A 46 años, el legado de las Madres de Plaza de Mayo de Neuquén

El 30 de abril de 1977 fueron parte de la creación de la Asociación Madres de Plaza de Mayo como la filial Neuquén y Alto Valle. “Antes ya nos reuníamos en el Obispado”, explicaron Lolín e Inés, las Madres neuquinas.

Las Madres neuquinas de Plaza de Mayo cumplen sus 46 años de pañuelo y lucha como asociación, nacidas de las rondas en Buenos Aires con cientos de Madres que buscaban a sus hijos desaparecidos en 1.977.

“El 30 de abril es una fecha en la que nosotras salimos junto con todas las madres de Capital y de todas las provincias. En esa época éramos cientos de madres en la Plaza de Mayo”, recordó Inés Rigo de Ragni.

Desde ése día, Junto con Lolín Rigoni formaron parte de la filial Neuquén y Alto Valle de las Madres de Plaza de Mayo.

“Pasa el tiempo y la fecha, pero no cambia nada: el reclamo por justicia no cambia ni con uno ni con otro gobierno”, planteó Inés en una nota con Río Negro, desde la casa de Lolín Rigoni, quien se recuperó de una operación tras un tropiezo doméstico.

Lolín explicó que por eso estuvo con un “saludo virtual” en la marcha del 24 de marzo de este año, pero ya más repuesta de su salud, organizó junto a Lolín, el encuentro con los jóvenes en la biblioteca Eliel Aragón (Mudón).

“Las Madres tenemos una gran fuerza por esos 30 mil compañeros, hijos, nietos y familiares que querían otro país, en esta provincia. Para este 30 de abril estamos con Lolín en una biblioteca con una película en la que se trabajó muchísimo para que salga, para que los alumnos de las escuelas conozcan las historia de las Madres”, dijo Inés.

Por su parte, Lolín agregó que siguen firmes con “las primeras palabras: aparición con ida”.

Explicó que a 46 años de los inicios como asociación “a algunos les parecerá una barbaridad, pero a nosotras, nos pareció ayer. Siempre fuimos muy intuitivas y arriesgadas: cuando monseñor (Jaime) De Nevares nos convocó a ser parte de la APDH, ya íbamos a las 9 de la noche a reunirnos (en una casita lateral al obispado) para ver qué pasaba; y volvíamos con mi marido de noche, a Alta Barda e Inés a su casa”, describió.

Lolín aclaró que las Madres prefieren no hacer mención de sus casos personales, pero a diferencia de Inés, después de la desaparición de su hijo Roberto, a la familia Rigoni le contestaron un hábeas corpus y le informaron que su hijo estaba muerto. Cuatro años después le entregaron su cuerpo.

“Nunca dejé la Plaza ni el lugar, la lucha no termina con haber sido secuestrado un hijo y en nuestro caso, recuperar sus restos: los buscamos con vida, salimos defendiendo la vida. Fueron secuestrados, torturados, muertos, desaparecidos. La vida la defendemos buscando salud, educación, bienestar para las personas. Estaba en la plaza (de Mayo), eso es defender la vida. Hemos aprendido que no es solo lo personal, lo aprendimos de nuestros hijos: fue lo mejor de una generación de militantes, con convicción. La única lucha que se pierde es la que se abandona, los buscábamos con vida, salimos a defender la vida”, insistió.

Lolín aseguró que los jóvenes que fueron desparecidos por la dictadura cívico militar buscaban justicia social “que hubiera menos desigualdad y que se repartiera mejor. Ponían en riesgo su vida, porque ellos a los 20 ó 23 años querían vivir, ofrecían el riesgo que significaba esa lucha. Muchos no volvieron”.

Inés agregó que hubo una decisión institucional de las Madres de Plaza de Mayo para con Lolín y tiempo después en la década del 80, para con las Madres que habían recibido los cuerpos de sus hijos cuando en Mar del Plata se abrieron fosas comunes donde se hallaron cuerpos de personas desaparecidas por la represión de la dictadura cívico militar.

“En esa época las Madres decíamos, en la organización, que había que seguir. Y luego eso fue una prueba muy grande para la justicia: recibir el cadáver de un hijo que estaba desaparecido, es la prueba de que hay 30 mil desaparecidos y por eso las Madres decimos: acá estamos, en la calle”, explicó Inés.

Agregaron que las Madres neuquinas “tenemos la bendición de tener un grupo de apoyo” para respaldar las actividades ya que a su edad insisten en “estar al frente” de lo que organizan.

Con edades de entre 95 y 98 años, plantearon que hay legado de las Madres de Plaza de Mayo en Neuquén, que las trasciende.

“Mi legado es nuestros compañeros y el pueblo de Neuquén: empezamos muy poquitos para salir a la calle y hoy somos miles. Creemos que el día que no estemos las Madres, espero, que este pueblo entero no diga borrón y cuenta nueva: sino que esta lucha debe seguir de por vida, generaciones por generaciones”, especificó Inés.

De Nevares

18-12-1975
El obispo Jaime De Nevares reúne a la APDH Neuquén con los matrimonios de Rosalía y Raul Preis y Cristian y Noemí Labrune. La reunión fundacional de la APDH se considera en mayo de 1976, con un grupo constituido.

La primera marcha

14-08-1980
En Neuquén, frente a la Gobernación tomada por militares se hizo la primera marcha por los desaparecidos de la región, cuando la dictadura estaba en plena vigencia.

Lolín agregó que el último 24 de marzo “vimos que en la calle eran miles: cómo no vas a pensar que esta lucha hay que seguirla para no perderla, quién no tiene (una causa de) justicia para reclamar”, se preguntó.

Agregó que la persistencia de las Madres “trascendió: es no quedarse en el dolor, el reproche, no quedarse en la casa con la bronca hacia los demás.

Agregó que a pocos días de la conmemoración institucional del genocidio armenio “se demuestra que esto ha sido una cosa mundial; lo que pasó con Armenia y con el Holocausto”, destacó.

En relación con los juicios por delitos de Lesa Humanidad opinó: “los juicios están muy bien, pero no se termina con eso: no te devolverán a tus hijos y el castigo es que (los genocidas) se vayan a su casa “.


Lolín madre de Roberto y 30 mil


Lolín Rigoni tiene un descreimiento importante de la labor de la Justicia, aunque, siempre positiva, aclaró que “tenemos juristas y estudiantes que trabajan por un poder judicial independiente, ágil y humano”.

“A la Justicia le falta todo eso: independencia, agilidad y humanidad, por eso digo que nuestro legado es la lucha: la única que se pierde, es la que se abandona”.


Inés Madre Neuquina busca a Oscar


Inés y Oscar Ragni buscan a su hijo Oscar desde que fue secuestrado de la vereda de su casa la mañana del 23 de diciembre de 1976. “Hemos empezado muy poquitos para salir a la calle y hoy somos miles. Creemos que el día que no estemos las Madres, este pueblo entero diga que la lucha debe seguir de por vida, generaciones por generaciones”, planteó Inés.


Una película de homenaje


Para celebrar los 46 años de creación de las Madres de Plaza de Mayo, las Madres neuquinas compartirán con estudiantes y jóvenes la película “La Ronda de los Pañuelos al Sur”.

Será hoy 30 de abril, a las 18 , en la bilbioteca Eliel Aragón, de Mudón, ubicada en gobernador Asmar 1835.

La actividad fue organizada por la asociación grupo por la memoria y compromiso con las Madres y los 30.000 y las Madres.

“Tenemos una película para las escuelas, que la pueden ver distintos jóvenes, porque no todos los padres les cuentan sobre las Madres. Es una película que se trabajó muchísimo, sobre las Madres de Neuquén, para que conozcan la historia de cómo empezamos y cómo seguimos, firmes, con las primeras palabras”, sostuvo Inés Ragni.

Agregó que “algunos padres, no todos, siempre les dicen por qué la marcha de las Madres el 24 marzo y les explican por qué hay que salir. El nuestro no es un reclamo político, es el reclamo en las calles, reclamamos por las vidas, por aquellos que querían hacer la diferencia, los que querían hacer otro mundo, otras cosas. Desgraciadamente no están, entonces estamos nosotras, está nuestro grupo, los organismos de Derechos Humanos, los que nos dicen que hay que seguir firmes”.

La Ronda de los Pañuelos al Sur, es un documental que comenzó hace más de una década, que se puso a rodar antes de la pandemia y que se estrenó el año pasado, sobre la lucha de la filial Neuquén y Alto Valle de las Madres de Plaza de Mayo.

Con entrevistas a Lolín Rigoni e Inés Ragni como protagonistas, dura un poco más de una hora. Tiene guión y la dirección de Gustavo Gzain, la producción de Lorena Galán y el trabajo fotográfico de Iru Sánchez y Gustavo Gzain, con la edición de Violeta Arzamndía. La música es de Sebastián Rigoni, uno de los nietos de las Madres neuquinas.


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