Crimen de los barras de Rosario Central: quiénes eran «Pillín» Bracamonte y «Rana» Attardo
Los líderes de la barra brava de Rosario Central, “Pillín” Bracamonte y “Rana” Attardo, fueron asesinados anoche tras el último partido del equipo contra San Lorenzo.
Este sábado por la noche, la violencia volvió a teñir la historia del fútbol argentino. Andrés «Pillín» Bracamonte y Daniel «Rana» Attardo, jefe y número dos de la barra brava de Rosario Central, fueron asesinados a balazos tras el partido contra San Lorenzo. Ambos fueron parte fundamental de la barra «Los Guerreros», que Bracamonte lideraba desde hace más de 25 años, aunque en los últimos tiempos no asistía a los partidos debido al derecho de admisión.
Bracamonte, de 50 años, había tomado el liderazgo de la barra en los años 2000, desplazando a los hermanos Carlos y Juan Bustos. Desde entonces, su historia estuvo marcada por la violencia y la ilegalidad. En 2002, sufrió su primer ataque en un gimnasio, donde recibió tres disparos.
Luego, en 2006, fue emboscado frente a su casa y recibió cuatro disparos más. En total, se registraron 29 intentos de homicidio contra él, pero hasta ahora había logrado sobrevivir.
En los últimos años, el nombre de «Pillín» comenzó a aparecer en investigaciones judiciales. En 2020 fue detenido en una causa por lavado de dinero, aunque fue liberado bajo fianza. Volvió a ser investigado en 2023, en una causa por asociación ilícita y extorsiones, y también se lo vinculó con el grupo narcocriminal «Los Monos». Se descubrió que poseía al menos seis chapas de taxi y se le incautaron varios vehículos, además de una importante suma de dinero en efectivo.
El pasado 10 de agosto, después del clásico contra Newell’s, Bracamonte sufrió un nuevo atentado cuando un disparo le rozó la espalda mientras regresaba a su domicilio. Según la investigación, la violencia no estaba relacionada solo con su liderazgo en la barra, sino con una disputa territorial vinculada al control de la venta de drogas en la zona noroeste de Rosario.
Quién era Daniel «Rana» Attardo, el segundo líder de la barra de Rosario Central, que mataron este sábado
Por su parte, Daniel «Rana» Attardo, el segundo en la estructura de «Los Guerreros», era delegado de UPCN en el Hospital Centenario de Rosario y una figura polémica en el ámbito sindical y futbolero.
En 2014 fue noticia cuando intentó viajar a Brasil para alentar a la Selección argentina en el Mundial, pero fue deportado junto a su esposa. Su vínculo cercano con Bracamonte lo convirtió en blanco de los mismos conflictos y amenazas que rodeaban al líder de la barra.
La rivalidad y las divisiones dentro de la barra de Rosario Central se intensificaron en los últimos meses, especialmente tras el asesinato de Samuel Medina el pasado 1 de octubre, otro barra vinculado al narcotráfico y a “Los Monos”. Medina fue acribillado a balazos tras un partido entre Rosario Central y Vélez, y su muerte generó una respuesta simbólica en la hinchada, con banderas que recordaban su figura y mensajes de desafío a las autoridades.
La relación de Bracamonte con la justicia se remonta a más de dos décadas. En 2020, el fiscal Miguel Moreno ordenó un allanamiento en su casa, en un barrio privado de Rosario, donde se secuestraron dos millones de pesos en efectivo y varios teléfonos celulares.
A pesar de los elementos incautados, el fiscal no emitió una orden de detención en esa ocasión. Esta situación generó polémica y críticas sobre la efectividad del sistema judicial para frenar la violencia vinculada a las barras bravas y sus conexiones con el crimen organizado.
Con este doble asesinato, el conflicto interno en la barra de Rosario Central vuelve a tomar relevancia en el fútbol argentino y pone en evidencia los peligros y la violencia que rodean a los líderes de estos grupos. La tragedia es un recordatorio del nivel de violencia que persiste en torno a las barras bravas en el país y del poder de las organizaciones criminales que operan en las ciudades como Rosario.
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