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El plan de Figueroa para reactivar más de 400 obras paralizadas en Neuquén

Esta semana buscará que los diputados avancen con el endeudamiento de 500 millones con el cual financiará el plan de infraestructura. Diseñan un programa que priorizará los proyectos en función de indicadores de impacto y costo. Agua y electricidad irán al tope del ranking.

El desfinanciamiento del gobierno nacional para la obra pública en todo el territorio, sumado a los avatares del cambio de gestión en la provincia, dejaron a Rolando Figueroa con un listado de 414 obras frenadas, algunas a medio ejecutar y otras por iniciarse, pero sin presupuesto. Esta semana ingresó a la Legislatura el proyecto para tomar un nuevo endeudamiento de 500 millones de dólares, el más elevado de los últimos años, cuyo 70% se destinará a estas obras de infraestructura.

Los diputados recibirán el martes al ministro de Economía, Guillermo Koenig, y a su par de Infraestructura, Rubén Etcheverry, quienes explicarán los alcances de la ley y las condiciones para la toma de deuda.

Entre las obras que están frenadas hay varias de educación, salud y agua y saneamiento, y ahora el gobierno diseñó el Sistema Unificado de Registro de Infraestructura (SURI) para recopilar y sistematizar la información de las obras y establecer cuáles serán las priorizadas.

“Hay miles de motivos. En algunas, no cumplió el contratista porque no se le pagó, porque después de abril abandonaron todo, tenemos 52 obras de las que se pagaron anticipos y no comenzaron. Hay un mix de situaciones”, describió a Diario RÍO NEGRO el ministro Etcheverry.

El funcionario describió que el monto para reactivar y finalizar ese listado que el gobierno incorporó en la ley de empréstito alcanza unos 200 millones de dólares, aunque concluir unas 127 que se definieron como “priorizadas”, representaría unos 50 millones, a valores de febrero.

El extenso listado que presentó el Ejecutivo a los diputados incluye viviendas a finalizar en Neuquén capital, San Patricio del Chañar, Senillosa, Plaza Huincul, Junín de los Andes, San Martín de los Andes y Aluminé, entre otras localidades. También nuevas escuelas y jardines, ampliación de aulas y construcción de playones, además de obras de agua y saneamiento, de servicios y un amplio programa de pavimentación de rutas. En el listado también figuran algunas emblemáticas de la anterior gestión como el hospital Norpatagónico y el centro de convenciones El Cisne, ambos a finalizar.

Nueva deuda y renegociación de contratos


El primer paso que dio el gobierno para reactivar las obras fue la aprobación en la Legislatura, el miércoles pasado, de la ley que habilitó la renegociación de todos los contratos.

Se debatió sobre tablas con críticas de la oposición por no haber tenido discusión en comisiones y finalmente se sancionó con la incorporación que propuso el bloque del Movimiento Popular Neuquino para declarar la emergencia en la obra pública como consecuencia de la “ruptura de la ecuación económica” para los contratos en ejecución.

La segunda etapa del plan de reactivación será conseguir el financiamiento. Etcheverry estará junto a Koenig este martes a las 9 en la Legislatura para una reunión con los diputados provinciales donde explicarán los alcances del pedido de endeudamiento por 500 millones de dólares que pretenden autorizar.

En el proyecto, el Ejecutivo explicó que, desde el 2023 y una vez conocido el resultado de las elecciones provinciales, comenzaron a hacer gestiones ante “potenciales inversores y financistas de obras de infraestructura”, principalmente organismos multilaterales de crédito como son el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

A estos organismos multilaterales de crédito apuntarán los 350 millones de dólares del cupo de endeudamiento que estarán destinados a obras, mientras que los restantes 150 millones se colocarían en títulos de deuda para pagar vencimientos de amortización pendientes de este año.

El proyecto estableció como ejes del plan de infraestructura la realización de obras “que contribuyan al fortalecimiento de la conectividad vial”; las que “permitan el desarrollo de nuevas zonas urbanas con infraestructura y equipamiento adecuado” para evitar que continúe la migración interna hacia las zonas ya densamente pobladas como la Confluencia; las “obras que permitan y mejoren el suministro de agua”; y las de “reconversión del servicio de gas domiciliario” que resuelvan el problema de suministro, principalmente en el interior.

El gobernador dijo el jueves, cuando presentó el plan de regionalización para Neuquén, que a la provincia le faltan más de 35 escuelas, hospitales y unos 500 kilómetros de ruta y contabilizó que, para ponerse al día con toda la infraestructura que demanda el territorio y las necesidades que existen, se necesitaría unos 4.000 millones de dólares, equivalentes a dos presupuestos.

“Tengamos la expectativa bien clara; en cuatro años no vamos a hacer 4.000 millones de dólares en obras públicas, pero sí tenemos que realizar las obras públicas que son necesarias, priorizarlas, saber cuáles son y generar un impacto regional”, planteó.

La obra del hospital Norpatagónico era de financiamiento compartido con Nación. Foto: Matías Subat.

Edificamos Neuquén, la propuesta de relanzamiento


El ministro de Infraestructura, Rubén Etcheverry, anticipó que están trabajando para presentar, estimativamente el 19 de abril, el plan provincial de obra pública al que llamarán “Edificamos Neuquén”.

“No sé si mejor o peor, pero va a ser una forma de trabajar completamente distinta de lo que se venía haciendo”, afirmó el funcionario, quien adelantó que buscará ser “mucho más comunicativa con los stakeholders, las partes interesadas”.

“Vamos a trabajar con los actores para recibir prioridades que no sean solamente las del intendente o del interesado. Por ejemplo, vamos a tener en lo que se llama un KPI (por sus siglas en inglés, key performance indicator, o indicador clave de rendimiento) por cada ministerio”, sostuvo.

Dijo que están pensando en establecer tres: un indicador de cantidad (metros cuadrados o kilómetros), otro por costo unitario de ejecución y un tercero por “rankeo” o priorización de la obra.

“Ahora es cero, no hay priorización. Hoy viene un intendente y te dice que necesita una obra de agua, la cloaca y la vereda para los frentistas y, cuando le preguntás cuál es la más importante te dice ‘todas son importantes’. Entonces, va a haber una priorización de todo el plan”, planteó Etcheverry.

Detalló que en la “pirámide” de necesidades que estableció el gobierno para diseñar el plan, agua y energía eléctrica están primeros, mientras que en un segundo escalón está la vivienda. “La necesidades básicas son agua y electricidad, después último está (el centro de convenciones) El Cisne, un museo y todo eso que está bien, pero cuando pasaste los otros escalones”, definió el ministro.


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