Poco, tratándose del campeón
Brasil derrotó a Perú por apenas 1 a 0, con un gol convertido por Kaká en el segundo tiempo.
La tomó Ronaldinho, amagó, juntó un par de marcas, combinó con Ronaldo, que se dio vuelta, esperó una centésima y juntó más marcas aún, entonces también la soltó, o mejor aún: hundió el bisturí en el corazón del área peruana. Lo dejó solo a Kaká que definió con la elegancia que lo distingue. Duró apenas unos instantes, pero fue suficiente para dirimir un partido que a Brasil se le había complicado y mucho. Con ese tanto, Brasil derrotó a Perú 1 a 0 y quedó segundo, a dos puntos de Argentina en la tabla de posiciones. Perú hizo un buen papel en el Serra Dourada. Resistió la enloquecida embestida brasileña en los primeros veinte minutos, momentos en los que el local buscó con furia y calidad el primer gol del partido. El visitante aguantó y luego hasta se animó a lanzar alguna contra, vía Farfan o Palacios, quines, con espacio, se atrevían a atacar a la defensa brasileña. Tuvo una chance Ze Roberto, pero su zurdazo pasó a centímetros. En un puñado de minutos Ronaldo demostró que no atraviesa un gran momento. Primero, luego de un centro de Cafú, cabeceó mal, desviado. Luego, ya a la media hora de partido, tras una gran habilitación de Roberto Carlos, definió como si fuera un aficionado, desmintiendo su fama y su historia. Brasil iba, pero Perú resistía e, incluso, tuvo una chance, luego de un centro de Palacio que Dida se anticipó en cortar, justo cuando Solano merodeaba sus dominios. Ya en el segundo, la tónica del partido siguió siendo la misma. La diferencia era que el público comenzaba a impacientarse y que Perú, algo más desinhibido, amenazaba con alguna llegada. La primera del complemento, por caso, llegó de parte de Pizarro, pero el cabezazo del delantero del Bayern Munich salió desviado. Parreira mandó a la cancha a Robinho -pedido por el público- en lugar de Juninho Pernambucano, pero a Brasil le seguía costando vulnerar el bloque defensivo peruano, que dejaba la piel por la causa que había ido a defender: la del empate. Hasta que llegó esa jugada del tridente fantástico, esa en la que combinaron Ronaldinho, Ronaldo y Kaká. Como no podía ser de otro modo, produjeron magia, algo distinto, suficiente para que Brasil se llevara los tres puntos y se acercara a Alemania. (AR)
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