Doble femicidio en Las Ovejas: realizan hoy la autopsia al cuerpo de Muñoz

Un soguín hallado en la escena de la muerte es similar a otro encontrado en la casa de uno de sus cuñados. Tenía un celular quebrado en dos partes. Bronca entre los vecinos del lugar.

“La hipótesis es que murió por una maniobra autoinfligida de ahorcamiento con una soga. Similar al de una carpa. Por otra parte, se encontraron cortes en el brazo izquierdo, que pueden ser compatibles con una maniobra suicida o heridas provocadas al momento de la agresión”, informó al fiscal general José Gerez, sobre la causa de la muerte del doble femicida Lorenzo Muñoz, hallado muy cerca de donde cometió los crímenes.

Agregó que ayer se hicieron dos allanamientos en casa de Muñoz y Onofre Merino, su cuñado. Se cree que el soguín con el que se mató es del cubre carpa secuestrado en un refugio.

En la casa de Merino se secuestraron dos sogas de similares características y la carpa correspondiente al cubre carpa.

Durante todo el día se hizo un amplio rastrillaje en la zona. No se encontraron armas pero sí un celular roto, que el femicida habría quebrado en dos partes para evitar que sacaran datos de allí.

El equipo especial de la Unidad de Traslado Forense Judicial viajaba anoche hacia Neuquén con el cuerpo de Muñoz.

Antes de salir, en el hospital, sobre la ambulancia, se hizo un examen externo y todo indica que se trata de un suicidio.

Miedo por bronca

Las Ovejas cambió el miedo por bronca. La mancha de sangre que quedó en la calle en la que Muñoz mató a Carina y su hija Valentina ya no está, pero salpica a la policía, la política y a la justicia que, según los vecinos, una vez más llegaron tarde. Ese lugar en el que las víctimas vieron por última vez la cara de su femicida queda solo a 300 metros de donde Muñoz se colgó, cansado de burlar a los que debían encontrarlo.

El doble femicidio marcó para siempre la vida de cada uno de los habitantes del pueblo que ayer amaneció con frío. Como cada domingo la gente se preparó para ir a las iglesias y sólo algunos comentarios corrían en esas calles de ripio llenas de angustia. Lamentaban la muerte sin castigo de Lorenzo Muñoz , pero la mayoría sentía alivio y bronca.

Cerca del centro, una mujer se detenía y aseguraba que cuando la justicia llega tarde no merece llamarse justicia y denunciaba que con la aparición del cuerpo, una vez más se tropezaba con la misma piedra. “Se llegó tarde para evitar que asesine a las dos mujeres y se llegó tarde en capturar con vida a Muñoz y que pague en la cárcel”, decía.

Desde su despacho, el intendente Vicente Godoy veía la dolorosa vuelta a la calma de su pueblo y en un comunicado pedía “una profunda autocrítica de las actuaciones de quienes participaron de la búsqueda”.

Los vecinos sostenían que todo el hecho constituye un fracaso total. “Bronca e indignación por el desenlace”, era el sentimiento de una joven que con lágrimas en los ojos pensaba que encontrarlo vivo hubiese dado un poco de justicia a las mujeres asesinadas.

El cuerpo que habla

Los datos que faltan

Las últimas palabras de Lorenzo Muñoz las dirá su cuerpo muerto a partir de hoy a las 9 cuando comience la autopsia en la morgue de la Ciudad Judicial. El objetivo será “poder determinar la identidad del cuerpo mediante las huellas dactilares, la causa de la muerte y la fecha estimada en la que se produjo el deceso”, dijo ayer el fiscal general José Gerez.

El cuerpo estaba en estado de descomposición pero informaron no se pueden anticipar los días de muerto.


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