La CEB, atrapada en una pulseada política de final incierto
Las dos listas en pugna invocan su derecho a quedare con la presidencia. Las posiciones quedarán expuestas en la próxima asamblea y parecen encaminarse a un litigio judicial.
A pesar de haber perdido las elecciones de la CEB por segundo año seguido, la lista Blanca no está dispuesta a resignar la presidencia -que ejerce desde 2019 Carlos Aristegui– y comenzó a reunir argumentos y dictámenes jurídicos para bloquear la pretensión de la lista Roja de asegurarse la conducción en próximo período anual.
El momento de las definiciones llegará el 12 de diciembre, cuando se realice la asamblea ordinaria de delegados, donde la Roja tiene una mayoría de 43 delegados, contra 35 del oficialismo. De inmediato y a continuación deberá reunirse el nuevo Consejo de Administración para definir autoridades y ese cuerpo estará dividido en partes iguales, con cinco representantes de cada sector.
El actual secretario de la CEB y referente de la lista Blanca, José Luis Poggi, dijo hoy que cuentan con un dictamen de su asesoría letrada y otro de los auditores contables externos de la Cooperativa que habilitarían el recurso del doble voto del presidente en caso de un conflicto como el que se avecina.
Pero les falta todavía sumar opiniones fundadas de la dirección de Cooperativas de Río Negro y del ente regulador nacional Inaes, que serán determinantes, según consideran en la lista Roja.
Desde este sector, el actual consejero y aspirante a la presidencia Alejandro Pozas, señaló que la presidencia de Aristegui caduca con el recambio de autoridades y la reunión del Consejo post asamblea, con su nueva integración, los ubicará “a todos en la misma condición”, y sin presidente que pueda ejercer doble voto.
El plan de la Roja es que la asamblea de delegados vote y defina a qué lista le corresponderá la presidencia durante el próximo año, “como ya lo hizo en 2019”, cuando también habían quedado 5 a 5, pero los blancos venían de ganar e impusieron a Aristegui. Esa vez fue la Roja la que debió ceder la conducción de la Cooperativa.
Pozas dijo que por Estatuto la asamblea es el órgano máximo y es “soberana” para definir este tipo de litigios. Todo indica que la confrontación de ambos sectores desembocará en una probable judicialización. El referente de la lista Roja recordó que los asociados por segundo año les dieron el triunfo (en la última elección con el 57% de los votos) y ese predominio opositor también debe hacerse valer, en caso de paridad de consejeros.
Poggi dijo que se manejan en todo con ajuste a las normativas y que en este caso correspondería aplicar la ley de sociedades, de donde surge el doble voto. “No negamos el resultado electoral”, aclaró. Sostuvo que la diferencia con 2019 es que el presidente en aquel momento, Jorge Perrella, caducó en su mandato y no renovó su silla como consejero. En cambio Aristegui todavía integra el órgano de dirección.
El balance, otra polémica
En la asamblea del 12 de diciembre se definirá además la aprobación o rechazo del último balance, cerrado al 30 de junio, que terminó con pérdidas para la CEB por 1.500 millones de pesos.
Tanto Poggi como el titular de la comisión fiscalizadora, Luis Fantino, minimizaron ese resultado y lo atribuyeron a “los ajustes por inflación”. El secretario de la CEB señaló que si la situación fuera tan crítica como lo señalan desde la oposición no hubieran podido acceder al financiamiento bancario que le permitió a la CEB adquirir 14 nuevos vehículos hace pocos meses.
Aprovechó para criticar a la lista Roja porque hace más de diez años, cuando comandaba la CEB, desconoció derechos de algunos trabajadores enrolados en el gremio Apuaye, lo cual derivó en un juicio que le generó a la empresa un perjuicio económico de 850 millones de pesos.
Pozas dijo que los estados contables presentan irregularidades y que si resultan rechazados por la asamblea de delegados deberán ser sometidos a nuevas auditorías y eventuales correcciones.
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