Juegos de azar on line en adolescentes y sus vínculos con la captación para el abuso sexual

Especialistas advierten casos en los que las plataformas de apuestas deportivas y de videojuegos son utilizadas para vulnerar la intimidad y psicología de los más jóvenes.

Las prácticas compulsivas en los juego de azar representan un trastorno psicológico que dejó de ser cosa de grandes y cada vez son más los niños y adolescentes que caen en las apuestas por medio de las plataformas virtuales. Esta problemática, con graves efectos sociales y económicos, trae solapada también una indeterminada vulnerabilidad, que expone a las víctimas a métodos de captación para concretar delitos sexuales.


En este contexto, las modalidades de delitos como el grooming, donde el primer contacto entre el victimario y la víctima se da en el ámbito virtual para luego consumarse la violencia sexual, son las que mejor se adaptan.


Si bien en la región no hay datos difundidos, el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense, compartió cifras contundentes en un reciente informe.
El 8,29% de los argentinos apostó online en algún momento de su vida, una cifra que crece al 12,5% en jóvenes de entre 15 y 24 años.


Los números reflejan una realidad que está instalada que requiere de la atención de los adultos.
En Argentina los juegos de apuestas online y presenciales están prohibidos para los menores de 18 años.
A pesar de eso, se hizo muy poco para tratar de regular el acceso irrestricto a través de la tecnología y se descuida a esa franja etaria.


La actividad se presenta como campo facilitador para los abusadores que tienen acceso a la intimidad de los jóvenes usuarios dentro de las plataformas de juegos de azar, apuestas de resultados deportivos y también videojuegos en línea.


La extorsión para robar dinero de los padres de las víctimas, también es otro de los delitos que aumentó en el último tiempo, favorecido en gran medida por los juegos de azar.

En ese circuito de captación, se pueden distinguir cuatro instancias:

La primera es la de «aproximación», cuando el abusador se acerca a los jóvenes en espacios virtuales, ofreciendo oportunidades de ganar dinero o premios.


La segunda es «ganar confianza«. En ese momento el abusador gana la confianza de los jóvenes mediante la oferta de consejos de juego, apoyo emocional o regalos.

La tercer etapa es la «creación de dependencia«, cuando los jóvenes se vuelven dependientes del juego y del abusador, quien les proporciona acceso a juegos, dinero o recursos.

La última instancia es la «explotación«, es en ese momento en el que el abusador utiliza la dependencia del joven para obtener favores sexuales o explotarlo financieramente.

Pero ¿cuál es el eslabón con los abusos sexuales?

La respuesta es el conjunto de tres variantes. El acceso a la tecnología, falta de control y factores psicológicos propios de las edades tempranas.

El presidente de la ONG Grooming Argentina, Hernán Navarro, explicó a este medio que desde hace un tiempo “se están encontrando vasos comunicantes entre las cuestiones de adicción al juego (ludopatía), la necesidad de generar dinero a costa de todo, incluso de la intimidad”.

Según detalló, la organización tomó contacto con casos en los que “los chicos acceden a mandar fotos de desnudez por dinero”. Este aspecto es clave, porque la necesidad de obtener recursos para seguir apostando, empuja expone a los menores a los métodos de captación de los abusadores.

“Vemos con muchísima preocupación este escenario, porque se comenzaron a entrelazar estas situaciones graves”, dijo haciendo referencia a la ludopatía y los abusos.

El abogado experto en grooming vinculó este escenario con la irrupción de la inteligencia artificial (IA), como herramienta para crear imágenes sexuales con los rostros de niños y adolescentes. En el último tiempo fueron varios los casos denunciados en el país.

En Río Negro, al menos cuatro alumnos de General Roca adulteraron fotos de sus compañeras para ofrecerlas por Telegram.

En Neuquén, fueron varios los celulares secuestrados recientemente en una investigación que sigue la pista de imágenes sexuales de menores. Las pericias en este caso, buscan conocer si el contenido también era generado por IA.

“Lo realmente alarmante es que este tipo de circuito de generación de contenidos puede terminar siendo funcional a las redes de pedofilia”, alertó Navarro.

El factor psicológico: los riesgos de “querer ser parte”

La ludopatía por definición es un trastorno que decanta en una adicción y como tal debe ser tratada en el ámbito clínico.

Roque Imola es psicoanalista (M.P 2096) y atiende a adolescentes y adultos en Neuquén. Además, trabaja en el ámbito educativo, desde donde le toca abordar las distintas realidades de los jóvenes en la provincia.

Consultado por las características de los perfiles captados en esta problemática, su respuesta fue categórica: “hay una segregación”.

“La llegada de los juegos a los chicos se apareja con la necesidad natural de formar parte de un grupo, eso fomenta segregación, entonces ellos para lograr ser parte de ese grupo, ponen en juego todo, incluyendo lo más íntimo de ellos”, explicó el psicólogo, quien además relacionó este aspecto a la vulnerabilidad que muchas veces los abusadores usufructúan para concretar la violencia sexual.

“La ludopatía en los más jóvenes es prácticamente una desconexión con la realidad, en la cual aparece una fractura de espacio-tiempo, porque justamente pasar horas y horas jugando, entonces no tienen noción de lo que ocurre alrededor”, describió respecto a la actividad que los adolescentes realizan en todos los ámbitos.

“Tomé contacto con situaciones en las que los chicos juegan cualquier parte de su casa, escondidos y lamentablemente también en las escuelas”, detalló.

Para la ciencia, según explicó Imola, esto tiene que ver con la liberación de las endorfinas “en cuanto a la realidad”.

“El internet y el juego, la velocidad, lo inmediato y demás, generan endorfinas y prácticamente es una adicción propiamente dicha. Esta falta de contacto con la realidad lo que genera es romper el lazo social”, contó y refirió que la tendencia se potencia con la explosión de sitios de apuestas que fomentan las nuevas formas de intercambio económico y demás.

“Todo este contexto genera un empuje social y cultural sobre los más jóvenes que termina por hacerles perder tiempo valioso de la infancia, para pasar de la parte prematura a la adultez violentamente y sin escala”, expuso.

“Hoy en día los chicos no vienen a consulta contando las cosas que les pasan, prácticamente vienen preguntándose quiénes son, porque justamente aparecen estas nuevas adicciones donde terminan creyendo en mundos ficticios, con realidades que son emocionantes, donde se juega mucho del plano del imaginario”, agregó.

Imola coincide con otros expertos en que es urgente mejorar el trabajo en las escuelas. “Las adicciones, incluyendo la ludopatía en los más jóvenes se ven prácticamente en la franja de los 13 a 25 años, son tiempos lógicos de la adolescencia, pero no cronológicos, es decir hay que contemplar las particularidades”. En ese grupo, consideró que el mayor conglomerado está en los centros educativos, pero que «lamentablemente las escuelas no cuentan con gabinetes psicológicos para hacer campañas de profilaxis y ofrecer talleres para los padres, algo que podría significar un freno a las adicciones”.

Cuando el fútbol, es más que un juego

La cultura del juego de azar ya cruzó los límites de un casino y está en todos los ámbitos. Un ejemplo de eso es el fútbol, que visto como espectáculo es el más convocante del mundo. Existen audiencias que ven en los torneos no solo la posibilidad de alentar a sus clubes, sino también un ambiente propicio para las apuestas. Legales e ilegales, entre adultos y menores de edad.

No parece casual que los dos clubes más importantes de fútbol en argentina y que protagonizan el mega convocante evento “superclásico”, tengan como auspiciantes en el pecho de sus casetas de fútbol a empresas vinculadas al rubro del azar y que actualmente son, las casas de apuestas oficiales de ambas instituciones deportivas.

Julio Ernesto López, es un reconocido tecnólogo experto en ciberseguridad y dialogó con Diario RÍO NEGRO y afirmó esta realidad.

“Las apuestas por pronósticos deportivos lideran los casos de ludopatía”, contó y alertó sobre sus peligros. “Los menores terminan siendo presos de las dinámicas de los juegos que comisionan a las adicciones”, expresó.

López le declaró la guerra a la ludopatía y alienta fervientemente la formalización de un proyecto de ley que permita el control en la incidencia del juego de azar en los ámbitos que no sean vinculados exclusivamente con personas adultas.

En ese sentido, explica que una de las claves está en la de involucrarse en el contexto educativo. “Hay que hablar de esto en los colegios, hay un porcentaje que puede salir de estas situaciones desde ese lugar”, aseguró. Es justamente el ámbito áulico, donde más casos se ven de adolescentes apostando resultados futbolísticos.

«También es importante explicarles que no van a ganarle al sistema de juego, y que es un porcentaje realmente ínfimo el que les da la chance de obtener una ganancia en cada apuesta”, remarcó.

El uso de la biometría para que los dispositivos puedan analizar el rostro de los usuarios y así garantizar la mayoría de edad en sitios de apuestas, también es una de las propuestas, del también consultor.

Buen influencer o mala influencia

Esa necesidad de pertenecer, es tal vez lo que explica que el rubro de los influencers, protagonizado por personas que manejan cuentas de redes sociales con abultados números de seguidores y que trabajan de la venta de publicidad de bienes o servicios, sea otra de las ventanas por las que el juego de azar se mete en las vidas de los más jóvenes.

Son varias las marcas de casas de apuesta que aportan dinero a personalidades de las redes sociales, para promocionar juegos y promociones en partidas para pronosticar resultados.

En este sentido, Julio López, resaltó la necesidad de generar restricciones publicitarias y «equiparar influencers con medios de comunicación». Entendiendo que los canales de comunicación tradicionales están enmarcados en la ley de juego nacional y regulaciones provinciales y que en Argentina aun no hay una ley nacional sobre juegos en línea.

A pesar de eso, 17 provincias dictaron su propia legislación. El problema consiste en los sitios ilegales que no están sometidos a ningún control estatal haciendo publicidad por redes sociales donde incentivan a los adolescentes para que apuesten su dinero.

Cuáles son los indicadores de que los niños y adolescentes pueden estar atravesando el trastorno

Organismo internacionales, especialistas y gobiernos que monitorean la problemática coinciden en que en la mayoría de los casos de ludopatía juvenil, aparecen todos o algunos de los siguientes elementos:

  • Cambios en su conducta y su vida cotidiana. 
  • Interés desmedido por juegos de azar, o juegos en línea pasando mucho tiempo en ellos y priorizándolos sobre otras actividades. 
  • Presencia de cambios en su estado de ánimo como irritabilidad, ansiedad o frustración cuando no pueden jugar.
  • El rendimiento escolar puede verse afectado, con una disminución en la atención y las calificaciones, además de ausencias frecuentes.
  • Intentos de ocultar su actividad relacionada con el juego, lo que podría llevar a comportamientos deshonestos o manipulación. 
  • Las relaciones con amigos y familiares pueden deteriorarse, ya que pueden preferir jugar en lugar de socializar.
  • Señales de problemas financieros como pedir dinero de manera constante o tener objetos de valor que no pueden explicar.
  • Aislamiento o muestra de falta de interés en actividades que antes disfrutaban. 


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