Cómo es la ayuda alimentaria en Río Negro para afrontar la crisis social
La demanda crece y la Provincia todavía realiza relevamientos, cruce de datos y ensaya su asistencia de manera individual. Los comedores están en vías de extinción. ¿Qué hacen los municipios de Bariloche, Roca, Viedma y Cipolletti?
La demanda alimentaria en aumento es una realidad en Río Negro que ante la demora provincial en atender las exigencias, los municipios se vieron obligados a multiplicar esfuerzos para responder con aportes y módulos para atajar la crisis social que se vive en los barrios.
En la Provincia los datos no son precisos. El ministro de Desarrollo Humano, Juan Pablo Muena, reflotó la tarjeta Río Negro Presente que fue creada en 2015, en la primera gestión de Alberto Weretilneck, y anunció un plan en busca de lograr mayor transparencia en la ayuda social bajo el paraguas de que se trata de recursos de todos los rionegrinos que se deben gestionar con responsabilidad en este contexto de crisis.
La tarjeta tiene prevista una ayuda de 25.000 pesos por familia para que cada jefa o jefe de hogar compre los alimentos necesarios en los comercios adheridos. “Queremos que cada familia pueda comer en su casa, ese es el objetivo”, fundamentó Muena días atrás en Bariloche e insistió que la idea es “llegar en forma directa a las familias, no vamos a trabajar más con intermediarios”.
El mensaje es para las organizaciones sociales que administraban la ayuda de alimentos secos proveniente de Nación, principalmente, y que también manejaban a través de los merenderos y comedores un aporte con la tarjeta provincial Nutre para la compra de productos frescos. Ese flujo se cortó en diciembre.
Muena dijo a diario RÍO NEGRO que se trabaja en un “padrón único” de beneficiarios y se realiza un cruce de datos con Nación, a través del Sistema de Identificación nacional tributario y Social (Sintys). “Esto permite conocer si las familias reciben algún tipo de ayuda, si tienen propiedades, vehículos, si están registrados en algún programa social o de medicamentos, si tiene subsidios, y nos permite administrar mejor los recursos”, explicó.
El ministro indicó que además “los asistentes sociales se están acercando para relevar a las familias más allá de la cuestión alimentaria porque hay una situación compleja en todo el abanico social”.
Alejandro Peña, referente de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep) en Bariloche, dijo que las organizaciones sociales no se oponen a la nueva premisa del Gobierno de dirigir la ayuda de manera personal, pero “exigimos que también abastezcan los espacios socio-comunitarios” porque en esos ámbitos se brinda contención más allá de lo alimentario.
Peña indicó que el compromiso de la Provincia era que el lunes pasado “bajarían” los operadores del ministerio a las organizaciones para hacer los relevamientos, pero no lo hicieron. “Bastardean el rol de las organizaciones y está claro que somos los que sosteníamos la situación, con ese discurso dejan en evidencia que no tienen capacidad de trabajo para hacer el reparto de la ayuda”, opinó el dirigente de Utep, la organización que a nivel nacional conduce Juan Grabois y que en Bariloche tiene 15 dispositivos.
“El hambre cada vez es más grande, en los barrios populares se nota cada vez más que no hay alimentos, no hay asistencia, los comedores los tenemos cerrados porque el gobierno provincial no está asistiendo y el hambre no espera”, acotó Antonella Ramos, dirigente de Utep en Cipolletti.
Pedimos que haya diálogo con los movimiento sociales. El discurso de los ‘intermediarios’ es una falacia, estamos en el territorio”.
Alejandro Palmas, Frente Patria Grande y Utep Bariloche.
En toda la provincia hay merenderos y comedores que integran la red de organizaciones sociales y también hay espacios impulsados por personas de manera individual con la premisa de una tarea solidaria ante las necesidades de sus propios barrios. Actualmente, con el corte de nación y de provincia, muchos espacios dejaron de trabajar y los que mantienen algún tipo de ayuda lo hacen con insumos aportados por las organizaciones sociales y la solidaridad de privados y vecinos.
La pata política de la Utep, que es el Frente Patria Grande, también sumó presión en los últimos días para que exista “una política pública que sea transparente, que auditen, que hagan registro único”, señaló Alejandro Palmas, referente de Bariloche. La organización apoya los proyectos de los dos bloques de origen peronista que ingresaron en la Legislatura para atender la cuestión social, en uno se pretende declarar la emergencia alimentaria y otro promueve el Programa Alimentario Rionegrino. El Gobierno no opinó, hasta el momento, respecto de las iniciativas de la oposición.
El objetivo para Muena es que a fin de año se pueda administrar todo tipo de intervención del Estado -ya sea ayuda económica para la compra de alimentos, medicamentos u otros- a través de una aplicación que propuso el ministro de Gobierno, Federico Lutz, desde el área de modernización, en la que se busca que los rionegrinos sean “ciudadanos digitales” y que la administración pública tenga un cruce de datos en tiempo real.
Weretilneck y las iniciales erosiones
Motosierra de Nación en la ayuda alimentaria
En paralelo a la respuesta provincial que se reclama, en las ciudades se evidencia con crudeza el recorte de la ayuda alimentaria del gobierno nacional que llegaba con fluidez hasta principios de diciembre.
Esa contención se canceló desde que asumió Javier Milei y no llegó nada más a la provincia. Los alimentos que había comprado la administración anterior quedaron acopiados en galpones y recién la semana anterior con una orden judicial se ensayó una distribución acotada y que no alcanzó a Río Negro.
Sin embargo, en los listados que el ministerio de Capital Humano presentó a la Justicia había dos ciudades rionegrinas mencionadas como destinatarias de alguna ayuda entre los meses de diciembre y abril. Eran Cipolletti, a través de la parroquia San Juan Bosco, y Bariloche, mediante la organización referenciada con Raúl Castells, Movimiento Independiente de Solidaridad y Justicia. Pero en el territorio nadie conoce la existencia de esta agrupación -que tuvo alguna intervención en el 2001 en la cordillera- y se duda del envío de los 4.000 kilos de alimentos mencionados en esa documentación oficial.
Tarjeta y módulos para responder a la demanda en Bariloche
La baja temporada en Bariloche marcada por la falta de turistas, sumado al alto costo de vida en la cordillera, acrecentó todavía más la necesidad de ayuda social de muchas familias que demandan asistencia de algún tipo que golpea de manera dircta la puerta del municipio.
La gestión del intendente Walter Cortés, que asumió en diciembre, recibió de lleno el crecimiento de la demanda social, por eso dio continuidad a la tarjeta alimentaria que se instrumentó en septiembre pasado -en el anterior gobierno- que alcanza a unas 1.700 familias, con un cupo de 10.000 pesos para la compra de productos de la canasta básica en comercios adheridos. Pero además, se retomó la política de entrega de módulos alimentarios.
Fabián Zúñiga, secretario de Capital Humano y Acción Social, afirmó que “ante la crisis económica y la baja de la ayuda nacional y provincial, el municipio salió a brindar algún tipo de contención con la entrega de módulos cada 20 días, dependiendo la cantidad de integrantes de la familia y la situación que atraviesen”.
El funcionario precisó que los módulos tienen 13 productos, que se compran a distintos proveedores “en busca del mejor precio” y se entregan hasta dos unidades por vez a familias numerosas.
“Cuando ayudás no hay nada que alcance porque la demanda es muy grande, la gente está ahogada y la baja temporada también influye”, opinó Zúñiga quien dijo que el objetivo de la comuna es incrementar el aporte a través de la tarjeta para la compra de alimentos, pero se analiza en función del presupuesto.
El titular de Acción Social no puedo cuantificar con certeza el incremento de la demanda respecto del año pasado, pero estimó que hay unas 1.500 familias que ahora reciben alimentos y que antes no estaban bajo programa. El número se actualiza de manera constante.
A los comedores y merenderos la ayuda municipal llega de manera puntual, a “algunos”, según admitio Zúñiga quien remarcó que “somos concientes del dinero que hay disponible y lo que podemos usar”.
El presupuesto oficial para Capital Humano es de 8.184 millones de pesos anuales, de los cuáles la subsecretaría de Acción Social cuenta con 4.400 millones de pesos, de los que ya utilizó más del 25% al mes de abril, según el presupuesto ejecutado.
En Roca aumentó un 28% la ayuda social
Más demanda y menos comedores para dar respuestas urgentes. Esa combinación aparece en el escenario de la ayuda social de Roca, según datos informados por el municipio.
Los registros oficiales indican que durante los primeros cinco meses del 2024 los pedidos de asistencia alimentaria aumentaron un 28% con respecto al mismo periodo de 2023.
Y en contrapartida, la Secretaría de Desarrollo Social detectó que el 33% de los espacios comunitarios habilitados a principios del año pasado están ahora cerrados.
“La mayoría de los/las referentes de esos espacios que han cerrado manifiestan que se debe a la falta de asistencia en alimentos tanto del gobierno nacional como del provincial”, indicaron desde el Ejecutivo roquense, luego de una consulta de Diario RÍO NEGRO.
Desde la gestión local dijeron que el incremento en la demanda se percibe principalmente en las solicitudes de asistencia directa y en la detección de situaciones de necesidad que se realizan a través de los Cecis y del Cepla.
En Roca la asistencia alimentaria municipal es gestionada a través de la Secretaría de Desarrollo Social y su implementación se realiza en forma directa o en articulación con otras instituciones.
Se trabaja por un lado con la Fundación de Estudios Patagónicos, que aporta productos del Banco Patagónico de Alimentos; y por otra parte, con distintos merenderos y comedores, que reciben subsidios económicos.
“Desde diciembre a este momento el registro de Merenderos/Comedores en funcionamiento bajó de casi 80 a 53”, informaron desde el gobierno liderado por María Emilia Soria.
Ante esa falta de aportes nacionales y provinciales mencionado, los funcionarios municipales consultados aseguraron que la estructura local “ha sostenido los aportes a dichos espacios con las mismas condiciones de años anteriores: informes aprobados de seguridad alimentaria y presentación de rendiciones al día”.
Con respecto a la asistencia alimentaria directa, se informó que se brinda a partir de solicitudes presentadas por las personas interesadas o a través de los Centros Educativos Comunitarios Infantiles Municipales y del Centro Preventivo Local de las Adicciones.
“En todos los casos, para efectivizar la entrega de los módulos, se realiza un informe social, en el cual se adjunta documentación pertinente a lo que expresan las personas, que acredite su situación económica – laboral, de salud, habitacional, entre otros aspectos”, indicaron desde Desarrollo Social.
En los Cecis los niños reciben desayuno, almuerzo y merienda, con colaciones y viandas destinadas para aquellos que presentan diagnóstico de bajo peso o sobrepeso, como así también para quienes presentaron situaciones de vulnerabilidad, con ingresos por debajo de la canasta básica alimentaria.
Estas acciones se complementaron con la entrega de módulos de alimentos destinados a cubrir necesidades básicas de los niños y de sus familias.
En el Cepla, creado originalmente para ofrecer alternativas de talleres culturales, deportivos y de oficios, desde hace un tiempo también se ofrece a niños y adolescentes una merienda y se evalúan situaciones de vulnerabilidad para la entrega de módulos.
Viedma con programas individuales y sostén a comedores
La secretaría de Desarrollo e Integración Social la municipalidad de Viedma asiste directamente a 1.200 familias y 27 comedores y merenderos que funcionan en la capital provincial.
El municipio tiene en funcionamientos dos programas propios: «Proa Viedma» con 600 beneficiarios que reciben 8.000 pesos mensuales a través de una tarjeta precargada que se utiliza para la compra de alimentos en distintos comercios adheridos y «A Comer» de ayuda económica de 45.000 pesos mensuales para merenderos, de 75.000 para comedores y de 120.000 pesos cuando en el mismo lugar se prestan los dos servicios.
Además, otras 600 familias reciben bolsones de comida una vez al mes con 15 productos que integran la canasta básica alimentaria, que son comprados por el propio municipio. Con este programa se busca resolver «situaciones más de emergencia», según explicó Mario Sánchez, secretario de Desarrollo e Integración Social.
Esas entregas se realizan martes y jueves en el Centro de Atención Municipal del barrio Lavalle y la pasada semana fueron 70 módulos. «Eso demuestra que está creciendo la demanda» dijo Sánchez y estimó que el incremento «estaría en el 50%» reflejando el difícil momento que atraviesa muchas familias viedmense.
Los fondos que se destinan a estos programas salen de Rentas Generales del municipio, además de un porcentaje de la Tasa de Casino.
Se estima que la demanda que recibe el municipio podría disminuir una vez que se ponga en marcha el programa provincial Río Negro Presente, mientras que desde el gobierno nacional sólo se mantiene el beneficio de la tarjeta Alimentar.
«Se nota un mayor desempleo que, sumado al costo de los alimentos, afecta fuertemente a las familias» aseguró el funcionario.
El aporte es directo y solo para la urgencia en Cipolletti
El municipio de Cipolletti reconoció que la nueva gestión no realiza ningún aporte a los comedores de la localidad y que atiende la demanda social de forma directa. Una política similar a la que empleó el gobierno nacional y no delegar con referentes o movimientos sociales.
El secretario de Desarrollo Humano Diego Cides explicó que hay un equipo de trabajo con llegada a las zonas de mayor vulnerabilidad que trabaja en cubrir la demanda de “necesidad y urgencia” que tienen los ciudadanos cipoleños.
Explicó que con la llegada de Rodrigo Buteler se cortó el aporte a los comedores porque hallaron muchas irregularidades en los procesos. Dijo que en octubre del año pasado se destinaban unos 50 millones de pesos mensuales en asistencia a comedores y merenderos, pero que muchos no repartían la comida. Por eso se cortó ese mecanismo y busca una asistencia “directa” aunque reconoció que el aporte es mucho menor que el año pasado y que por la crisis que atraviesa el municipio se asiste la necesidad urgente.
“Para sostener lo que se hacía hasta el año pasado necesitaríamos 150 millones de pesos y el municipio no los tiene”, explicó Cides. Agregó que en los últimos meses la demanda social creció y que no ve un panorama esperanzador para los próximos meses. Explicó que la política del gobierno para bajar la inflación es la recesión de la actividad económica que tiene un impacto negativo en los sectores populares.
Por su parte la referente social Lila Calderón confirmó que no reciben ninguna ayuda del municipio para el comedor en el barrio Obrero. Dijo que es uno de los pocos que atiende diariamente en Cipolletti y que prepara unas 100 viandas por día. “La respuesta es la misma: vamos a atender a todos individualmente y no atienden a muchos porque según ellos no hay plata”, manifestó.
Que generen sus propios alimentos, un objetivo a mediano plazo
Además de la respuesta ante la demanda urgente, desde el municipio de Roca activaron un programa con objetivos a mediano y largo plazo.
Se denomina “La Chacra Alimenta” y es una iniciativa que otorga el acceso de parcelas de tierra productiva bajo riego a comedores de la ciudad.
“Estas parcelas son cedidas a los comedores bajo la figura de comodato y condicionado a que los comedores cumplan con los requisitos y obligaciones que plantea el programa entre los cuáles se encuentra, por ejemplo, el uso de la parcela únicamente para fines productivos y bajo la propuesta de trabajo que se realiza desde el programa”, explicaron desde el Ejecutivo.
Otros requisitos se centran en que las personas que conforman los grupos de trabajo sean residentes de la ciudad; que participen de las capacitaciones obligatorias que se dictan y que principalmente la producción obtenida sea destinada a los comedores.
“El programa tiene como objetivo generar conocimiento, experiencia y capacidades productivas en la población urbana con necesidad de empleo y de acceso a una buena alimentación. Se busca brindar experiencia práctica para la producción de frutas y verduras agroecológicas”, destacaron desde el municipio.
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