Análisis: El triunfo de Javier Milei, contra los partidos tradicionales
Su partido saltó la grieta por primera vez en 15 años e interpretó el sentimiento de una mayoría que vio como artificial el armado de campañas electorales en tiempos en los que muchísimos la pasan mal.
Los festejos por el triunfo de Javier Milei en las elecciones primarias de ayer no fueron en las calles sino en los hogares o, en el mejor de los casos, en las redes sociales. Los llamados libertarios saltaron la grieta por primera vez en 15 años e interpretaron el sentimiento de una mayoría que vio como artificial el armado de campañas electorales en tiempos en los que muchos, muchísimos, la pasan mal.
Con precios que se disparan, un dólar incontrolable y los salarios cada vez más deprimidos, sería un error interpretar el voto a Milei como una expresión de bronca. Creó expectativas de esperanza en un país devastado.
La palabra de Milei, que encontró en los grandes medios de comunicación el canal ideal de un discurso que parecía delirante, se coló en el medio de una grieta que alimentaron las dos grandes fuerzas que hasta ahora se disputaban los votos del país y pegó un salto.
Puso en agenda cosas como la venta de órganos, la dolarización de la economía y la quita derechos conquistados en este siglo. Fueron ideas lanzadas a gritos que aturdieron a algunos pero que calaron en los hogares de casi seis millones de argentinos.
Está por verse cómo se repartirán en las generales los tercios en los que se conformó el voto de estas PASO. Si fuera lineal, que sabemos que no lo es, el peronismo podría tener la peor elección de su historia, peor incluso que la de ayer.
Por primera vez en la historia reciente, Argentina tiene tres opciones electorales fuertes.
El gobierno y su candidato-ministro Sergio Massa tendrá el mayor desgaste porque muchas de las razones por las que Unión por la Patria salió tercero son responsabilidad suya. Pero los discursos de Milei y de la candidata a presidenta de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, se parecen tanto que será difícil encontrar los matices que los diferencien.
Milei mostró ayer el error de los partidos tradicionales. Sus ideas, por peligrosas y trasnochadas que sean, fueron las más votadas.
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