Análisis: un sistema electoral con doble escrutinio, que se perfecciona hace décadas
La denuncia de fraude sin aportar pruebas hecha por La Libertad Avanza agrega tensión innecesaria al balotaje presidencial, ya cargado por el escenario de paridad que señalan las encuestas, la agresividad de los discursos y una ola de amenazas e incidentes.
Como ha señalado este diario, nuestro sistema electoral, más allá de ser muy perfectible, volvió a mostrar este año transparencia, imparcialidad y celeridad en la emisión, el conteo de los votos y en la comunicación de resultados. No hubo mayores conflictos y las diferencias entre el recuento provisorio y el definitivo fueron mínimas.
Se ha consolidado un aceitado mecanismo de controles cruzados entre el Ejecutivo, la Justicia Electoral, los partidos y los ciudadanos que hace muy difícil un fraude masivo y general. Desde el inicio, se designan por sorteo 200.000 autoridades de mesa entre la población, que controlarán la votación en cada mesa. Tienen a su disposición al Comando General Electoral, con 85.00o agentes de fuerzas armadas y de seguridad que garantizan el orden y asisten a las autoridades de mesa. Hay 17.000 delegados de la justicia Federal con competencia electoral. Cada partido dispone de miles de fiscales que supervisan la elección en todas sus instancias. No es que no se produzcan irregularidades, pero hay mecanismos para detectarlos y corregirlos en cada instancia electoral.
Argentina tiene dos escrutinios. Uno es provisorio: es informativo para la ciudadanía, se basa en telegramas de cada mesa y lo organiza el Ministerio del Interior. El otro es definitivo: es el único con validez legal, en base a las actas de cada mesa que realiza la Justicia Electoral, a cargo de cada uno de 24 jueces federales y a partir del cual se asignan cargos. Suele demorar semanas.
En estos comicios no hubo denuncias formales por parte de los partidos y alianzas que participaron, sólo comentarios en redes sociales y medios. Ninguna acusación estuvo vinculada al escrutinio definitivo.
Una muestra de la imparcialidad es que han ganado fuerzas de distinto signo. Por mencionar solo casos recientes, en 2013, 2015, 2019 y 2021 perdieron las fuerzas gobernantes.
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