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Armas menos letales: la Policía de Neuquén ya se entrena para usarlas

Lo admitió el ministro de Seguridad, Matías Nicolini. La Jefatura se pronunció a favor de su uso en un informe que envió a la Legislatura, pero advierte que es necesaria una intensa capacitación.

La Policía de Neuquén «se está informando y capacitando en todo equipamiento, incluso en armas menos letales» pero «no se han adquirido», admitió el ministro de Seguridad, Matías Nicolini. Por su parte la Jefatura de Policía se pronunció a favor de la utilización de este tipo de armamentos en una nota que envió a la Legislatura provincial.

Nicolini respondió a un pedido de informes que presentó diario RÍO NEGRO, aunque a medias. No contestó varios puntos, por ejemplo en qué tipo de armas se está entrenando al personal, ni cuáles son las empresas proveedoras, ni el costo. En cambio, entregó datos que no se solicitaron.

Si bien está claro que la Provincia no compró las armas menos letales, el objetivo del pedido de informes era conocer qué empresa las proveyó para la capacitación y a cambio de qué. Un segundo pedido de informes no recibió respuesta y el plazo que otorga la ley 3044 ya venció.

Mientras tanto, la comisión de Derechos Humanos de la Legislatura retomará este jueves el tratamiento de un proyecto del diputado Marcelo Bermúdez (Pro-NCN) para dotar a la Policía de armas menos letales. Luego de cosechar rechazos de la APDH Neuquén y del Comité Provincial contra la Tortura, apareció la primera adhesión: de la Jefatura de Policía.

Armas menos letales: «una alternativa intermedia»


«La utilización de estos dispositivos no letales ofrece a la intervención de nuestros agentes policiales una alternativa intermedia entre la fuerza física y las armas letales, lo que permitiría controlar situaciones en forma segura y prevenir consecuencias irreparables», dice el jefe, comisario general Carlos Tomás Díaz Pérez.

La división Planificación de la Jefatura elaboró un extenso informe en el cual analiza los «dispositivos de descarga eléctrica» (las Taser) y los «dispositivos de lanzamiento con proyectiles de impacto» (las Byrna). Estas últimas disparan esferas «con agresivos químicos» para «hacer cesar la acción de un oponente».

En un apartado, se aclara que «no deben usarse como material antidisturbios en eventos masivos». Considera población de riesgo a adultos mayores, embarazadas, niñas, niños y adolescentes, personas discapacitadas o individuos de bajo peso corporal.

«Capacitación exhaustiva»


En varios pasajes, la Jefatura advierte que el uso de las armas menos letales «debe estar respaldado por una capacitación exhaustiva y directrices claras para asegurar su utilización de manera proporcionada, minimizando el riesgo para todas las partes involucradas».

También hay una especie de dictamen de la Asesoría Letrada de la Jefatura, en el cual se afirma que la Corte Suprema de Justicia de la Nación «desestimó una demanda» de un ciudadano contra la Ciudad de Buenos Aires por el uso de las Taser «argumentando que no se había demostrado un daño concreto y que el planteo era prematuro».

En realidad ese argumento lo utilizó el Tribunal Superior de la CABA. El ciudadano, Carlos Pisoni, presentó un recurso extraordinario que la Corte rechazó sin siquiera analizar el tema (aplicó el artículo 280, una cuestión formal).

Por otra parte, la asesoría letrada elogia la utilización de las armas menos letales pero también advierte: «necesariamente su implementación requiere de capacitaciones exhaustivas y sostenidas en el tiempo para que los efectivos policiales puedan actualizar sus habilidades».

Las capacitaciones deberán ser además en «primeros auxilios y cuidados médicos básicos ante posibles efectos secundarios».

Armas menos letales: las objeciones


Al presentar sus objeciones a proyecto, el Comité contra la Tortura documentó casos en los que la utilización de las armas menos letales causaron muertes.

Añadió: «Se observa ausencia de diagnóstico del cual se desprende la oportunidad de este proyecto, no se definen criterios objetivos basados en datos, estadísticas, informes”.

La APDH en tanto fijó su postura: «Existe la inseguridad, lo reconocemos. La cuestión es cuál es la mejor respuesta. Y la mejor no es más armas sino más debate, y abordar la cuestión social, que es fundamental en una provincia con altos niveles de pobreza”.


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