“Pensar que puede haber conflicto interno es absurdo”
Entrevista a Julio Bárbaro, Intelectual e histórico dirigente peronista
Julio Bárbaro atiende a Río Negro desde Roma. El histórico dirigente y pensador peronista viajó en la semana para visitar al papa.
P-Uno imagina que puede haber una mejor relación entre el peronismo y el papa que entre el macrismo y el papa. ¿Por qué si la relación del kirchnerismo con Bergoglio era tan mala puede haber confluencia con Francisco?
R-Lo que hizo Macri fue malo con todos, me incluyo e incluyo al papa. Cuando asumió dijo que la relación con el papa la iba a manejar la canciller, cuando habían inventado el talento de Malcorra, que nunca existió. Si después de 8 años de ser jefe de Gobierno, y tener al cardenal Bergoglio enfrente, decís que la relación con él como papa la va a manejar la Cancillería… tener mejor relación que la que tuvo este gobierno no requiere demasiado. Fue un destrato.
P-Hace poco salió un documento del Episcopado contra “la ideología de género”, el aborto… ¿ve tensiones con la Iglesia local en ese sentido?
R-La Iglesia tiene que ocupar su lugar; si hay algo que caracterizó al cardenal Bergoglio fue no ser oficialista ni con los Kirchner ni con los Macri. Si hay madurez, cada uno mantiene su postura y el respeto es posible por encima de las diferencias.
El gobernador con mayor pensamiento es Juan Schiaretti. El resto son más pragmáticos que ideológicos.
P-¿En qué situación ve al peronismo en esta fuerza de Alberto y Cristina Fernández?
R-A mí me cuesta hablar del peronismo como estructura ideológica hoy. Creo que en su sector no hacen referencia al estamento original. Creo que hay una estructura de poder popular que se da en torno a un recuerdo: ahora el peronismo es un recuerdo que da votos.
Julio Bárbaro es licenciado en Ciencias Políticas, escritor y un histórico militante peronista. Fue diputado nacional en los 70, secretario de Cultura en la presidencia de Carlos Menem e interventor del Comfer en las presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
P-En esta estructura heterogénea, ¿prevé tensiones en caso de llegar al poder?
R-No veo que pueda haber menos convivencia en el poder que ahora. Alberto es un hombre consciente, que conoce el poder que tiene la presidencia. Pensar que puede haber conflicto interno es absurdo: no lo tuvo Macri, con un parlamento en contra, con lo inútil que es, y lo perverso que ha sido con todos los que lo rodean… Otra cosa es la situación económica o la crisis, pero teniendo a los gobernadores y los sindicatos lo principal, lo más sólido, ya está construido.
P-¿Alcanza con apoyarse en gobernadores y sindicatos para evitar conflictos internos?
R-Es que no hay tensión interna. La tensión interna la generaba Macri con el estúpido de Marcos Peña. Pero si Marcos Peña no llegó a incendiar el país expulsando a Monzó, a Pinedo y a Frigerio… Alberto sabe de política. Estamos volviendo a la política, salimos de la payasada de Macri y Scioli. Las tensiones con La Cámpora son un invento.
P-¿Estas propuestas de manejar el periodismo, reforma constitucional, reforma agraria, selección de jueces, son expresiones marginales o van a estar en la discusión real en el espacio?
No hay ninguna generación nueva, no hay personajes con voluntad de ser estadistas. Fernández es un retorno de la política, y de volver a discutir las ideas.
R-Todo lo estúpido es marginal, no necesitamos discutirlo. La ley de medios, por ejemplo, fue superada cuando Alberto visitó Clarín. Lo demás es para asustar.
P-¿Darle centralidad a los gobernadores no choca con el clásico poder centralizado en un presidente peronista?
R-No, esto no choca con el poder centralizado. El gobernador con mayor pensamiento es Juan Schiaretti. El resto son más pragmáticos que ideológicos. La Argentina sufre una decadencia del pensamiento brutal, basta con ver quiénes fueron los candidatos en el 2015. Hay un conjunto de gobernadores provinciales voluntariosos, pero no hay una expresión de propuesta ideológica importante. Si quiere, también, voluntariosos en el sentido de que se acomodan al poder.
P-Durante los últimos tres años se habló de la necesidad de una renovación del peronismo. Este poder de los gobernadores tradicionales, ¿no cierra cualquier camino de renovación?
R-La política está en decadencia hace mucho, no incluye un debate de ideas digno de tener en cuenta. Ni siquiera hay jóvenes: son poco rebeldes. No hay ninguna generación nueva, no hay personajes con voluntad de ser estadistas. Fernández es un retorno de la política, y de volver a discutir las ideas.
P-¿No es voluntarista pensar que cambia el gobierno y las cosas mejoran de forma instantánea?
R-No veo voluntarismo, creo que es racional. No veo posible un pacto social, lo veo imprescindible.
P-En el PJ reconocen que se van a tener que hacer reformas, como la laboral.
R-Primero habría que ver lo que roban los empresarios y después una reforma laboral. En una sociedad como la nuestra, donde los empresarios son básicamente parasitarios, la reforma laboral es secundaria.
P-Pero son los mismos empresarios con los que hay que pactar…
R-Sí, bueno, hay que hacer un pacto con los productivos, y sacarse de encima a los parásitos. El capitalismo se hace sobre los que generan riquezas, no sobre los que la roban. No es lo mismo.
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