Juicio por Villa Mascardi: «No somos usurpadores», dijo una de las mapuches imputada

Se realiza este lunes el último día de audiencias con la palabra final de los acusados y los alegatos de parte.

María Nahuel, madre de la machi Betiana Colhuan, y una de las imputadas en la causa por usurpación habló de la represión en Villa Mascardi: “No somos usurpadores, a nosotros nos vinieron a despojar de nuestro territorio, a nosotros nos vinieron a matar”, enfatizó en sus palabras finales antes de los alegatos en el juicio que se desarrolla en Bariloche.

Nahuel hizo una extensa exposición en su defensa, con reproches a la actuación de las fuerzas de seguridad en todos los años desde el inicio del proceso y reprochó que se permita la presencia del poblador Diego Frutos en el juicio, a quien señaló como un hombre que la “amenazó” por redes sociales y quien aplica “violencia” hacia el pueblo mapuche.

No somos delincuentes”, enfatizó la mujer quien señaló que el desalojo del 23 de noviembre de 2017 fue con violencia, sin mediar palabra y con “disparos”. “Las balas pasaban por al lado mío” afirmó y remarcó que se trataba de todos uniformados varones, “todos violentos”.

María Nahuel, una de las imputadas en la causa por usurpación en Villa Mascardi habló de la violencia que sufrieron en todo el proceso. Foto: Marcelo Martinez

Explicó que previo al desalojo habló con la fiscal (en alusión a la exfiscal Cándida Etchepare) que se comprometió a no desalojar, pero la noche siguiente “llegaron con todo, entraron a los tiros, con gas”.

Indicó que la fiscal conocía que había niños en el lugar y negó que los hayan “puesto de escudo”. Dijo que hay niños que vivieron los desalojos y que tienen secuelas, algunos no hablan.

Reafirmó los dichos de la machi referidos a una historia familiar vinculada al lugar y a la importancia de la líder espiritual. Además cuestionó la existencia de privados en las inmediaciones y acotó: “Tenemos a Frutos y a cuántos más al lado de donde estamos nosotros y ellos ¿cómo están ahí? ¿tienen su título? ¿Parques tiene derecho a vender el territorio o es porque tienen plata?”.

Comenzó este lunes el día de alegatos en el juicio por Villa Mascardi. Foto: Chino Leiva

La importancia de la machi y el día del desalojo


También tomaron la palabra Ailén Tapia, una mujer docente de General Conesa que vive en San Antonio Oeste y el día del desalojo en 2017 se encontraba en el lugar a donde había acudido para acompañar el «levantamiento de la machi».

Expuso que sufrió el “armado de causas todos estos años” pero nunca regresó a Mascardi en estos 7 años.

Dijo que el día del desalojo que se encontraba allí “no hubo mediación alguna, lo único que hacían era agarrarnos y pegarnos”. Explicó que “los niños fueron directamente gaseados a menos de 20 metros de distancia” y ella tomó en brazos a una niña de 3 años, hija de otra mujer, a la que se la quitaron para ser detenida “y no la volví a ver”.

Esa pequeña era hija de Romina Rosas que al declarar hoy indicó que se encontaba con la niña en una carpa donde dormían cuando comenzó el operativo con “muchos tiros” y “gases”. Prometió “volver al rewe” y mencionó la importancia del territorio y de la machi para la cosmovisión mapuche.

“Fui por una necesidad espiritual y decimos la verdad, no somos violentos, no somos terroristas, somos mapuche y queremos que el Estado reconozca todo el atropello que están haciendo hoy con la machi Betiana y con toda su comunidad, con todo el pueblo mapuche que la sostenemos”, afirmó y acotó que “no nos sentimos respetados” y existe “racismo” y “discriminación”.

Luciana Jaramillo, otra de las imputadas que se encontraba con su hijo de 3 años en Villa Mascardi al momento del desalojo, explicó su acompañamiento a la líder espiritual. «La mayoría de las personas que acudimos al encuentro con la lamien machi es por una conciencia propia y también porque tenemos un rol con la machi», afirmó.

Romina Rosas también se expresó en la previa a los alegatos, quien al igual que otras mujeres explicó que se «acercó» a Mascardi ante un llamado por el levantamiento de la machi, una figura espiritual que desde hacía 60 años no existía en la región.

Las imputadas coincidieron en remarcar que en el operativo de desalojo no participaron agentes federales mujeres, eran todos hombres, que no hubo autoridades vinculadas a la niñez para atender a los niños y que los menores fueron separados de sus madres mientras eran detenidas y esposadas, pero posteriormente los llevaron junto a ellas a la comisaría de la Policía Federal en Bariloche.


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