Bariloche: no pueden erradicar los roedores en una escuela y suspendieron las clases

El edificio alberga a las ESRN 334 Y 44. fue fumigado la semana pasada pero hoy encontraron una vez más rastros de lauchas. La protesta de estudiantes y docentes obligó a Educación a profundizar el operativo de limpieza.

Ante la ineficiencia de los métodos aplicados para combatir la presencia de roedores en una escuela secundaria que alberga a unos 540 alumnos, la delegación Zona Andina del Consejo de Educación resolvió hoy suspender las clases para realizar una “revisión exhaustiva de todos los rincones” y garantizar que las condiciones sean seguras.

Las denuncias surgieron hace varios días y la semana pasada Educación contrató un servicio de desratización, con una empresa tercerizada. Cuando se presentaron en la mañana de hoy, alumnos y docentes encontraron otra vez excrementos “frescos” de lauchas y también comprobaron que no habían desaparecido los “ruidos” atribuidos a esos animales en el interior de las paredes.

El edificio está ubicado en Elordi y 2 de Agosto y tiene condición de “provisorio” desde hace más de dos décadas, cuando fue emplazado en el lugar con paneles modulares descartados por la obra hidroeléctrica de Alicurá. Allí funciona a la mañana la ESRN 44 y por la tarde la ESRN 33.

Docentes y estudiantes de la ESRN se movilizaron hoy para reclamar una desratización a fondo del edificio escolar. (Marcelo Martínez)

El delegado de Educación, Santiago Velázquez, se presentó en la escuela esta mañana para atender los reclamos, defendió el “protocolo” seguido para cumplir con la limpieza y desratización, pero no consiguió tranquilizar los ánimos. La protesta fue encabezada por los docentes, no docentes y los alumnos del establecimiento, con acompañamiento de la Unter y también de ATE, en representación del “personal de servicio de apoyo”.

Parte de la discusión giró en torno a la obligación establecida por Educación para que el personal PSA esté presente en la escuela aun durante los trabajos de fumigación y limpieza, porque la indicación es que el edificio “siempre debe estar abierto”. Algunas porteras dijeron haber sufrido malestares respiratorios.

Los propios estudiantes recordaron que la escuela tiene problemas recurrentes por “colonias” de roedores, que parecen difíciles de erradicar. El año pasado ya atravesó por un conflicto similar.

Velázquez admitió que la demanda no estaba resuelta y dispuso suspender las clases para “realizar una limpieza exhaustiva, de todos los rincones, cajoncito por cajoncito” a fin de comprobar si la desratización fue efectiva, y obtener la certificación de una especialista de seguridad e higiene y de Cuarta Zona Sanitaria.

Discusión metodológica

En un momento de la improvisada reunión que se realizó en el patio interno de la escuela, Velázquez se enfrascó en un debate con docentes y sindicalistas sobre las mejores técnicas y productos para combatir a los roedores. Y terminó por aceptar todos tienen sus beneficios y contraindicaciones.

“No es fácil venir a dar la cara acá. A veces sin las explicaciones que se esperan. Si me dejan a mí, yo los mato a escobazos” dijo en algún momento, cuando el intercambio pareció entrar en un callejón sin salida.

Una referente de ATE cuestionó que “hoy el gobierno mande a la gente a trabajar, cuando las respuestas no están”. Uno de los docentes de la escuela 44, Daniel Fuentes, dijo que ante el panorama que encontraron (y antes de la suspensión de clases) algunas familias decidieron retirar hoy mismo a los chicos de la escuela. Señaló que una de las demandas de los padres era saber con precisión y “por escrito” cuál fue el producto utilizado para combatir la plaga.

Las explicaciones de Velázquez fueron interrumpidas, en algún momento, a puro redoblante y con el canto de “queremos escuela nueva”.

La secretaria gremial de Unter Bariloche, Norma Pérez, explicó que el edificio fue levantado como una solución “provisoria” a la demanda educativa y lleva muchos años en esa condición. Dijo que en la misma manzana hay escuelas con edificio nuevo, que no tienen problema con los roedores.

Señaló también que en la 44 y 33 existen “nidos” de lauchas desde hace años, que llegaron a eliminar todo el machimbre de las paredes para que no encuentren cobijo, pero no pudieron errradicarlos.

Aun así, Educación demoró hasta hace unos días el desmalezamiento que debió realizar en el verano -dijo Pérez- y en la puerta hay contenedores de basura que “no se retiran, y es responsabilidad del municipio”. La dirigente de Unter dijo que “no va a volver a haber clases hasta que estén garantizadas las condiciones”.


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