambio denunció a los abogados del Ministerio de Defensa y del Ejército por haber apelado tarde la sentencia de Domínguez. Advirtieron que lo hicieron supuestamente de manera intencional.
La denuncia cayó en el juzgado federal a cargo del juez Daniel Rafecas, quien desestimó en agosto pasado la existencia de delito, archivó la denuncia y sobreseyó a los abogados. Stornelli apeló esa decisión y la Sala 1 de la Cámara Criminal y Correccional Federal de la Ciudad de Buenos Aires revocó la resolución del juez inferior. Por eso, la investigación sigue en pie.
Por eso, Stornelli le pidió a Rafecas una medida cautelar para frenar la transferencia de esas tierras a la comunidad por la investigación que lleva adelante. El juez rechazó el 25 de noviembre último el planteo. El fiscal recurrió a la Cámara Federal porteña que revocó la resolución de Rafecas y admitió la cautelar.
La soberanía
Marta aclara que las tierras que reclaman no son las que usa el Ejército para el adiestramiento de sus efectivos, como sostienen algunos medios nacionales y dirigentes políticos. “La instrucción ellos la hacen en tierras ubicadas en la zona de Casa de Piedra”, indica. Hay por lo menos 5 kilómetros de distancia desde la zona donde está asentada la comunidad.
La werken considera que la cesión de las tierras que ordenó la jueza generó mucho revuelo político, pero cree que la verdadera razón es que hay “mucho negociado con el tema territorial”. Además, advierte que hay en la región cordillerana un proceso de extranjerización de la tierra. “Las críticas solo las moviliza el interés económico”, sostiene.
“Acá para nada está en juego la soberanía argentina. Esa es una mentira. No estamos reclamando tierras donde está la Escuela Militar de Montaña”, aclara. Esa dependencia del Ejército está ubicada en un amplio predio, situado a la altura del kilómetro 9 de la avenida Bustillo, a unos 4 kilómetros del lugar donde está asentada la comunidad mapuche, en cercanías del barrio Villa Los Coihues.
Marta enfatiza: “Queremos contar nuestra verdad”. “Este lugar históricamente nos pertenece y no lo abandonaremos”, asevera. Dice que los moviliza el recuerdo de sus tatarabuelos, bisabuelos y abuelos “y eso nos hace sentir fuertes y seguir”.
Y destaca los proyectos que desarrollan en esas tierras. Y menciona que tienen una huerta intercultural, la ruca Lawen donde atienden los machis” que vienen periódicamente desde Chile. Los proyectos recientes apuntan a promover el amansado de caballos para desarrollar equinoterapia y la apicultura.
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