Conflicto gremial en Río Negro: los puntos para retomar en la nueva etapa

Carreras designó al ministro Stopiello como nuevo negociador con Aguiar. Los compromisos lanzados por las partes.

La gobernadora Arabela Carreras advirtió el miércoles que el conflicto ingresó en una escalada peligrosa. Fue cuando ATE denunció que los salarios de los funcionarios de Río Negro estaban “entre los más altos del país”. El gobierno rápidamente se desmintió esas cifras, pero ese tema siempre urticante en la sociedad volvió a instalarse, con la incomodidad habitual en los despachos oficiales.

La mandataria se sobresaltó en la madrugada de ayer con los bombos del gremio, cuando bloquearon la Función Pública, ubicada a 50 metros de la Residencia. En la mañana profundizó la búsqueda de un nuevo interlocutor con el mandamás de ATE Río Negro, Rodolfo Aguiar, entendiendo que hay agotamiento en esa función para su ministro de Gobierno, Rodrigo Buteler. El conflicto puso en crisis esa mediación y, además, al joven funcionario se le asignó el peor rol: vocero de los cuestionamientos y ofensivas contra los sindicatos.

En la nueva instancia, Carreras eligió en la misión de acercamiento al titular de la cartera de Trabajo, Jorge Stopiello. El flamante ministro ya había intentado un protagonismo mayor en la vinculación con gremios estatales pero, en ese momento, Buteler no había cedido terreno.

En pleno corte de rutas y bloqueos, el ministro y el gremialista hablaron en varias ocasiones, pues el funcionario fue cotejando reclamos y opciones con la mandataria, especialmente en un encuentro en Fernández Oro.

Finalmente, pasadas las 16, Aguiar confirmó que la organización respondería al “gesto de buena voluntad” con la suspensión de las medidas en las calles. Reina la paz gremial.

Esa concesión gremial fue producto de compromisos oficiales, todavía, pocos conocidos. Aún así, sus huellas están en el repaso de las últimas peticiones sindicales desoídas y que dieron forma, en mayor o menor medida, al actual conflicto.

Un punto estará en retomar la paritaria aunque los dirigentes gremiales -ATE y Unter- insisten que el rechazo no se centra en el 21 por ciento sino, en especial, en los plazos de su liquidación, fijado por el gobierno en cuatro meses. “El 6% de marzo es insuficiente, considerando que llegará en abril y es el primer aumento del 2022”, explicó un dirigente del gremio docente.

Además, ATE tiene pendiente un pago diferencial para salarios inferiores, acordado por Carreras y sin acuerdo en el monto. Esa diferencia fue punto de quiebre en el diálogo de Aguiar con Buteler y, en consecuencia, desencadenante de las posteriores jornadas de protesta.

Seguramente, existirán otros compromisos asumidos en las charlas de Stopiello y el gremialista, que reabrió este canal de conversación oficial del gobierno con este “frente gremial”, como ahora se presentan ATE, Unter y Sitrajur. Aguiar fue quién llamó a sus pares sindicales. Ostenta y, difícilmente, comparta esa primera representación y, por eso, se programa -todavía sin fecha- una previa paritaria con la gobernadora.


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