La CGT y movimientos sociales oficialistas marcharán mañana al Congreso

Será el primer acto callejero con tono de protesta que se realiza desde que gobierna Alberto Fernández. En la central obrera persisten las diferencias sobre el bono de suma fija que impulsa Sergio Massa. El eje de la convocatoria es la inflación.

La CGT, la CTA y movimientos sociales enrolados en el oficialismo realizarán este miércoles la primera demostración de fuerzas callejera desde que gobierna el Frente de Todos. Los organizadores esperan que una multitud marche desde el Obelisco hasta el Congreso y procuraron aclarar que no se trata de una protesta contra el Presidente Alberto Fernández o su superministro, Sergio Massa. Pese a las aclaraciones, el contexto que supone la inflación, que en julio (7,4) fue la más alta de los últimos 20 años, y salarios depreciados mes a mes, alienta un disconformismo creciente en la dirigencia sindical.

“Es terrible el tema de los precios. Nosotros hacemos responsables a los empresarios por la especulación, pero también vemos que el gobierno no tiene esa dureza para sentarlos en una mesa y decir ‘dejense de joder y de robarle la comida de la mesa a los argentinos’”, dijo ayer Pablo Moyano. El dirigente camionero remarcó que movilizará contra “los especuladores y formadores de precios”.

“La marcha del 17 no es ni a favor ni en contra del gobierno, es un llamado de atención para que el gobierno se ponga las pilas y controle a estos empresarios”, insistió Moyano, cuya voz fue clave para mantener la marcha. Según trascendió, un grupo de la CGT (Armando Cavalieri, entre ellos), quiso postergar la protesta.

Pablo Moyano integra el triunvirato de secretarios generales de la CGT, junto a Héctor Daer y Carlos Acuña (quien tampoco quería marchar). De los tres, Moyano es el único que adhiere a la propuesta, no del todo explicitada por el gobierno, de pagar un bono o un refuerzo para los salarios privados. Fue Massa quien al anunciar las primeras medidas, dijo que convocaría a empresarios y sindicalistas a discutir un refuerzo para los salarios. La reunión, anunciada para el jueves pasado, quedó en “stand by”, según expresó un dirigente de la CGT a este diario.

“Yo, Pablo Moyano, no voy a impedir que un trabajador que tenga salario bajo tenga la posibilidad de cobrar un bono o una suma fija”, viene repitiendo Pablo Moyano. Opinan igual Hugo Yasky, diputado nacional y dirigente de la CTA, y otros sindicalistas alineados en el kirchnerismo, en oposición a gran parte de la CGT. Yasky y el secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense, Héctor Amichetti, ya le pusieron un número al bono o suma fija: “no menos de 30 mil pesos”, coincidieron.

“La posición mayoritaria de CGT es que las paritarias sean el instrumento para las mejoras salariales”, fue la posición explicitada por Daer, en nombre de un grupo mayoritario de la CGT.

El gobierno nacional busca dar respuestas con distintas iniciativas. La semana pasada anunció un bono de siete mil pesos que se entregará en septiembre, octubre y noviembre, a las jubilaciones más bajas.

Para el convulsionado frente de los planes sociales (el Frente Piquetero organizó un acampe en la 9 de julio, frente al ministerio de Desarrollo Social), Massa quiere acelerar la reconversión de los planes en trabajo formal. Trascendió que está listo un decreto al respecto: básicamente, los beneficiarios de planes que cumplan los cursos de capacitación indicados, podrán ser empleados. Por un año se mantendrá el plan, mientras que el resto del salario será pagado por el empleador. Hoy, además, arrancan las resistidas auditorías universitarias a los planes sociales.

Hace una semana, en sus oficinas de Avenida Libertador, Massa recibió a Daer, Acuña, Gerardo Martínez y José Luis Lingeri. Allí quedó blanqueada la oposición de buena parte de la CGT al bono con suma fija impulsado por Massa “para los salarios de entre 50 mil y 150 mil pesos”. Los sindicalistas ven en el llamado “refuerzo” un factor capaz de distorsionar las conversaciones paritarias, la mayoría abiertas o en curso de actualización. La CGT, pese a que Daer es un histórico aliado del presidente Fernández y Acuña integra el massista Frente Renovador, entró en alerta: aun no despejan el temor de que el gobierno decida el bono por decreto.

A la par de la marcha de la CGT, que empezará a las 15, y terminará con la lectura de un documento frente al Congreso, habrá una manifestación de la izquierda en la Plaza de Mayo. En este caso, el acto es abiertamente opositor al gobierno.

“Todos los partidos que integran el FdT han decidido también convocar a la marcha. Vamos denunciar y exigir el cese de todo lo que ha sido la actividad de sectores que hicieron ataques especulativos y que son también ataques de los formadores de precios”, dijo Yasky, cuidados de no herir susceptibilidades dentro de la coalición oficialista.

“Si siguen con esta remarcación de precios, la marcha va a ser la primera de muchas”, vaticinó Pablo Moyano, buscando reforzar su perfil disidente dentro de la CGT.


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