Gloria Ruiz dijo ausente, pero «no se va a quedar callada», advierten tras el escándalo en la Legislatura
El silencio de la vicegobernadora cumplió una semana. Los diputados de Neuquén cuestionaron ayer con dureza el presupuesto para el 2025.
La vicegobernadora Gloria Ruiz, en el ojo de la tormenta. Foto: archivo Florencia Salto.
La vicegobernadora Gloria Ruiz fue la gran ausente ayer en la presentación del Presupuesto 2025 de la Legislatura. Si bien desde el oficialismo ya habían advertido el día anterior que era probable que asistiera solo el personal «técnico» de la Cámara para explicar los alcances del proyecto, quedó claro en la comisión que los diputados necesitaban respuestas «políticas».
Ruiz se ha mantenido en silencio desde aquella sesión, la semana pasada, en donde un grupo de legisladores intentó sancionar sobre tablas la obligación para la vicegobernadora de crear un fondo anticíclico con una parte de los fondos de coparticipación que resolvió devolverle el gobernador Rolando Figueroa.
Fuera de los protocolos, porque quien conduce la sesión no está autorizada a intervenir, vociferó que lo que estaba ocurriendo era un «escándalo» y una «vergüenza».
Desde entonces, no volvió a pronunciarse. No lo hizo por este tema y tampoco por la publicación que hizo Diario RÍO NEGRO sobre la contratación de al menos diez de sus familiares en la Legislatura.
Ayer desde su entorno aseguraron que la vicegobernadora está atravesando un momento «duro» y que no tiene previsto hacer declaraciones públicas, por lo menos, hasta que se resuelva el debate por el presupuesto y la devolución de fondos a la Legislatura.
«Pero no se va a quedar callada», revelaron.
El gobernador Rolando Figueroa sostiene que el vínculo con la vice es bueno y buscó bajarle el tono a una disputa que tercerizó en sus diputados, propios y aliados.
Si el presupuesto, tal como se presentó ayer, es aprobado, Ruiz tendrá casi tan limitado como este año el uso de fondos discrecionales para hacer obras o aportes a intendentes. Uno de sus proyectos era hacer un «centro cultural» para Plottier.
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