Pierden a sus animales por la construcción del Parque Eólico en Picún
La familia Cárdenas dijo que fue en febrero cuando la empresa contratista ingresó al campo rompiendo alambrados y desbaratando lo existente para instalar los aerogeneradores en la zona denominada "Bajada Colorada"
La familia Cárdenas, que vive en el campo donde la Provincia adjudicó la instalación de un Parque Eólico, busca evitar la muerte de unas 500 chivas de pelo angora que huyen del campo de invernada por la actividad de las maquinaras que se instalaron en el lugar.
La Provincia los trató de usurpadores y la Justicia ordenó la instalación de una comisión policial en el ingreso al campo.
Los Cárdenas tienen cinco días para presentar ante al juez de Zapala, Matías Nicolini, su descargo: los planos de mensura del lugar (y pedido de compra), además de los comprobantes de posesión que datan de 1.890.
Mientras esto ocurre, las hembras de genética lograda en el intercambio de las ferias ganaderas del centro de la provincia, huyen de la zona de parición -que es el campo de invernada- y pierden las crías.
“Esto es parte del impacto ambiental que nadie mide. Hay más de 20 crías perdidas desde que empezó la parición y se esperaba una producción de unos 700 chivitos de unas 500 hembras, eso quedará bajo exclusiva responsabilidad de la firma AES y de la provincia, que otorgó terrenos a empresa sin observar que el lugar estaba mensurado, tenía papeles y ocupantes”, señaló el abogado de la familia Cárdenas, Emmanuel Guagliardo.
La familia Cárdenas dijo que fue en febrero cuando la empresa contratista ingresó al campo rompiendo alambrados y desbaratando lo existente para instalar los aerogeneradores en la zona de Picún denominada «Bajada Colorada»
El campo está mensurado y subdividido desde 1.988 y es el legado de los bisabuelos a los cinco hijos de la familia Cárdenas, quienes acreditan ocupación desde 1.890, según los planos de la dirección provincial de Tierras.
La inspección de esa dependencia a principios de año detalló no sólo las construcciones de salón de esquila, corrales y casa de Walter Cárdenas -a unos 1.200 metros donde se prevé instalar uno de los aerogeneradores- sino también las construcciones de su hermano Nelson (una casa de material montada al lado de la de adobe de su bisabuelo), de su hermana Clyde, Néstor y Gladys, en cada caso con la mención de los corrales, cantidad de ganado, bebederos y otras obras de servicios para las viviendas y para la administración ganadera.
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