Piden hasta 15 años por el crimen del balneario

NEUQUEN- El fiscal pidió que condenen a 15 años de prisión a Miguel Moltini, a quien consideró autor del asesinato de Ariel Guzmán y de las heridas graves que recibió Rodrigo Vallejos. Para el otro joven que participó del hecho, Oscar Sánchez Sepúlveda, reclamó 12 años por los mismos delitos en calidad de partícipe primario.

Los defensores criticaron seriamente los pedidos y dijeron que los argumentos del fiscal eran de «una pobreza inusitada». De todos modos, Juan Manuel Vivas Carreras (asiste a Moltini) reconoció que a su cliente se lo podía acusar de lesiones graves en riña y condenarlo a dos años de prisión. Jorge Mena, por Sánchez Sepúlveda, pidió la absolución lisa y llana.

Con los alegatos de las partes, a los que no les faltó polémica, terminó el juicio por el crimen del balneario, ocurrido a las 6 de la mañana del 22 de noviembre pasado. La sentencia se conocerá el lunes próximo, según anunció la Cámara que integran los jueces José Andrada, Emilio Castro y Antonino Gagliano.

Según se estableció a lo largo de cuatro audiencias, Guzmán (23 años, una hija) fue asesinado de una puñalada en el corazón y Vallejos (su cuñado, 20) sufrió una herida grave cuando se trenzaron en lucha con una patota, en el balneario Río Grande. Fue, como dijo el fiscal Ignacio Cano, «un crimen estúpido. No entiendo cómo se puede segar así la vida de un joven».

Es que el origen de la pelea fue absurdo. Guzmán estaba orinando contra un árbol cuando escuchó que Moltini (20), a quien rodeaban una decena de amigos, gritaba «chileno». Quién sabe por qué eso le pareció un insulto dirigido a él y encaró hacia el grupo. Todos estaban con cierto grado de ebriedad.

Entre Moltini y un menor apodado «Chino» le dieron una paliza. En seguida llegó su cuñado Vallejos y les recriminó los golpes, lo que originó una nueva pelea. En alguno de los dos episodios, Guzmán recibió la herida fatal.

Muchos testigos atribuyeron la puñalada al «Chino», quien por su edad ya fue declarado inimputable por la justicia de menores (tenía 14 años al momento del hecho). Pero para el fiscal Cano, esos testimonios fueron interesados porque se trata de amigos de Moltini. «Cuando vinieron a declarar a este juicio sólo les faltaba decir: ah, si me van a preguntar por lo del río, fue el Chino».

Por eso pidió que se investigue por falso testimonio a Honorindo Andrade Rubilar y Néstor Catalá, dos de los que con mayor entusiasmo involucraron al Chino y desincriminaron a Moltini.

Apoyándose en otros testimonios, que consideró independientes, Cano atribuyó la autoría de las puñaladas a Moltini. De Sánchez Sepúlveda (19) dijo que golpeó a las víctimas con una madera hasta dejarlas en estado de indefensión.

También valoró en contra del imputado que después de la pelea, «entregó una bolsa con las ropas que vestía él y sus amigos para que la hicieran desaparecer». Pero la persona encargada de esa tarea se arrepintió y condujo a los investigadores hasta la laguna de Valentina Sur donde la había tirado, y pudieron recuperarla.

«No se hizo cargo»

En cuanto al papel del menor de 14 años, dijo que «los testigos que lo señalan como autor no tuvieron en cuenta que el Chino declaró. Y que no se hizo cargo del crimen».

En efecto, ante la justicia de Menores el Chino (quien no se presentó a declarar en el juicio oral a pesar de que lo citaron dos veces) reconoció haber participado en la pelea pero le atribuyó a Moltini la posesión de la navaja. «Le pregunté si la había usado y no me contestó», dijo.

No fue el único allegado a Moltini que lo incriminó. También Sánchez Sepúlveda había dicho que lo creía capaz de cometer un crimen así.

Investigación «torpe» y alegato «pobre»

El defensor de Moltini, Juan Manuel Vivas Carreras, apostó fuerte en su alegato. Dijo que la investigación del crimen había sido «torpe», que la absolución del Chino por la justicia de Menores había sido con un fallo «inédito» y que el alegato del fiscal Ignacio Cano era «pura retórica sentimental» de «una pobreza inusitada».

Con un perfil más bajo, Jorge Mena dijo que estaba «desconcertado» por el alegato fiscal. «Jamás pensé que lo iba a acusar y pedirle una pena tan tremenda» para Sánchez Sepúlveda. Reclamó la absolución de su cliente por falta de pruebas.

Vivas Carreras no ahorró adjetivos para criticar al fiscal. «Su alegato fue improvisado, sin valorar la ley de fondo, sin profundidad», dijo. «Puede ser que haya sucedido porque es sustituto (Cano está subrogando a Jorge Otegui), pero no puede pedir alegremente 15 años de prisión».

También señaló que «los fiscales están para leer las causas, no para acusar con tanta liviandad».

En un tramo de su alegato, Vivas Carreras reconoció que su enojo se debía a que el fiscal había citado a declarar al padre de la víctima. Como informó este diario, Héctor Guzmán dijo que «en este juicio falta gente», y mencionó a los hijos de dirigentes políticos y del abogado Vivas Carreras, quienes supuestamente tendrían conocimiento de lo que sucedió. «Me siento muy mal, no se debió facilitarle que enlode a la gente. A este hombre lo han determinado a decir estas cosas. Se habla de amenazas, de cuestiones políticas, de abogados que hacen investigaciones paralelas… ¿qué es esto? Nunca había visto algo así», dijo Vivas Carreras.

En cuanto a la situación de su cliente, dijo que sólo se podía probar que había participado en las lesiones graves que sufrió Vallejos, pero no en el crimen de Guzmán. Por eso pidió que se lo condenara al mínimo de la pena que prevé la ley para el delito de lesiones graves en riña, es decir, un año de prisión.

Reconoció que podía haber testimonios interesados, pero también independientes que lo beneficiaban. «Lo vieron pelear con Vallejos pero nadie con Guzmán», señaló.