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El ocaso político del matrimonio Johnston-Germanier en Catriel

La pareja perdió gran parte de su capital político y hasta el momento ninguno tiene lugar en el gobierno de Alberto Weretilneck. ¿Qué ocurrió entre el histórico 72% en las elecciones de 2015 al 25% de los últimos comicios en abril pasado?

La gesta política del matrimonio Johnston-Germinar que durante años administró el poder en Catriel besó la lona en las últimas elecciones municipales y perdió (casi) todo su capital simbólico. Una banca de concejales de la mano de la incondicional Juana Cárdenas es el último bastión de la dinastía que logró en 2015 más del 70% de apoyo popular.


¿Qué pasó en estos años para llegar al 25% en las últimas elecciones y perder todo apoyo del gobierno provincial? Desde 2019, Juntos Somos Río Negro reemplazó al Movic en las boletas del oficialismo local.
Hay que remontarse a los años previos a las elecciones de 2011 y la crisis política que transitaba Catriel con 2 décadas de gestión de la radical María Ros Iémolo. El por entonces veterinario y ciudadano de Catriel Carlos Johnston comenzó a circular como referente alejado de los partidos tradicionales.

Impulsado por su pareja, Viviana Germanier, logró el apoyo de un sector del peronismo y la ola de recambio en una ciudad petrolera olvidada históricamente incentivó a la ciudadanía que se esperanzó con un hombre que venía de afuera de la política y tenía una imagen más que positiva. Sin conflictos sociales, padre de cuatro hijos y con una veterinaria que muchas veces hacía trabajos solidarios, era una buena carta de presentación.


Distinto es el caso de Germanier quien militó siempre en el ámbito político, generalmente cerca del peronismo, pero nunca logró el apoyo de sectores populares especialmente. La docente fue clave para impulsar al entrerriano que como muchos tantos llegó desde el interior a la ciudad en busca de mejores oportunidades. Su veterinaria era de las más populares en la ciudad, y al principio miraba de reojo meterse en el mundo político.


Sin embargo, se zambulló en la escena política y en 2011 ganó las elecciones con un 42% de los votos. Venció entre otros a la histórica jefa comunal Iémolo que con 20 años de gestión logró ganar una banca en el Deliberante en su última participación dentro de la función pública. También se impuso sobre el kirchnerismo que en esos años tenía un fuerte impulso a nivel nacional.


La alegría duró poco en el seno familiar y en la comunidad porque el 31 diciembre de ese año, con apenas tres semanas de gestión, ocurrió el homicidio de Carlos Soria –mentor político- y la cinematográfica huida de Johnston que fue encontrado por la policía con signos de falta de aseo y perdido a unos 3000 kilómetros de Catriel.


El episodio que aún tiene varios cabos sin atar generó los más ingeniosos rumores sobre las causas que lo llevaron a ausentarse. Se supo luego que se trató de un inconveniente de salud mental, de la cual no transcendieron más detalles. Lo cierto es que eso generó “ruido” con el flamante gobernador Alberto Weretineck que tenía que hacerse cargo del gobierno tras la muerte de Soria.


Llevó varios meses mejorar la relación entre municipio y provincia (el gobernador incluso sugirió que debía renunciar al cargo), pero después de ese episodio el vínculo se afianzó notablemente. Tanto que Germanier logró su cometido en las provinciales de 2015 y logró una banca en la Legislatura provincial de la mano de JSRN. Johnston en tanto ganó su segundo mandato ya con una diferencia sin precedentes: el 72% de los votos.

Dato

12
años estuvieron a cargo del Poder Ejecutivo: 8 Johnston entre 2011 y 2019 y 4 Germaniar de 2019 a 2023.

La fuga de las primeras líneas



Catriel que históricamente había sido olvidada, con la gestión de Weretilneck y especialmente el aporte del 6,5% de las regalías petroleras vivió sus años de bonanza. Paralelamente la conducción cerrada de la gestión y la injerencia de Germinar comenzaron a brotar los primeros chispazos puertas adentro.


Afuera ya había fuertes críticas del peronismo por la Fundación Granja Porcina que ya tiene un pedido de auditoría de la intendenta Daniela Salzotto, pero adentro el portazo más fuerte lo dio Elizabeth Cofré quien fue secretaria de gobierno en la primera gestión del veterinario y punta de lanza en las férreas negociaciones paritarias. Cofré, que también supo manejarse con cintura en los cambios de color político, hoy es concejala por el partido libertario de Milei (Primero Río Negro).


Pero no fue la única en irse, luego lo hicieron dos históricos funcionarios: el ingeniero Nicolás Sgalla y el técnico Claudio González. Ambos fueron parte del gabinete de las dos gestiones de Johnston, los más jóvenes y con mayor proyección a nivel local. Sin embargo, en 2019 la pareja invirtió los roles y Johnston ganó una banca en la Legislatura y Germanier logró su gran ansiado anhelo político de llegar a la intendencia. La bonanza económica de las gestiones de su marido le permitieron ganar las municipales, con menor margen (60%), pero no dejó de ser contundente.


Los cuatro años de la docente fueron lapidarios para el hundimiento del partido vecinalista. La pandemia, los conflictos gremiales, los desmanejos económicos, la polémica en torno al funcionamiento de la Granja Porcina y la incapacidad para transparentar su funcionamiento, la falta de apertura política y sin apoyo provincial, Germanier terminó su mandato con una imagen muy decaída que generó un efecto dominó en Johnston que apenas logró 25% en las elecciones de abril. Salzotto ganó en primera vuelta con más del 50%.


Germanier tampoco tuvo un apoyo y rol activo de la exgobernadora Arabela Carreras que apenas visitó un par de veces la localidad, pero fue Weretineck quien terminó de soltarle la mano al matrimonio en la conformación de su equipo de trabajo y hasta el momento no figuran en ningún puesto político. El último conflicto lo vivió días antes de finalizar su mandato cuando inauguró una avenida que según la secretaria de Obras Públicas no estaba terminada. Eso conllevó la renuncia de la funcionaria, dos días antes de dejar el cargo.


La principal crítica que se hizo puertas adentro del movimiento fue la falta de consenso y apertura del matrimonio a darle pista a los jóvenes políticos que se embarcaron en ese proyecto político entre 2019 y 2010.

Juana Cárdenas el único faro de JSRN

Juana Cárdenas apoyó el proyecto del Movic desde sus inicios y es una de las más fieles de la propuesta política que hoy vive su tiempo de mayor crisis partidaria. Fue funcionaria y también formó parte del Poder Legislativo local.


Cárdenas es la única concejal que tiene hoy Juntos Somos Río Negro en Catriel luego de la elecciones de abril pasado cuando Johnston logró algo más del 25% de los votos.


La concejala fue directora de Políticas Públicas y también presidenta del Concejo Deliberante en uno de los mandatos de Carlos Johnston.


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