Gerardo Morales: “Los radicales somos muy buenos socios”
El gobernador jujeño y titular de la UCR nacional estuvo en Roca. Su proyecto presidencial, la mirada sobre Vaca Muerta y las disputas provinciales con el PRO, en una entrevista con RÍO NEGRO.
“El tironeo de la grieta no nos ha servido”, asegura el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales.
En Roca, luego de participar de la reinauguración del Comité Seccional, el presidente de la UCR a nivel nacional dialogó ayer con RÍO NEGRO, analizando el escenario preelectoral del país y de la provincia.
Durante la entrevista ratificó sus intenciones de ser presidente de la Nación y dijo que lo ve a Mauricio Macri caminando en el mismo sentido, pero consideró que esa multiplicidad de proyectos personales no afectará a la coalición, que esta vez trabaja en armonía en la construcción de un plan de gobierno.
P: Como toda carrera, un proceso electoral tiene etapas. ¿En qué etapa están el radicalismo y Juntos por el Cambio, para llegar a las elecciones del año que viene?
R: Juntos por el Cambio está trabajando mucho en el programa. La próxima instancia es energía, en diciembre, después economías regionales, educación, salud… estimo que para abril llegaremos con un plan de gobierno.
P: ¿La existencia de un plan de gobierno es la gran diferencia con respecto al proceso 2015/ 2019?
R: Creo que sí. Más allá de algunos ruidos, llegamos bastante más ordenados. El desafío es gobernar como coalición y para eso es necesario tener un plan, asignación de responsabilidades. Creo que la posibilidad de integrar fórmulas también puede ayudar a que logremos esa meta. En el radicalismo estamos bastante más ordenados que en el PRO, pero creo que de todos los ruidos que hubo se van a bajar los decibeles.
P: ¿Esos ruidos complican mucho esa idea fórmula integrada? Imagino que como presidente del radicalismo debe ser complejo definir con quién se referencia dentro del PRO.
R: Dentro del PRO, hablamos con todos. Tenemos buen diálogo con la Coalición Cívica. Con Miguel Pichetto también. La idea es llegar en esas condiciones y enfocarnos en el programa de gobierno.
P: En declaraciones anteriores, usted posicionó al radicalismo con el partido que mayor cantidad de emergentes aporta a la coalición. ¿Desde dónde surge ese concepto?
R: De la realidad. De dirigentes que van a ser candidatos para gobernar provincias, como Rodrigo De Loredo (Córdoba), Martín Arjol (Misiones), Daniel Kroneberger (La Pampa), Carolina Losada (Santa Fe) y Pablo Cervi (Neuquén). Hay muchos que se sumaron y otros que tienen trayectoria en el partido. Eso hace que el mayor aporte de dirigentes que realmente pueden generar un cambio en las provincias lo haga el radicalismo, que está muy fortalecido.
P: Y ese esquema es el que fortalece su intención de ser precandidato a presidente…
R: Eso fortalece al radicalismo, más que a una posición personal. Yo tengo una decisión personal, quiero ser presidente de los argentinos. Y estamos desde el radicalismo en condiciones. Somos un partido de gestión, que gobierna tres provincias, 412 municipios… y donde gobernamos demostramos que lo hacemos con responsabilidad fiscal, ordenando las cuentas, resolviendo como en el caso de Jujuy casos de violencia, de cortes de ruta y de corrupción, cambiando la matriz productiva de la provincia a través de las energías renovables. Me llevó tres años lograr equilibrio fiscal en una provincia que tuvo 32 años de déficit. Nos demostramos los jujeños que no éramos una provincia inviable.
P: ¿La Argentina es viable?
R: Totalmente. En un mundo que demanda energía, alimentos, economía del conocimiento, biotecnología, Argentina está muy bien preparada.
P: Eso desde los recursos ¿pero desde la política?
R: También es viable. Por eso hay que ver cómo se para la coalición. En mi opinión, Juntos por el Cambio tiene que pararse en el diálogo. El tironeo de la grieta no nos ha servido. Cuanto te peleás, terminás alejado de la agenda de la gente.
P: ¿Y con qué medidas?
R: Obviamente, hay que resolver la macroeconomía, bajar la inflación. Pero también lograr acuerdos en medidas estructurales, como un plan de minería. El año pasado exportamos 3.200 millones de dólares, mientras Chile lo hizo por 63.000. En energía también: tenemos que llegar con el gas de Vaca Muerta al norte, vender en lugar de comprar barcos de gas.
El plan de gobierno de Juntos por el Cambio
P: Dentro de ese plan de gobierno en marcha ¿qué coincidencias básicas ya están definidas y cuáles son los principales puntos de diferencia?
R: Hay visiones diferentes todavía. Uno de los temas es cuán rápido se llega a un objetivo y cómo es la hoja de ruta. Quien sea presidente le va a dar su impronta. Pero en los temas centrales tenemos acuerdo. Hay una definición conceptual: lo que resuelve el problema de la pobreza es el trabajo. Entonces esta actitud antiempresaria que tiene el gobierno, de echarle la culpa al campo cuando le faltan dólares… los dólares que faltan son culpa del gobierno, que hundió el barco. El déficit de las empresas públicas era 1.700 millones en el 2020 y ahora está en 5.300 millones. Designaron 16.000 empleados nuevos en empresas quebradas. El déficit de energía pasó de 4.200 a 15.000 millones de dólares.
P: ¿Cómo se genera más empleo?
R: Hay que ordenar las cuentas, pero también poner en marcha un programa productivo. Incentivar a las pymes, modificar legislación que tiene que ver con las relaciones laborales en las pymes, en el pequeño productor, y generar esquemas de promoción para la exportación, para las economías regionales. Tenemos que poner en marcha al país en paralelo que se acomoda la macro. Pero también tener programas de mediano y largo plazo para la minería, para la energía, para la economía del conocimiento, para la educación para el trabajo.
P: ¿En el período 2015/2019 eso no se pudo o no se supo hacer?
R: No llegamos tan articulados. No llegamos con un plan. Pero de todos modos, no hicimos el papelón, la telenovela que hace el Frente de Todos en gestión de gobierno. Ni nos peleamos. Los radicales somos muy buenos socios. Nos hemos comportado con responsabilidad institucional.
El rol de Mauricio Macri
P: Y dentro de ese contexto, ¿qué rol tiene el expresidente Macri? ¿Puede ser candidato?
R: Yo lo veo caminando, como candidato. Está caminando un poquito menos que yo (risas). Pero está bien. Es un referente inexcusable, es el líder del PRO. Pero nosotros tenemos la mejor predisposición. El radicalismo quiere aportar, dando el debate en el programa de gobierno en algunas cuestiones que creemos importantes: ni un Estado tan grande que sea incontrolable y deficitario, ni tan chico que no cumpla con sus funciones básicas.
Hay que resolver esta situación de Estado paralelo que han generado las organizaciones sociales. Hay que terminar con eso, sin dejar de atender las situaciones de pobreza.
Gerardo Morales
El vínculo con el PRO en Río Negro: “Muy difícil”
P: ¿Cómo analiza y qué mensaje deja al radicalismo de Río Negro, que vive un presente complejo en la coalición con el PRO y la CC-ARI de la provincia?
R: He visto a todos los sectores del partido trabajando y para mí esa es la prioridad. La unidad de un partido que ha sido gobierno. Hay que reponer esa estructura que tenemos en vida latente o que está hoy en otras fuerzas provinciales. Creo que vamos a recomponer la masa crítica radical en Río Negro.
P: ¿Tiene independencia el partido para resolver su camino electoral?
R: La decisión nacional es la Mesa de Juntos por el Cambio, pero vamos a ver qué resuelve la Convención acá. En particular, vemos una relación muy difícil con el referente del PRO, de modo tal que no es responsabilidad nuestra que pudiera darse alguna otra situación en Río Negro. Como presidente del radicalismo, voy a seguir muy de cerca el proceso, con la consigna de apoyar las decisiones autónomas que tome nuestro partido acá. Fortalecer el radicalismo en Río Negro es fortalecer Juntos por el Cambio a nivel nacional. Necesitamos gobernar el país y tener buen vínculo también con partidos provinciales, con algunos sectores del peronismo que son disidentes. Es una trama compleja, que requiere diálogo y acuerdos. Para eso hay que salir de la confrontación extrema.
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