Muñoz no es un fantasma

Muñoz es un fantasma que ronda por el norte neuquino. Puede estar en Varvarco, o en Barrancas, o en algún puesto de sus hermanos. Pero en Las Ovejas no era un fantasma, aunque parecía invisible

Muñoz es un fantasma que ronda por el norte neuquino. Puede estar en Varvarco, dice un testigo, y sale la policía volando (literalmente, en helicóptero) hacia allá. O en Barrancas, y allá van con motos y perros. O en algún puesto de sus hermanos. O en Chile. Muñoz es un fantasma que está en cualquier parte, y la mayor cacería humana lanzada por la policía de Neuquén lleva 48 horas de fracaso.

Cuando estaba en Las Ovejas, donde todos lo conocen y lo tratan, era sencillo cruzárselo por las escasas calles del pueblo. Tanto así que el jueves a la mañana fue en la vía pública que dos policías le acercaron una notificación: al día siguiente tenía que presentarse en una audiencia. Quizá iba a ser su último día en libertad por un buen tiempo. Pero lo notificaron y lo dejaron seguir.

En Las Ovejas Muñoz no es un fantasma. Se cruzaba seguido con Carina y le decía “Dios te bendiga”. Dicen que ella no lo tomaba como una amenaza. Vaya a saber qué mandato social o cultural la obligaba a interpretar como un simple saludo esas palabras del hombre que había abusado de su hija Valentina.

La última vez que las cruzó fue en la avenida Pedernera. No es una avenida de las clásicas que puede imaginarse un habitante de ciudades más populosas, pero para los efectos prácticos es lo mismo: era el mediodía, y pasaban por allí o estaban cerca varias personas. Cuatro por lo menos encontró este diario en una investigación.

A la vista de todos, Muñoz desplegó el plan que venía preparando. Atacó a la niña con un cuchillo de 20 centímetros de hoja y le dio casi 20 puñaladas, siete de ellas mortales.

¿Quiso sólo matar a Valentina para castigar a Carina? Quizá algún día se sepa. La madre murió porque recibió media docena de puñaldas al interponerse entre el femicida y su presa.

Después se alejó caminando, apenas al trote. Ahora es un fantasma. Aparece alguien que dice que está en Varvarco, y allá van volando. O en Barrancas, y corren todos para allá. Si salen para cualquier lado, quiere decir que no tienen idea de dónde está. Es un fantasma.

Cuando Muñoz no era un fantasma, otros mecanismos lo invisibilizaron. Hasta que se hizo visible la tragedia.

Quizá algún día no necesitemos muertos de por medio para aprender.


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