La extraña razón por la que rechazaron el pliego de un candidato a juez en Neuquén
La trama del voto negativo al abogado que nadie quiere hacer pública. ¿Una tormenta perfecta? Todos tuvieron motivos, pero hubo uno que pesó más que los demás.
Sin dar ninguna explicación, 24 legisladores votaron «negativo» al pliego del abogado Luis Quiles, candidato a juez civil en Neuquén capital. Ni siquiera brindó razones el bloque del Movimiento Popular Neuquino, que a principios de año presentó un proyecto para que sea obligatorio fundamentar el rechazo a un aspirante al Poder Judicial.
«Yo me retiré media hora antes, estaba en mi despacho cuando escuché que votaban el pliego», dijo a diario RÍO NEGRO el legislador Gerardo Gutiérrez.
Justamente él fue el autor del proyecto para que sea obligatorio fundamentar el rechazo a un candidato. Incluso el mismo día de la sesión le dio una entrevista a Canal 7 para difundir los alcances de la iniciativa.
-¿Por qué votaron negativo?
-Cuando (Quiles) estuvo en la comisión de Asuntos Constitucionales (para la entrevista previa al tratamiento en sesión) no vi nada extraño, no me pareció una exposición fuera de los parámetros normales. En el Consejo de la Magistratura sacó una evaluación alta.
-¿Y entonces por qué lo rechazaron?
–Algunos integrantes del bloque manifestaron que no tenía el perfil para ser juez, sobre todo el legislador con más experiencia porque estuvo en el Consejo de la Magistratura (alude a Claudio Domínguez).
-¿Por qué no aprovecharon para poner en práctica lo que propone, y fundamentaron el rechazo?
-Para la mayoría de los diputados, salvo los tres que participan en la comisión A, es muy difícil determinar una postura porque no tenés muchos fundamentos, salvo si averiguás cómo le fue en el Consejo de la Magistratura, qué experiencia tiene, si pasó por el Poder Ejecutivo o no… La conclusión fue rechazar, sabiendo además que los otros bloques lo habían analizado en profundidad e iban a votar en contra.
Ernesto Novoa, jefe del oficialista bloque Comunidad, prefirió no hacer declaraciones sobre el tema. Darío Martínez (UxP) dijo en tanto que «nosotros no sabíamos qué iban a hacer los otros bloques. Votamos en contra porque ya teníamos información de nuestro representante en el Consejo de la Magistratura». Se trata de Belén de los Santos, quien le puso una nota baja en la entrevista personal.
«Me sorprendió que algunos se paren al momento de votar», deslizó.
En efecto, hubo 11 ausentes. Lo que el periodista Mario Rojas llama «el voto pis»: van al baño para no tener que pronunciarse.
La trayectoria del pliego
Quiles, recibido en la Universidad Nacional del Comahue, hijo de un comisario mayor retirado y una docente, es de los pocos abogados particulares que gana un concurso para ingresar al Poder Judicial.
Se impuso en el concurso 207 el 31 de octubre del año pasado con un puntaje interesante: 64,77 puntos. Arrancó muy abajo en antecedentes pero fue el mejor en la etapa técnica (junto con otro postulante) y obtuvo la ventaja decisiva en la entrevista personal.
Sin embargo, el tratamiento de su pliego se demoró. El anterior presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales, Maximiliano Caparroz (MPN), lo citó a una de las últimas sesiones y lo bajó casi el mismo día que debía presentarse. Ya desde entonces corrían versiones de que el candidato era objetado. ¿Por quién?
Quiles estrenó la nueva composición de la comisión A, el 12 de marzo. Lo sometieron a uno de los más extensos interrogatorios que se recuerden. En particular Claudio Domínguez (MPN) lo llenó de preguntas del estilo que formulaba en su época de consejero de la magistratura.
Los rumores sobre el destino que correría su pliego se afirmaron. Pero nadie hacía públicos los motivos.
Cada cual con su motivo
Según pudo averiguar diario RÍO NEGRO, el peronismo -como dijo Darío Martínez- lo cuestionaba desde el Consejo al parecer por su participación en una causa que llegó hasta el Tribunal Superior de Justicia.
Al MPN, dicen, no le gustó su postura respecto de los conflictos de tierras de las comunidades mapuches, pese a que Quiles lejos estuvo de dar definiciones. A otros no les gustó que defendiera el pago de la antigüedad a los abogados que trabajan en el Poder Judicial desde su matriculación.
La fiscalía de Estado siempre está
Hubo un punto más. Como destacó la crónica publicada ese día, ante una pregunta Quiles se cuidó de criticar los honorarios que percibe la fiscalía de Estado por los juicios ejecutivos. «No sé si esos honorarios son onerosos. Suelen ser desproporcionados. No sé si es mucho o poco», respondió a Lorena Parrilli (UxP).
La versión que nadie confirma es que justamente desde la fiscalía de Estado le bajaron el pulgar. A Raúl Gaitán y su segundo Alejo Bolan Reina le adjudican, muchas veces con razón, ser El Guardián de «Ante la ley» de Franz Kafka.
Quiles no pasó nunca por ese organismo, pero su esposa trabaja allí. En determinado momento la designaron a cargo de Legal y Técnica del Ministerio de las Culturas y al regresar, reclamó su recategorización de acuerdo con la ley 3374 que fija el exclusivo «régimen escalafonario y remunerativo para personal de órganos gubernamentales de coordinación de los sistemas que integran la administración financiera y control, y asesoramiento jurídico al poder ejecutivo provincial».
¿Llevó ese reclamo hasta el mismísimo fiscal de Estado, quien se molestó por esa actitud? En la Legislatura y en oficinas judiciales se lo comenta como la razón última de la factura que tuvo que pagar Quiles.
Necesidad de informar
Si los motivos del rechazo fueran públicos, fundados por las y los diputados en sesión, el sistema político ganaría en calidad y transparencia, como propone Gerardo Gutiérrez con su iniciativa.
En las últimas horas el sindicato de Empleados Judiciales (Sejun) sumó su apoyo. «Esta iniciativa, a nuestro entender, representa un avance significativo en la consolidación de prácticas democráticas que fortalecen nuestras instituciones y garantizan la transparencia y la justicia en el proceso de selección y nombramiento de los magistrados», dijo el gremio que conduce Claudio Salazar.
«Cuando un pliego es rechazado, es fundamental y justo que se brinden las razones detrás de esta decisión. Tal obligatoriedad no sólo dota de mayor calidad institucional al proceso, sino que también refuerza la confianza pública en las instituciones democráticas que nos gobiernan. La fundamentación de los votos negativos es un pilar en la construcción de una república transparente, donde cada acción tomada por sus representantes está debidamente justificada y abierta al escrutinio público».
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