Angustia y gritos en la madrugada de Sierra Colorada: «¡Lo maté, lo maté!» y «¡Papá, levantate!»
El crimen de Miguel Pérez en el pueblo de la Región Sur de Río Negro causó conmoción. El hombre murió de una cuchillada en la cabeza que el ingresó al cerebro.
Es casi seguro que nadie en Sierra Colorada esperaba que el drama que se estaba por desatar por un asesinato de un cuchillazo en la cabeza en Sierra Colorada, horas después de la abultada victoria de la selección argentina sobre Bolivia. La tranquilidad del pequeño pueblo de la Región Sur se quebró con los desgarradores gritos que se escucharon sobre la calle Monseñar Esandi 489.
La fiscal Jessica González describió ayer las pruebas que tenía el Ministerio Público Fiscal para pedir que Kevin Guayquifil sea acusado del «homicidio simple» de Miguel Ángel Pérez, el hombre con el que había estado tomando vino minutos antes mientras miraban el partido en la casa de la víctima. Pérez era vendedor de comidas y solía trabajar en los eventos que se realizan en la zona. Era muy conocido.
El antes y el después del asesinato de Miguel Pérez en Sierra Colorada
Un testigo que participó del encuentro que terminó en asesinato dijo que que Guayquifil había llegado a la vivienda de Pérez con signos de que ya había bebido.
Las razones que llevaron a la agresión y la supuesta pelea que describieron fuentes policiales el miércoles, no están claras. Un testigo citado por González, eso sí, afirmó que habían tenido una discusión mientras él estaba presente, aunque después se fue de la vivienda de Pérez.
En la casa de Pérez, según la descripción de la acusación, quedaron tres vasos con resto de vino, una damajuana y una botella con soda.
En su relato, la fiscal González reprodujo lo que ocurrió en la madrugada del miércoles, cerca de las dos de la madrugada. Hubo gritos, pedidos de ayuda y el llanto de la hija de Pérez, de ocho años, a gritándole a la víctima: «Papá levantate», según declararon testigos directos del hecho.
Según la autopsia Pérez murió de un certera cuchillada en la cabeza. La hoja, de 11 centímetros, le ingresó en la zona del arco superciliar derecho y lesionó de gravedad el cerebro, causando un daño neurológico severo que le produjo la muerte en forma instantánea.
Guayquifil, tras herir de muerte a Pérez, buscó ayuda. Fue directamente al domicilio a pocos metros de una médica del hospital local para que auxiliara a la víctima. «Lo maté, lo maté», aseguraron que repetía sus vecinos. Y también pedían que llamaran «al hospital».
Estos momentos quedaron registrados en videos de cámaras de seguridad de un vecino. Allí se ve a Guayquifil en pantalones cortos y con una camiseta de Rambla Junior, instantes después del hecho.
Instantes después cambió de postura y desapareció del lugar. Más tarde fue apresado por la policía en una vivienda del vivero municipal de Sierra Colorada, donde se había refugiado. Familiares lograron que se entregara, no si oponer resistencia.
Este jueves en los tribunales de Roca y ante el juez Gustavo Quelín, Guyquifil prefirió no declarar, según anunció su abogado público Oscar Mutchinick. Escuchó el relato de la fiscal González y el pedido de la fiscal jefa, Graciela Echegaray, para que pase seis meses con prisión preventiva, mientras se termina de investigar el hecho.
El joven jornalero de 26 años afronta una pena que va de los 8 a los 25 años de cárcel.
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