Alberto Fernández en Bariloche y la defensa de la inversión en ciencia como herramienta de “soberanía”
El presidente dejó definiciones estrictamente vinculadas al desarrollo tecnológico y científico del país. Evitó hablar de actualidad política y destacó el proyecto de hidrógeno verde.
El presidente Alberto Fernández destacó ayer la importancia de la cooperación entre el Estado y “el capital privado” en el desarrollo de la ciencia y la tecnología, “como ocurrió en la pandemia”, pero dijo que si las empresas se desentienden el Estado debe tomar esas inversiones a su cargo, porque es el modo de “lograr soberanía”.
Fernández encabezó ayer en esta ciudad la inauguración del nuevo edificio del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente, un centro científico que comparten el Conicet y la Universidad del Comahue y funciona desde 2006.
En el acto estuvo flanqueado por la gobernadora Arabela Carreras y por el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Daniel Filmus. El auditorio en buena medida estaba compuesto por investigadores y científicos del Inibioma y Fernández destacó el alto número de mujeres que se desempeñan en ese y otros institutos. “Las mujeres científicas son muchas y maravillosas” dijo. Y se aseguró uno de los primeros aplausos.
El presidente destacó también la “gran historia de Bariloche” como polo de ciencia y técnica, reseñó el origen del Instituto Balseiro, la Cnea y las capacidades alcanzadas por Invap. Prometió avanzar antes de fin de año con la designacion de esta ciudad como “capital nacional” de la ciencia y la tecnología.
“Que Bariloche haya sido capaz de convertirse en punto referencial del desarrollo de la ciencia y la técnica la hace merecedora de que el resto del país le reconozca esa condición”, afirmó.
El avión que trajo a Fernández aterrizó a las 12.50 en el aeropuerto local y su presencia en el Inibioma no duró más de una hora. Hubo un grupo de dirigentes vecinales que se presentó con el objetivo de entregarle un petitorio con proyectos de obra y cuando se retiraba conversó brevemente a los miembros de la comunidad mapuche Buenuleo, que mantiene un litigio territorial al pie del cerro Ventana.
Luego se dirigió al instituto Balseiro, en visita cerrada a la prensa, con el fin de recorrer las obras en construcción para el dictado de Ingeniería en Telecomunicaciones. En viaje hacia el oeste, y a la hora del almuerzo, hizo una parada no prevista en la casa del intendente Gustavo Gennuso, ubicada a la altura del kilómetro 6,100 de la avenida Bustillo.
El estrado para el acto en el nuevo centro de investigación científica fue ubicado al aire libre. Fernández sugirió que en principio no le había parecido buena idea y que en el avión le dijeron que Bariloche lo recibía con 3°C. “Pero la verdad es que no hace tanto frío”, admitió al arrancar el discurso.
El presidente evitó hablar de actualidad política
El presidente no tuvo contacto directo con la prensa, que fue mantenida a distancia por una nutrida cuadrilla de custodios de policía federal y de la “casa militar”. Fernández se centró en temas de ciencia y educación. Evitó hablar sobre la actualidad política nacional y sobre el cuestionado ajuste de gastos implementado por el nuevo ministro de Economía Sergio Massa.
Pero igual deslizó una referencia oblicua al mencionar las cifras reales y las ideales de inversión en ciencia y tecnología. Citó un estudio de la Cepal que -según dijo-. “va a poner contento a Daniel (por Filmus) y lo va a poner preocupado a Massa”.
Refirió que, según ese organismo, “los Estados Unidos, la Unión Europea, los países de la Ocde y China tienen un nivel de gasto en investigación y desarrollo que es superior al 2% del PBI”.
Y admitió que la Argentina está muy lejos de esos números. “Nosotros dictamos una ley de financiamiento de ciencia y técnica que nos propone que este año lleguemos al 0,31%. En 2015 tuvimos el 0,37%, el gobierno anterior dejó el 0,22% y aspriramos a tener 0,31 este año y 0,34% el año que viene. Pero lo que deberíamos tener es un 2% si queremos ser un país que realmente le preste atención a la ciencia y la técnica”.
Según Fernández, “la historia indica que para el desarrollo de la CyT hace falta también unir al capital privado con la investigación promovida desde el Estado. Trabajar juntos, producir juntos, como ya lo hemos hecho en la pandemia”.
Pero advirtió en seguida que “si no hay interés del capital privado en involucrarse en cosas que hacen al desarrollo nuestro, debe ser el Estado el que lo desarrolle, porque es el único modo que tenemos de lograr soberanía y de resolver nuestro futuro”.
Insistió en que “todo lo que invierta el Estado en educación y conocimiento no es un gasto, es inversión hacia el futuro”.
Antes había puesto un ejemplo que repite “siempre” (según reconoció), sobre el aprovechamiento de los hidrocarburos que realiza Noruega. Dijo que ese país “descubrió que tenía enormes reservas gasíferas, pero no sacó el gas hasta que desarrollo su ciencia y su tecnología para poder ser dueño del recurso”.
Apuntó que “la alternativa era hacer lo que ocurre en otras latitudes, en cualquier país africano, muchos de ellos fundados en lagunas de petróleo. Para poder sacar el petróleo y el gas recurren a los que tienen la tecnología. Así se van gran parte de las riquezas a manos de otros”.
Defendió el modelo noruego para el ámbito nacional. “Poder seguir desarrollando tecnología en la Argentina nos va a hacer más fuertes”, subrayó.
Guiño al gobierno de Arabela Carreras
En su mensaje Fernández también reservó un guiño para el gobierno rionegrino y su acariciado proyecto de hidrógeno verde. Reconoció que esta provincia tiene la iniciativa más potente de todo el país en esa variante energética y destacó que se trata de un recurso que en poco tiempo “se va a exportar al mundo”. Recordó que en la última cumbre mundial del clima pudo hablar con productores de hidrógeno que “ya tienen vendido lo que van a producir en plantas que todavía no construyeron”.
Según el presidente, el mundo está viviendo “una revolución de la teconología” equiparable a la revolución industrial de hace dos siglos y “el futuro de las sociedades está en el conocimiento”.
En el micrófono lo precedieron el ministro Filmus, quien dijo que en el área a su cargo “hacen falta políticas de Estado, que atraviesen los procesos electorales”. Señaló puntualmente que “Invap y otros” se beneficiarían de un acuerdo en esa línea.
Aseguró que el presidente, al convocarlo para el cargo, le planteó que la gestión será evaluada por “la capacidad de federalizar la ciencia”. Filmus admitió que hoy “el 85% de la inversión en ciencia y técnica está concentrada en el área metropolitana y central” del país y su plan es revertirlo en “un giro copernicano”, para que el 85% de la inversión vaya a “las provincias, donde es necesario agregar valor y cambiar la matriz productiva”.
Dijo que “la ciencia puede transformar pesos en dólares, sustituir importaciones en forma inteligente” y lograr que la Argentina no solo sea reconocida por la exportación de materias primas sino también de productos “más sofisticados”.
El presidente Alberto Fernández destacó ayer la importancia de la cooperación entre el Estado y “el capital privado” en el desarrollo de la ciencia y la tecnología, “como ocurrió en la pandemia”, pero dijo que si las empresas se desentienden el Estado debe tomar esas inversiones a su cargo, porque es el modo de “lograr soberanía”.
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