Fuerte condena al miembro de una banda que realizó dos violentos robos en Allen durante el verano
A Ricardo Calderón le unificaron la pena en 19 años de cárcel, ya que tenía una fuerte condena previa y era su cuarta reincidencia.
Un hombre que integró una banda de siete personas, en la que también estaba un policía que trabajaba en el cuartel de Allen, y que protagonizó dos violentos robos en Allen en la zona de chacras, fue condenado a 19 años de cárcel al unificarle la condena a cinco años por estos hechos, con otra pena por un hecho cometido en Cipolletti, y por ser esta su cuarta reincidencia.
La sentencia fue dictada el miércoles 13 pasado por los jueces Laura Pérez, Verónica Rodríguez y Fernando Sánches Freytes.
Ricardo Calderón, según reconoció durante el juicio llevado a cabo en Roca, participó de dos robos que sucedieron en enero de 2024 en Allen.
El primero de ellos, fue el 22 de enero del 2024 en el galpón de empaque Raíces Patagónicas, en la calle Haydée Coila, entre calles Martín Fierro y Amadeo Biló de Allen.
El hecho ocurrió entre las 2 y las 3 de la madrugada y en esta oportunidad Calderón conjuntamente con el resto de los miembros de la bandas, ingresaron al predio del galpón cortando el cerco perimetral para luego acercarse a la garita del sereno quien, a quien una persona armada le pidió que abra la puerta.
Luego lo redujeron poniéndolo boca abajo en el suelo, precintándole las manos y poniéndole una campera sobre su cabeza. El sereno dijo que en su denuncia escuchó alrededor de 4 o 5 personas que hablaban entre sí.
Acto seguido, estas personas ingresaron a la oficina del propietario y rompiendo una puerta de aluminio y provocando diversos daños en el interior del inmueble, se apoderaron ilegítimamente de una caja fuerte de aproximadamente un metro y medio de alto, una notebook, dinero en efectivo, documentación de la empresa y de sus propietarios y dos chequeras. Luego de todo esto, se retiraron del lugar en una camioneta color oscura Chevrolet S10.
El segundo robo ocurrió el 27 de enero de 2024 en Allen al mediodía, a las 12:28, en la Chacra N° 38 al sur de la Ruta 22, a la altura del denominado “cruce de cebolla”.
Allí, Calderón con sus cómplices, todos encapuchados, arribaron a la chacra indicada a bordo de un automóvil marca Suzuki, modelo Fun, rojo, sin chapa patente y ejerciendo violencia sobre las personas que allí se encontraban, se apoderaron ilegítimamente de la suma de cinco millones de pesos que el propietario de la chacra tenía para pagar a sus empleados. Amenazaron con matar a los empleados que estaban allí presentes.
En la audiencia realizada el miércoles, el imputado, junto a su defensora oficial Flavia Rojas, ratificaron el acuerdo verbalizado en la audiencia por el fiscal Facundo Polantino sobre como ocurrieron los dos robos y la calificación legal, y solicitaron una pena de cinco años de prisión efectiva y, asumiendo que se trata de una cuarta reincidencia, una unificación en 19 años de prisión.
La jueza Laura Pérez, que fue la autora del voto rector, juzgó acreditados los hechos atribuidos al acusado en las mismas circunstancias de tiempo, modo y lugar fijados por el Ministerio Público Fiscal.
Los dos hechos fueron calificados como «robo doblemente agravado por haber sido cometido en poblado y en banda y por el uso de arma de fuego» cuya aptitud no ha sido acreditada.
Como Calderón tenía una condena previa por un robo agravado por el uso de arma de fuego y lesiones graves a 15 años de cárcel, pena que había sido unificada a su vez con otro hecho, el tribunal compuesto por Pérez, Rodríguez y Sánchez Freytes, dictó la condena a 19 años de cárcel para el imputado.
Calderón es conocido en el ambiente delictivo, según informaron fuentes policiales, por la cicatriz que tiene en su cara y por su fama de violento.
El rol del policía bombero de Allen en los robos
Desde la fiscalía habían señalado durante la investigación que los ladrones recibían información exterior de parte del policía bombero cuando estaban por realizar el robo. Señalaron que los datos que les enviaba era sobre cómo estaba el movimiento de patrulleros policiales en la zona.
Esta información los sospechosos la recibían antes y después del robo.
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