Narco con más de 30 kilos de cocaína liberado en Neuquén: por qué no se lo retuvo si tenía antecedentes

La lentitud del proceder judicial y el hallazgo fortuito de una carga millonaria de droga siguen estando en el centro de la polémica. Nada se sabe de su paradero.

El secuestro de 35 kilos de cocaína en Neuquén capital y la búsqueda del hombre que los transportaba en un auto, siguen sacudiendo al arco de la política de seguridad en la provincia. A cuatro días del hecho policial, siguen las dudas sobre cuál fue el error en el procedimiento que le permitió al sujeto de 26 años, irse luego de haber estado demorado varias horas.

El joven de nacionalidad paraguaya, quien habría asegurado ser de Cipolletti, sigue evadiendo los operativos para dar con él. Ahora, la justicia federal lo busca en todo el territorio nacional y también solicitó el pedido de captura internacional.

Lo interceptaron el sábado 28 en la intersección de las calles 12 de Septiembre y Cornelio Saavedra mientras manipulaba arma de fuego adentro de un auto, lo persiguieron, lo demoraron y luego fue liberado supeditado a una investigación. Dos días después se requisó el auto y encontraron la cocaína. Ese fue el circuito que terminó favoreciendo la impunidad de un sujeto que tenía una carga de droga histórica para la zona.

El caso obliga a un análisis procedimental respecto a las demoras y los tiempos judiciales de ciertas medidas. El evadido tenía antecedentes y además, escapó de la policía. Nada de eso pareció ser argumento necesario para agilizar el pedido de allanamiento del auto.


Se podía requisar, no se hizo


Según los detalles a los que pudo acceder Diario RÍO NEGRO, la policía realizó todo el procedimiento conforme a la normativa. Incluso en el acto de informar a la justicia, desde donde la fiscal de turno Noelia Stillger de Actuación Genérica, dispuso el secuestro del vehículo que terminó en la comisaría tercera. 

A pesar de eso, la autorización para revisar el interior del Peugeot 3008, y buscar en principio el arma que habían informado los agentes, no se hizo efectiva.

«Sin una orden no podemos revisar el interior de un vehículo», había dicho a este medio el comisario inspector Cristian Cuevas, asignado para ampliar la información sobre el hecho. En efecto, eso es así.

Según la normativa, no se puede realizar un procedimiento de requisa (autos) o allanamiento (vivienda o persona) sin la autorización judicial.

Si bien no existe un tiempo máximo para que un juez emita el pedido de requisa, se consideran los criterios de urgencia para acelerar el requerimiento. En este caso, en concreto, sobraban los motivos para que se solicite la revisión del auto en el menor tiempo posible. Por un lado, porque lo que se buscaba en un principio era el arma que los policías habían visto en las manos del sujeto, y por otro, porque se había dado a la fuga, demostrando su falta de predisposición a someterse a la ley.

El peligro concreto estaba acreditado, a pesar de eso la orden judicial no llegó aquel sábado, el tiempo pasó y terminó abriéndole las puertas de la comisaría el mismo día.


Tenía antecedentes en la región, pero no fue suficiente


El hombre buscado tenía dos requerimientos judiciales, uno por circular con un auto robado en Cipolletti y otro del Juzgado Federal de General Roca. Qué fue lo pasó entre el sábado 28 en el que el sujeto junto al vehículo quedaron aprehendidos y el lunes 30 de septiembre, cuando la jueza Álvarez Carina Beatriz solicitó irrumpir en el interior del auto patente MUR-782, es una incógnita.

Su liberación fue en calidad de «supeditada» por una investigación. Esta figura, según fuentes reservadas de la Policía, es «un dolor de cabeza, porque se trabaja mucho y a las pocas horas se libera a la persona quedando supeditada», agregaron.

Por norma, una persona puede estar en calidad de detenida 24 horas como máximo y se promedia la mitad (12 horas) como máximo para una persona demorada en una comisaría. En ese tiempo, será trabajo de fiscalía realizar las acciones que permitan avanzar en una investigación o desacreditarla. Nada de eso se hizo en este caso denunciado esta semana.

La prioridad ahora es la recaptura, algo necesario no solo para establecer el vínculo del hombre con la cocaína, sino también para develar la red narcocriminal que está detrás de la carga. Su máxima pureza habla de que la droga no sería para consumo local y que, como en otros casos resonantes en el Alto Valle, sería enviada a zonas fronterizas.


Buscaban un arma: La droga, una casualidad


El ciudadano paraguayo fue demorado por la portación de un arma. Lo que motivó la investigación tardía del vehículo, fue la búsqueda de la pistola que personal de brigada dijo ver en manos del hombre antes de escapar con el auto.

El arma de fuego finalmente fue encontrada en el torpedo del auto. Era una 9 milímetros cargada con 16 balas de distintas marcas. En el proceso de requisa, apareció el cargamento de cocaína.

Es decir, que en términos procedimentales, la droga fue encontrada de manera fortuita. No como parte de un operativo específico.

Los 35 kilos de cocaína, perfectamente envueltos, dan cuenta de una organización que sobrepasa cualquier actividad de narcomenudeo y por ende, las estrategias para controlarlo requieren de más recursos. La droga con ese nivel de pureza es considerada una materia prima en la cadena del narcotráfico. Según los organismos, internacionales, un kilo de cocaína en la zona de producción vale 2.000 dólares, pero el precio en puerto de salida se incrementa a 4.000.


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