Análisis | Elecciones en Roca: el techo sorista, pero también el falso piso de JSRN
Comparar los números del domingo con los resultados del 2019 ayuda a entender por qué María Emilia Soria sacó tanta ventaja.
El oficialismo de Roca logró el domingo sólo 1.595 votos más que en las elecciones del 2019. (Foto: Juan Thomes)
La ventaja porcentual sobre el segundo fue más amplia, pero el número de votos obtenidos el domingo por el oficialismo roquense no varió mucho con respecto a las elecciones municipales del 2019.
María Emilia Soria logró 33.308 sufragios hace cuatro años y ahora fueron 34.903 las adhesiones, es decir un 4,7% más dentro de un padrón que creció un 7%, pasando de casi 79.000 a 84.500 electores.
Teniendo en cuenta que Martín Soria había obtenido 32.908 votos en los comicios provinciales del 2019, podría concluirse que alrededor de los 35.000 votos está el techo actual de los herederos de Carlos Soria.
El 59,5% de este 2023 -en el que además influye la menor concurrencia a votar- está lejos del 75% que gozaron en los primeros años de gestión, pero el oficialismo roquense tiene el mérito de mantenerse en el podio de las gestiones con mayor respaldo popular de la provincia, después de 20 años en el poder.
En consecuencia, si el sorismo está estabilizado, la explicación de la gran diferencia en los resultados del domingo hay que buscarla dentro de la oposición.
Y ahí también aparecen datos relevantes, porque la suma del 22% alcanzado por Carlos Banacloy con el 8% de los votos del candidato de Cambia General Roca, Gastón Soto, conduce directamente a una cifra muy cercana al 31% que logró JSRN en el 2019.
Ese año la coalición entre el PRO, la CC ARI y la UCR no participó de las elecciones municipales de Roca, algo que seguramente favoreció al postulante del oficialismo provincial en la ciudad, Andrés Barresi.
Por lo tanto, cabe preguntarse si JSRN creyó erróneamente tener un piso de votos, cuando en realidad esos 13.089 votos del 22% de Banacloy son el techo del partido en Roca.
Como sea, la foto del domingo impone una revisión urgente de estrategias dentro de esa fuerza, para lograr resultados diferentes por mérito propio y no por un desgaste del sorismo, que evidentemente está lejos de producirse.
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