En Río Negro cómo es la asignación de los recursos estatales
En el primer semestre, la Provincia ejecutó -en términos reales- el 74% de lo utilizado el año pasado. Cómo fue la distribución de los recursos en la crisis.
El Estado provincial, según una mirada acotada al dinero desembolsado, se redujo en un cuarto en el primer semestre del año, forzado por la reducción de sus recursos.
En términos reales, las erogaciones de la Provincia de Río Negro en el período enero-junio solamente se aproximaron al 74% de las ejecuciones de igual lapso del año pasado.
Puntualmente, los pagos en los primeros seis meses del 2023 superaron los 221.000 millones y, ponderando la inflación intearanual, esa misma masa en igual período del 2024 se aproximaría a los 869.000 millones.
Pero, el Estado rionegrino pudo utilizar en ese semestre 666.637 millones, a partir de las mermas de recursos por la retracción económica y la suspensión de las transferencias de la Nación.
Esta caída de la masa disponible por parte del gobierno de Alberto Weretilneck derivó en un achicamiento de la respuesta estatal y, en consecuencia, la evidente redefinición de prioridades.
Inicialmente, hay partidas pocos maleables, como los instrumentos financieros y, en ese sentido, venció en abril la primera cuota del bono del Plan Castello, explicando un aumento en la participación del pago de las deudas. Concentró algo más del 12% de los fondos usados frente a menos del 9% del 2023.
La fuerte devaluación y la consecuente inflación derivó en fuertes reclamos gremiales por los haberes públicos, por lo cual, la partida de Personal estuvo sometida a importantes variantes. La ejecución del primer semestre por erogaciones salariales creció en un 199% en comparación con igual lapso del año pasado aunque, igualmente, quedó lejos ese porcentual de la evolución inflacionaria del 271%.
Aún esa depreciación real, la asignación para remuneraciones se incrementó en su porción en la distribución estatal.
Esas obligaciones entre enero-junio exigieron algo más del 60% de los fondos totales aunque esa participación crece al 68% si se excluyen las obligaciones por instrumentos financieros. En el 2023, la parte para el Personal era del 65,8% de los recursos disponibles, con el apartamiento para los acreedores financieros.
El total por las remuneraciones del semestre superaron los 398.283 millones mientras que su similar del año pasado fue de 133.169 millones. Si se actualiza esta partida por inflación interanual, la masa salarial debería haber concluido en los 493.500 millones en junio. Así, existió una perdida real en remuneraciones del 20%.
Así, los salarios públicos, las obligaciones de la deuda y las transferencias (en su mayoría, los fondos a los municipios) suben en sus cuotapartes en la distribución de los fondos provinciales mientras que las mermas se advierten -especialmente- en las erogaciones en “bienes de uso”, “bienes de consumo” y servicios no personales”.
La suspensión de los envíos de la Nación
La retracción de los envíos de Nación explica gran parte del achicamiento del Estado rionegrino.
Entre otras asignaciones que se fugaron, el presupuesto incluye para el semestre algo más de 14.000 millones en dos partidas para Educación, puntualmente 6.500 millones del Fondo de Incentivo Docente (destinado a salarios) y otros 7.500 millones del Pacto Federal (materiales y construcciones escolares). Ambas remesas llegaron a 2.252 millones, es decir, el 15% de lo proyectado.
Otra merma en las previsiones para el 2024 está en los subsidios para el Transporte Automotor.
En el presupuesto anual figura una partida por 3.600 millones pero los ingresos percibidos en el semestre se arrimaron a los 732 millones.
El derrumbe de las ejecuciones de obras y equipamientos
Las contracciones de las asignaciones estatales se advierten -especialmente- en las construcciones y equipamientos (que son los bienes de uso). Se utilizaron, en términos reales, menos del 40% de los recursos ejecutados el año pasado para esos fines.
El efectivo retiro de aportes de la Nación explican gran parte del derrumbe de las obras, más allá de las bajas presupuestarias de la Provincia.
En la distribución, esa partida significó un 1,6% del total frente al 3,6% del 2023.
Esos desembolsos sumaron 10.864 millones y, el año pasado, ascendieron a 7.866 millones, es decir, un alza nominal del 38% aunque, evaluando la inflación, la ejecución real llega al 37% de lo hecho en el 2023.
La crisis también se expresó en las compras de productos, combustibles y materiales (bienes de consumo), con un tercio menos de erogaciones, mientras que en servicios médicos, reparaciones, alquileres y otros (“servicios no personales”- ajustadamente se superó la mitad de los gastados el año pasado.
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