Denuncian despidos masivos y cierres en los espacios de memoria que funcionan en la ex ESMA

El sábado los trabajadores del lugar harán un festival contra las desvinculaciones y el cierre de un centro cultural.

Trabajadores de la secretaría de Derechos Humanos de la Nación hicieron hoy una asamblea en la puerta del Espacio Memoria, donde funcionaba el centro de detención y tortura de la ex ESMA, para rechazar el cierre del centro cultural Haroldo Conti ubicado allí y los cerca de 600 despidos que, aseguran, efectivizará el gobierno de Javier Milei en el área.

«Nos enteramos hoy en la puerta de la secretaría de Derechos Humanos que 600 trabajadores estarían siendo despedidos«, aseguró Melisa Hobert, delegada de ATE en la secretaría de Derechos Humanos, en diálogo con la agencia Noticias Argentinas.

Hobert dijo que en el total de trabajadores desvinculados, se encuentran 60 del centro cultural Conti, donde solo quedarían otros 20 que son planta permanente y se haría imposible seguir funcionando.

Fuentes de la cartera que conduce Mariano Cúneo Libarona señalaron al mismo medio que, en el caso del Conti, no será cerrado, aunque no aclararon de qué se tratará el proceso de reestructuración que se anunció sorpresivamente antes de fin de año.

Asamblea y festival afuera del ex ESMA por los despidos y recortes


Hoy jueves, mientras tanto, se concretó la asamblea de los trabajadores del espacio cultual, que además convocaron para el sábado a las 18 un festival que se hará en la puerta del lugar. Diversos artistas fueron invitados, además de dirigentes políticos, gremiales y de derechos humanos.

Según informó ATE el pasado martes 31 de diciembre el secretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, decidió cerrar el centro cultural Conti por el mes de enero y notificó a los empleados que no debían concurrir a su lugar de trabajo hasta nuevo aviso por una «reestructuración».

Asimismo, detalló que los empleados recibieron mensajes de WhatsApp en sus teléfonos que además del cierre de su lugar de trabajo, les anunciaba que quedaban en guardia pasiva y que no debían presentarse a trabajar a partir del 2 de enero.

Los recortes y despidos generaron repudio en varios sectores del ámbito sindical y de los derechos humanos.

«Los trabajadores y trabajadoras de la Secretaría de Derechos Humanos, del Museo de la Memoria
y del Centro Cultural Haroldo Conti no son “ñoquis”; son profesionales que velan por la Memoria,
la Verdad y la Justicia», publicaron, por ejemplo, desde ATE en un comunicado.


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