Piden juicio oral para otro caso de represión: el de Pedro Alveal

NEUQUEN (AN).- La fiscalía y la querella pidieron que vaya a juicio oral la agresión contra Pedro Alveal, el joven ceramista que hace casi cuatro años perdió un ojo víctima de una brutal represión policial. En la causa hay cuatro policías imputados, pertenecientes a los grupos especiales: oficial inspector Alfredo Cortínez, cabo primero Osvaldo Fornara y agentes Néstor Gatica y Elías Cifuentes. Todos están en libertad y no fue posible confirmar si continúan trabajando.

El ataque ocurrió el 25 de noviembre de 2003, cuando faltaban semanas para que terminara el segundo mandato del gobernador Jorge Sobisch, ya reelecto. Ese día hubo una manifestación en la zona del estadio Ruca Che contra la implementación de la tarjeta Confiable del Banco Provincia de Neuquén para los desocupados.

La marcha fue reprimida. En inmediaciones de Godoy y Doctor Ramón iba a realizarse una conferencia de prensa cuando irrumpió un grupo de policías. Alveal corrió pero lo persiguieron cuatro motoristas que trasportaban escopeteros, quienes lo acorralaron y le dispararon. Perdió el ojo izquierdo, donde los médicos encontraron dos postas de goma. En la parte superior del cuerpo tenía alrededor de 60 impactos de proyectiles.

Los imputados negaron la autoría del hecho, y dijeron que habían actuado según lo prescribe la ley.

Para la fiscal Sandra González Taboada, los cuatro policías cometieron el delito de «imposición de vejámenes en concurso ideal con el de lesiones graves doblemente calificadas por haber sido cometidas con alevosía y pertenecer los autores a una fuerza policial».

En el pedido de elevación a juicio señaló que el hecho «fue cometido en ocasión o con motivo de haber participado de un procedimiento inherente a su condición de efectivos policiales». Pero también remarcó que su accionar derivó en un «grosero, desmedido e injustificado exceso del uso de la fuerza pública», y que no se justifica «tamaño despliegue violento» para detener a una sola persona que iba a pie y desarmada.

Por su parte los querellantes Ivana Dal Bianco, Fernando Dalmazzo y Romina Sckmunck encuadraron el hecho como «lesiones graves triplemente calificadas por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, como también por el uso de armas».

Indicaron en su escrito que Alveal «fue víctima de una salvaje cacería humana» sin que el obrero «tuviera oportunidad de defenderse del macabro ataque ni pudiera siquiera repeler las perdigonadas que estallaban contra su cuerpo expuesto».