Perfil de Arabela Carreras: «feminista vanguardista», con paciencia de artesana
Es una barilochense, de 49 años y docente, licenciada en Letras.
Vive desde hace 29 años con Fabián, que ejerce su carrera académica, también en Letras, en la UNRN.
Vegetariana. Incorporó ese modo de vida en la época de estudiante de la Universidad de Córdoba.
La docencia la ligó a la actividad política. “Mi vocación era las clases nocturnas de Literatura en Adultos. Hacía también cursos municipales y allí conocí a (Alberto) Icare”. Esa relación derivó en su incorporación en el 2003 en su equipo político.
Su debut electoral fue en el 2006 al encabezar la boleta del FpV para la Constituyente de Bariloche. Participaba por SUR, liderado por Icare. Al otro año, en el 2007, fue electa concejal.
“Icare advertía a la política como herramienta de transformación válida. Me siento su heredera y muchos vínculos locales tienen que ver con aquella época”. No olvida ese inicio y el domingo, en el furor del festejo, recordó a su mentor.
En el 2009, Icare murió. “SUR tenía su impronta y no dejó sucesión”. Repasa esa orfandad y también valora la experiencia constituyente. Recuerda que casi no tenía expectativa, pero en el 2011 llega la propuesta de Carlos Soria e ingresa como extrapartidaria en la lista de legisladores del FpV.
Desde el 2012, consolida su trato con Weretilneck, que valora su esfuerzo y estudio en el Consejo de la Magistratura. Eso le valió su renovación parlamentaria y le ofreció la cartera de Turismo en el 2017, después de la derrota de Juntos en las elecciones parlamentarias nacionales. “Estoy siempre en los momentos difíciles. Me gustó el desafío y, en lo personal, necesitaba cambiar. En Turismo empecé a hacer visible una maduración”, dice.
Su actitud es un valor destacado por sus pares.
“Es trabajadora y profesional”, la pondera alguien del FpV con quien se repitió en porfías. Recuerda su “incansable” faena proselitista en el 2006 para la elección convencional cuando conoció encuestas adversas. El resultado final fue favorable.
Se atrevió enseguida en la provincia. Exhibía lazos con los ambientalistas, pero recién ingresada, no dudó y fue la legisladora que argumentó la derogación de la ley anticianuro en diciembre del 2011.
Pregona la construcción de consensos en problemáticas difíciles. Por eso, se califica de “feminista vanguardista. No confrontativa. Es un femenismo que lidera y acompaña la transformación de la sociedad”.
Siempre su faena fue trabajada, artesanal y paciente, fiel a su habilidad y práctica de la carpintería con la que dotó a su vivienda. “Éramos docentes asalariados y los ingresos eran limitados. Así, que los muebles iniciales fueron construcciones nuestras”, recuerda.
Con esa pericia y esa perseverancia, Carreras progresó en sus 16 años en la política y, el domingo, se transformó en la primera gobernadora de Río Negro.
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