Hay un sospechoso de matar a un hombre y enterrarlo con cal en Centenario
El crimen ocurrió hace por lo menos un mes, pero el cadáver recién fue descubierto el viernes. La víctima trabajaba en el Mercado Concentrador.
La fiscalía y la Policía avanzan sobre una pista firme para esclarecer el homicidio de un hombre que estaba desaparecido desde hace un mes, y cuyo cuerpo fue encontrado el viernes en el patio de la vivienda que ocupaba en Centenario, enterrado y cubierto de cal.
La autopsia, que finalizó este sábado a la tarde, permitió establecer que se trata de Alberto Rubén Abasto, de 33 años, oriundo del Litoral, jornalero, empleado en el Mercado Concentrador.
Pese a que el cuerpo está muy deteriorado por el paso del tiempo y la acción de la cal, se logró su identificación en base a clavos que la víctima tenía en una pierna producto de una operación. También coinciden tatuajes y una antigua herida en el torno, indicaron fuentes allegadas a la investigación.
Para confirmar oficialmente la identidad se esperará el resultado de los análisis de ADN y de las piezas dentales, que fueron rescatadas por los forenses.
La causa y la data de la muerte
Respecto de la causa de la muerte, hay pistas porque el cuerpo presenta heridas aunque las fuentes no dieron más precisiones.
Y sobre la fecha del deceso, la autopsia la estableció en aproximadamente un mes atrás. Abasto fue visto por última vez por los testigos entre el 9 y el 12 de febrero pasado.
Según pudo averiguar Río Negro, el jornalero compartía con otro hombre una vivienda en las calles Comodoro Rivadavia y Las Onas de Centenario. Ese lugar había sido allanado cuando familiares de la víctima denunciaron su desaparición, pero en esa ocasión la Policía no encontró nada.
El jefe del departamento de Seguridad Personal, comisario inspector Sergio Llaytuqueo, dijo a este medio que el viernes decidieron volver.
La nueva búsqueda
Cuando la división de Búsqueda de Personas obtuvo la orden de allanamiento y pudo ingresar al patio del lugar, observaron que el pozo séptico a cielo abierto y sin agua no estaba en el mismo estado de antes.
En su interior había restos de ropa y un colchón incinerado. Los policía escarbaron con palas a un metro de profundidad, pero del pozo comenzó a salir mucha agua. Por tal motivo, pidieron asistencia de una máquina retroexcavadora de Defensa Civil que aceleró las tareas del hallazgo y así se pudo descubrir el cadáver recubierto con cal.
El otro morador de la vivienda no fue vuelto a ver por los lugares que solía frecuentar, y es el principal sospechoso del homicidio.
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