Muerte de un joven en un frigorífico de Regina: «No lo llamen accidente», la familia denunció negligencia

La familia de Alan Riquelme exige justicia tras su muerte en una cámara frigorífica. Denuncian negligencia e irregularidades en las condiciones laborales.

La tarde del 19 de enero, Alan Riquelme, un joven de 24 años, murió en circunstancias confusas mientras trabajaba en un frigorífico de Villa Regina. Su deceso ocurrió en el interior de una cámara de frío de la planta Moño Azul, y aunque el hecho fue investigado inicialmente como un presunto accidente laboral, su familia denuncia negligencia. Nueve días después, siguen sin conocerse las causas del fallecimiento, lo que agudiza la incertidumbre y el dolor de sus seres queridos.

La viuda de Alan, Flor Durazzi, lleva adelante los reclamos en redes sociales, cuestionando la narrativa de la opinión pública sobre el tema. En diálogo con Diario RÍO NEGRO aseguró que continúan exigiendo que la justicia actúe para esclarecer si hubo fallas en los protocolos de seguridad que pudieron haber evitado la tragedia.


¿Un accidente o una negligencia?


Según los primeros reportes, Alan habría ingresado a una cámara de atmósfera controlada sin que esta estuviera correctamente ventilada. Sus compañeros lo encontraron sin vida, y los esfuerzos del personal médico resultaron infructuosos.

Desde el entorno familiar desconocen porqué entró a una cámara a la que no se suele entrar. «¿Qué pasó? Es la pregunta a la que no tenemos respuesta y después, estaba solo, nadie se dio cuenta de nada, la familia tuvo que salir a buscarlo, ¿a eso también se le llama accidente?», expresó Durazzi.

La Fiscalía ordenó la realización de una autopsia para determinar las causas del deceso, pero hasta ahora no se han comunicado resultados oficiales.

Para la esposa del joven, las condiciones en las que trabajaba Alan estaban lejos de ser seguras. En un emotivo mensaje publicado en redes sociales, destacó que su esposo estaba solo al momento del incidente y que la empresa no tomó las medidas necesarias para prevenir el desenlace fatal.


«Aprendés o morís», así fue el descargo de la mujer del joven que murió en el frigorífico de Regina


Durazzi pone en duda que lo ocurrido pueda catalogarse únicamente como un accidente. En su testimonio, contrastó las palabras «accidente» y «negligencia», señalando que la falta de supervisión, la ausencia de protocolos claros y la presión laboral son factores que contribuyeron a la tragedia. «No dejen que la palabra accidente enmascare este caso», escribió.

Asimismo, aseguró que no busca «un culpable ni mucho menos un asesino». Sin embargo, puso énfasis en el análisis de decisiones previas a este hecho que «no se hicieron». «Si hacían bien las cosas como empresa, quizá le hubiera salvado la vida a mi esposo», cerró.

Además, denunció que la firma ya contrató a un reemplazo de Alan, un joven sin experiencia que estaría recibiendo entrenamiento «sobre la marcha». «Aprendés o morís», escribió en su descargo, subrayando la precariedad laboral que, según ella, impera en el frigorífico.

«Bien sabe Dios que no hicieron todo lo que estaba en su poder para que esto no te pasara amor mío.
JUSTICIA POR Alan Riquelme»
, dijo la esposa.


Una familia en busca de respuestas


La familia Riquelme se enfrenta no solo al dolor de la pérdida, sino también a la incertidumbre que rodea las circunstancias de la muerte. «No hicieron todo lo que estaba en su poder para que esto no te pasara», expresó Durazzi en su carta.

A nueve días del hecho, el Ministerio Público Fiscal convocó a la familia para brindar mayores detalles respecto de las causales del deceso. Este informe de autopsia debería arrojar más claridad sobre el presunto accidente o fallas en el sistema de seguridad.

«La fiscal jefe Graciela Echegaray dio la instrucción de convocar a la familia junto fiscales del caso. El encuentro será mañana a la mañana y participarán miembros de la Oficina de Atención a la Víctima«, informaron desde Fiscalía.

Mientras tanto, la familia mantiene la esperanza de que se haga justicia y se identifiquen a los responsables, si los hubiera.


La tarde del 19 de enero, Alan Riquelme, un joven de 24 años, murió en circunstancias confusas mientras trabajaba en un frigorífico de Villa Regina. Su deceso ocurrió en el interior de una cámara de frío de la planta Moño Azul, y aunque el hecho fue investigado inicialmente como un presunto accidente laboral, su familia denuncia negligencia. Nueve días después, siguen sin conocerse las causas del fallecimiento, lo que agudiza la incertidumbre y el dolor de sus seres queridos.

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