La marcha contra la ocupación mapuche en Mascardi se hizo oír en Bariloche
Los manifestantes fueron frenados por un retén policial en la ruta nacional 40, a la altura del Lago Gutiérrez. Decidieron continuar a pie unos 4 kilómetros. La exministra de Seguridad de Nación Patricia Bullrich se hizo presente en el reclamo.
Autos con banderas argentinas flameando, acaloradas discusiones con los policías que cortaban el paso en varios sectores de la ruta 40, a la altura del Lago Gutiérrez, y no permitían el paso de los manifestantes, varias selfies de barilochenses con la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, y el himno nacional en varias ocasiones no faltaron en la movilización «El Banderazo» organizado y en protesta por las ocupaciones de tierras de reivindicación mapuche.
La convocatoria arrancó puntualmente a las 15 en la rotonda de la avenida Juan Marcos Hermann, en el ingreso al barrio 2 de Abril, donde autos y camionetas cubiertos de banderas comenzaron a estacionarse sobre la banquina. De un vehículo sobresalía un cartel con la frase: «Volvé Roca, no terminaste tu trabajo«. «Muy buenos los carteles, ¿eh?», comentó una mujer a otra.
Media hora después, la fila de vehículos se encaminó hasta la ruta 40. El objetivo, indicaron en un primer momento, era llegar al sector de la ocupación de la comunidad Lafken Winkul Mapu, pero los mismos manifestantes sabían que se repetiría lo que ya pasó en otras oportunidades. Se toparon con el primer retén policial en el kilómetro 2027 de la ruta nacional que les impidió seguir su paso.
Los conductores abandonaron los vehículos sobre la banquina y algunos, enfurecidos, increparon a los agentes policiales. «¿Por qué nos prohíben pasar? ¡Ya pasamos por terrorismo!«, gritaba un hombre. «Claro, ellos tienen derechos a usurpar y nosotros no podemos pasar: ¡dejen pasar!«, lo interrumpió una mujer. «Nos cuidamos solos, jefe«, agregó otro hombre en un tono más amable.
En ese momento, Bullrich, exministra de Seguridad de la Nación durante el gobierno de Mauricio Macri, acompañada por el legislador Juan Martín, sorprendió a los manifestantes. Algunos empezaron a aplaudir. «¡No nos dejan pasar, Patricia!«, se quejó una mujer. Bullrich se acercó hasta el comisario y le dijo que pasarían el retén para caminar «solo unos 5 kilómetros» (la ocupación estaba a unos 20 kilómetros de ese sector). «Volvé, Patricia, ¡el pueblo te necesita!», señalaba uno de los manifestantes. Otro llegó a esbozar: «Patricia es nuestro San Martín«.
Bullrich se refirió a Villa Mascardi como «una zona sin Constitución. Los ciudadanos están desamparados y la misma policía nos dice que no podemos pasar porque es peligroso. Acá los propietarios solo quieren ir a sus casas. Los vecinos quieren vivir en paz».
«El gobierno es parte del problema. Es parte del delito y del terrorismo. El desalojo debe ser dictado de manera inmediata», acusó. Al ser consultada por la presunta presencia del lonko Facundo Jones Huala en la zona de Mascardi, dijo: «lo han visto por acá». «Al ser detenido, fue enviado a Chile. Hoy está perdido aunque no tan perdido«, manifestó con sarcasmo Bullrich. Entre el tumulto alguien gritó: «¡Pero si está acá!».
Los manifestantes continuaron su marcha por la ruta nacional 40 hasta llegar a un segundo retén policial del Coer que portaba escudos. También decidieron seguir camino. Unos metros más adelante, cuatro policías en motos los escudaban.
Una mujer con megáfono gritaba: «¡Arabela, hace tres años que te esperamos! Todos podemos ser Frutos o Grehan. Por eso, estamos acá». Un grupo de personas avanzaba con una bandera argentina gigante mientras entonaba de tanto en tanto las estrofas del himno nacional.
Eran alrededor de 200. El resto de los manifestantes decidió aguardar en el primer retén policial.
Tras caminar unos dos kilómetros, fue el mismo Diego Frutos, el propietario de La Cristalina, quien detuvo la marcha. «¡Chicos, hasta acá! Estamos a 15 kilómetros de Mascardi«, advirtió con la intención de emprender el regreso. Pero el comentario no conformó a algunos de los manifestantes que decidieron continuar camino. La decisión cambió unos dos kilómetros más adelante cuando la gente finalmente optó por regresar.
El momento de mayor tensión fue cuando un manifestante detectó a dos personas con una bandera mapuche en un vehículo que estaba estacionado en la ruta. Al advertir sobre esta presencia, otros les arrojaron una piedra. Personal del Coer debió intervenir para que los manifestantes no se acercaran hasta el auto.
Qué plantearon los manifestantes
«¡Dejemos de hacer catarsis cibernética!, ¡Pretenden separar esta parte de nuestro territorio de Argentina! ¿Por qué no dan la cara? Los ciudadanos de a pié estamos acá», arengaba una mujer con una megáfono, al tiempo que insistía en continuar la marcha por la ruta nacional 40. Unos pocos no estaban de acuerdo alegando que había «mucha gente mayor».
«Creo que hay que ponerle freno a estar situación para que no siga avanzando esta corriente de etnoterrorismo. Frente a la anomia del estado nos movilizamos para poner un límite», comentó Luis, uno de los manifestantes, a RÍO NEGRO.
Consideró que «el gobierno está involucrado, en connivencia con esta situación. Hay una cuestión ideológica de fondo».
Dolores, otra de las mujeres que se hizo presente en la ruta nacional 40, planteó que decidió sumarse a la marcha debido «al poco respeto por la propiedad privada y las usurpaciones. ¿A dónde está el estado? Este gobierno nos ha dejado solos».
El sacerdote Pepe Lynch fue otro que se plegó al reclamo. «Fui párroco de Mascardi durante cinco años. Esta comunidad no existía, no se los mencionó nunca, a diferencia de la comunidad Wiritray. Cuando hay derechos, el estado argentino les otorga la propiedad. En este caso, no hay derecho sino un capricho», planteó.
«Las comunidades mapuches tienen derechos y eso está legislado -continuó-. No se inventan. Tienen una historia, un pasado. Esta gente no es una comunidad, es una familia que quiere ser mapuche».
Uno de los impulsores de la concentración, Frutos expresó que «la Constitución no discrimina a mapuches, mormones. Aceptamos las reivindicaciones pero dentro de la ley. Hay una justicia, no puede haber violencia, violencia física, incendios y usurpaciones».
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