Censo en el basural de Neuquén: el 20% de las personas va hace menos de un año, para generar un ingreso y buscar comida

Uno de los datos alarmantes es que fueron localizados dentro del predio de descarga, junto al pozo, "diez espacios armados" con gente sin "ningún servicio básico", y en condiciones de higiene "paupérrimas". Los niños, niñas y adolescentes llegan a las 13, después de la escuela.

El gobierno provincial reconoció en el relevamiento que realizó en el basural de la ciudad de Neuquén que creció la pobreza. De la población encuestada, el 19,9% manifestó que concurre al complejo ambiental hace menos de un año. «En las entrevistas relatan que producto de la falta de empleo han encontrado en esta actividad» un «ingreso diario y la comida que necesitan para su familia«, afirmó el equipo de profesionales que recorrió el territorio.

El informe lo realizó la dirección de Vulnerabilidad de la subsecretaría de Familia, dependiente del ministerio de Gobierno que conduce Jorge Tobares. Martín Giusti es el responsable del área desde el 3 de mayo.

No fue un trabajo voluntario, sino a pedido de las defensoras de los derechos de Niños, Niñas y Adolescentes.

El relevamiento está situado en el barrio Colonia Rural Nueva Esperanza, donde se ubica el complejo ambiental de Neuquén. El documento dice que «supo ser en su momento un espacio para que productores y crianceros pudieran llevar a cabo sus actividades» y que con «el paso del tiempo la población fue cambiando, donde se comenzaron a ver cada vez menos crianceros, y más personas que ante la falta de respuesta habitacional volcaron su mirada hacia este sector de la ciudad».

A este crecimiento, explica el informe, se le suma el denominado Lote 34 «producto de la relocalización de la ex-toma de Casimiro Gómez». Son 14 manzanas de terreno en la que viven diariamente más de 1000 familias. Este nuevo sector se encuentra «pegado al basural, lugar desde donde se puede ingresar directamente a través de una leve subida de menos de 100 metros que da frente al loteo. Este ingreso no cuenta con ningún tipo de valla o alambrado».

En cuanto a los servicios señala que «en un primer momento llegó el tendido de luz» y en el 2022 «el agua», aunque hay zonas sin cobertura que se abastecen con camiones. El sector no tiene red de gas.

El acceso al centro de salud de Colonia Rural Nueva Esperanza «es sumamente relativo». Del Lote 34 a la salita hay tres kilómetros. A la misma distancia se encuentra la escuela primaria 366. El CPEM 44 de Parque Industrial está más lejos aún: ocho kilómetros.

Cuando se refiere puntualmente a los basurales a cielo abierto, como el de Neuquén, el informe plantea que se «convierten en la fuente de trabajo de una gran cantidad de recuperadores informales, quienes realizan tareas sin ningún tipo de elemento de protección personal, ni cuentan con agua potable para su hidratación y correcta higiene. Tampoco disponen de un área de trabajo segura, quedando expuestos en el frente de descarga del basural».

El municipio de la ciudad de Neuquén recibe y trata los residuos sólidos de las ciudades de Centenario, Vista Alegre, Plottier y San Patricio del Chañar. Ingresan unas 10.500 toneladas de basura al mes.


Remover la basura después de la escuela


El equipo técnico -integrado por una dupla de profesionales de Servicio Social y de Psicología- fue al lugar en cuatro oportunidades: el martes 30 de abril, el jueves 2, el viernes 3 y lunes 6 de mayo. El documento no precisa en qué horarios, aunque por las conclusiones se deduce que el relevamiento se hizo de día. Confeccionaron dos encuestas de modalidad semi-abiertas, con un enfoque desestructurado. Se recabó información cuantitativa y cualitativa, sobre una muestra de 66 cuestionarios completados.

El 17% de quienes respondieron tenían menos de 18 años, el 26% entre 19 y 29 años, y el 53% entre 30 y 59 años. Solo una persona contestó que tenía más de 60. Aquí no hay desagregado por sexo/género.

Entre las observaciones, el equipo identificó «un mayor número de niños/as y adolescentes» que concurren al predio después de las 13, una vez finalizado el horario escolar. «También en este rango horario se visualizó mayor presencia de mujeres», agregó.

El 41% de los censados aseguró que hace más de cinco años que va al basural y un 20% dijo que hace menos de un año. El 59% manifestó que concurre al predio acompañado por su pareja o en grupo familiar.

Uno de los datos sobresalientes es que el 57,57% de las personas no respondió si estaba escolarizada o no. Un 26% afirmó que sí (no se indica el nivel) y un 15,15% que no. La asistencia a centros de salud supera el 50%.

El 86% de la población entrevistada vive en la ciudad de Neuquén y el 48,4% se ubica en colonia y en el Lote 34. Cuando se consultó sobre servicios, el 33,3% contestó que sólo posee luz.

Otra de las consideraciones que menciona el equipo es que localizaron dentro del predio de descarga «diez espacios armados» por personas que viven allí sin ningún servicio básico y en condiciones de higiene «paupérrimas».

Algunos ya se instalaron en inmediaciones del pozo de descarga. Foto Matías Subat.

Faltan lugares de contención para infancias


En el informe se indicó que el último relevamiento en el sector fue en 2019, a raíz de que un adolescente de 13 años «sufrió un accidente producto del aplastamiento de un camión». Lo hizo la empresa Bassa, que tiene la concesión del basural. En ese momento registró entre 28 y 30 familias que vivían de lo que lograban adquirir en el complejo ambiental.

El equipo sostuvo que lejos de disminuir, la concurrencia aumentó y enumeró cuatro razones. La primera es el crecimiento de la pobreza, con ese 20% de asistencia que se advierte recientemente, y la segunda el aumento poblacional, a partir del 48,4% que va desde colonia y especialmente del Lote 34.

«Del dato obtenido de las entrevistas destaca que fueron relocalizados de la toma de Casimiro Gómez, y que al verse y sentirse excluidos de la ciudad han encontrado una forma de ingreso diario en el basural, replicando modos y enseñanzas de aquellos vecinos que viven tradicionalmente de esta actividad. Existen grupo poblacionales sumamente variados, donde se pueden hallar desde segundas o terceras generaciones de recolectores», detallaron los profesionales.

Y subrayaron: «no es menor el detalle que en el movimiento de la ciudad hacia este sector no se planificó, ni se pensó la distancia a la que quedarían estos habitantes de los centros de salud, escuela primaria o secundaria, como así también de los medios de transporte».

El informe remarcó que en el Lote 34 hay un centro de promoción comunitaria que funciona en un tráiler y no existen espacios recreativos para niños y niñas, que acceden fácilmente al basural ya que está enfrente, sin ningún tipo de restricción.

Un tercer aspecto es justamente la ausencia de espacios de contención después de las 13.

«Aquí se puede apreciar un movimiento de personas, un cambio de población, donde comienzan a aparecer muchas más mujeres con niños, así como también niños y adolescentes solos. Un informante nos había transmitido que muchas madres esperan a la salida del colegio para luego ir. Al no existir lugares de contención deben de llevar a sus hijos con ellos. Asimismo la distancia con las instituciones escolares se evidencia en las dificultades de regularidad para ir, notándose un alto número de personas que han desertado. Esto afecta directamente a los niños/as y adolescentes«, enfatizó el informe.

El último punto es el aumento de la cantidad de basura que llega al complejo y hace que «tenga una vida de 24 horas». «Continuamente ingresan y salen camiones, renovando continuamente tanto la basura, como las personas que van rotando por horarios para ir a buscar», puntualizaron los profesionales.

En las conclusiones ambos destacaron que existe «un potencial riesgo para aquellos niños y adolescentes que asisten a este sector. Asimismo preocupa los niveles de deserción escolar sobre esta población y la naturalización de la recolección de basura como medio de vida».

Aseguraron que no toda la población en el lugar «está abierta y dispuesta a hablar» y que es necesario no «entorpecer su tarea diaria». Propusieron que haya equipos que releven lo que sucede en la noche y en la madrugada, y recomendaron censar las condiciones habitacionales del Lote 34.

Con estos resultados el Poder Judicial le pidió ayer por oficio al Ejecutivo los «planes de acción, articulación, y derivación correspondientes para los grupos familiares que tengan niños, niñas y adolescentes a cargo».

Barriletes en Bandada es uno de los espacios que recibe a niños, niñas y adolescentes que recolectan en el basural. Foto Cecilia Maletti.

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