Cómo vivió el oficialismo el dolor por la sorpresiva derrota electoral de la gobernadora Arabela Carreras
La dirigencia y la militancia de Juntos Somos Río Negro se había convocado en el gimnasio del barrio Las Quintas como para celebrar una victoria, que no llegó. La gobernadora reconoció a las 23 de este domingo la derrota, visiblemente afectada por un resultado inesperado. Felicitó a Cortés por el triunfo.
El gimnasio del barrio Las Quintas estaba decorado como para vivir una fiesta. Había numerosos globos verdes, letras enormes del mismo color con el nombre de la candidata, pantalla gigante y un potente sonido. El escenario estaba prolijamente dispuesto para que la gobernadora Arabela Carreras se dieron baño de popularidad y celebrara una victoria electoral. “!Arriba en la militancia, a llamar a los fiscales que cuiden los votos!”, pedía un militante micrófono en mano. Eran las 21 y todavía sonaban los bombos y redoblantes. La esperanza de revertir un resultado, que en el inicio del escrutinio había empezado complicado, aún estaba viva.
Pero el clima festivo se fue apagando con el paso de las horas. “Que no decaiga ese ánimo, falta mucho” se escuchaba en el gimnasio. Las caras que minutos antes eran de intranquilidad, ahora expresaban preocupación. Los mensajes que llegaban a los celulares de los dirigentes de Juntos Somos Río Negro que estaban en el recinto eran poco alentadores.
La decepción se respiraba en el aire y lentamente los militantes fervorosos comenzaron una lenta y silenciosa retirada.
A las 23, cuando la tendencia era definitiva a favor del candidato a intendente de PUL, Walter Cortés, la gobernadora llegó al gimnasio. Entró acompañada de su compañero de campaña, Juan Pablo Ferrari, primer candidato a concejal. En el lugar todo era desolación. Desconsuelo.
Un pequeño grupo de funcionarios, dirigentes y militantes leales que quedaban en el recinto salieron a su encuentro para intentar contenerla. Hubo unos aplausos que Carreras agradeció. Los pocos jóvenes que no se habían retirado hicieron sonar sus redoblantes durante unos minutos como para maquillar el clima que se vivía.
El rostro y los gestos de Carreras evidenciaban el dolor por un resultado que nunca estuvo en sus planes. La gobernadora apostó todo su capital político a su candidatura a intendenta de su ciudad. La más poblada de la provincia. En los dos meses últimos se instaló en Bariloche con gran parte de la maquinaria del Estado rionegrino. Y aun así, se quedó sin nada.
Análisis: La derrota en soledad de la gobernadora Carreras
Las palabras de Carreras al reconocer la derrota
Ferrari fue el primero en tomar la palabra. “Buenas noches. Muchas gracias a todos por el aguante, por estar”, expreso, con la voz entrecortada. “¡Vamos Juampi!”, gritaron algunos militantes para animarlo.
“Hay que estar orgullosos que el cuerpo se lo pusimos, que dejamos todo lo que había que dejar”, aclaró.
“Hay que entender que hoy la sociedad eligió otra cosa”, indicó. Y felicitó a Cortés por el triunfo. “Hay que respetarlo y seguir trabajando para que Juntos Somos Río Negro, que mostró unidad, pueda seguir adelante”, sostuvo.
“Agradecerles a todos los dirigentes que fueron parte de esta unión y a los que no lo fueron sabrán ellos cómo duermen”, advirtió Ferrari, sin dar ningún nombre. Carreras lo escuchaba con atención. “Hoy, nosotros tenemos que estar con la frente bien alta”, afirmó Ferrari.
Cuando le tocó hablar a la mandataria provincial se había formado una ronda de personas a su alrededor. No eran muchos. Pero el sentimiento generalizado que se percibía era de desconcierto y amargura.
“Tenemos que felicitar a Walter Cortés que ha sido elegido ya con una tendencia que consideramos irreversible porque tenemos más del 50% las mesas escrutadas”, reconoció la gobernadora, con la mirada compungida.
“Le vamos a desear éxitos y nosotros por nuestra parte vamos a colaborar en todo lo que esté a nuestro alcance”, afirmó. “Yo de todo corazón, quiero agradecer a tantas personas, a tanta gente que hoy está representada acá, pero muchos de ellos estuvieron en las escuelas, otros estuvieron hasta hace un rato y se fueron”, valoró Carreras, ante un gimnasio casi vacío.
Dijo que fue “una elección difícil por el contexto nacional, por el contexto provincial; también con una economía con una crisis monstruosa que realmente desalienta”.
“Una elección sumamente fragmentada, que va a ser un gran desafío para todos los barilochenses poder contribuir a la gobernabilidad de nuestra ciudad, porque todos queremos que a nuestra ciudad le vaya bien”, aseguró.
Destacó que sintió acompañada en la campaña. “Hemos puesto todo lo que teníamos, toda la militancia, los dirigentes de nuestro espacio, dirigente de otros espacios que nos acompañaron”, enfatizó.
“Pusimos todo para que contar lo que queríamos hacer desde el gobierno de la ciudad; ahora, lo haremos desde otros lugares porque vamos a seguir contribuyendo al bienestar de Bariloche”, aseveró Carreras.
“Vamos a seguir. Seguimos para adelante, el pueblo decidió y somos respetuosos de las decisiones del pueblo” sentenció, en un breve discurso.
El final de la jornada
Después, se quedó por varios minutos intercambiando abrazos y saludos con las personas que la esperaron hasta el final, mientras, en la entrada del gimnasio, una mujer juntaba las remeras verdes que distinguen al partido provincial.
Los últimos militantes se marchaban en silencio. Desconcertados. Casi todos buscaban las explicaciones a un resultado electoral que catapultó a la Intendencia al secretario general del sindicato mercantil, quien meses atrás no había logrado ni ganar una elección de la Cooperativa de Electricidad Bariloche (CEB).
A esa altura de la noche, la pantalla gigante había dejado de difundir imágenes de una gobernadora sonriente, repartiendo decenas de brazos y optimista en numerosos actos de campaña que encabezó en esta ciudad. La música ya había dejado de sonar.
El resultado electoral dejó en evidencia otra vez que el electorado de Bariloche es complicado. Que se comporta de una manera, a veces, impredecible. Un apagón general minutos antes de la medianoche puso el punto final a una jornada electoral cargada de sorpresas en Bariloche, y que marcó un revés doloroso para las aspiraciones políticas de Carreras.
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