Pechi Quiroga, un visionario intendente

Neuquén

El pasado 12 de octubre partió el intendente de la ciudad capital neuquina, don Horacio Rodolfo “Pechi” Quiroga. No voy a detallar toda su obra porque con solo caminar la ciudad se puede observar su hacer. Puede uno haber estado o no de acuerdo con sus ideales políticos, pero lo que no se puede negar es su preocupación y ocupación en los asuntos de la ciudad. Supo escucharme cuando disentíamos sobre la preservación del patrimonio histórico, y siempre me prometía su conservación. Entre tantos: la Torre de Talero, la plaza Ministro González, el Balneario Municipal, La Fraternidad, los talleres de la ex ENET 1, la antigua U9, entre otros.

Era hijo de Julio César Quiroga y Hortensia Amalia García Córdoba. Y el menor de varios hermanos. Recordaba en una entrevista realizada por una periodista amiga que el abuelo de su madre fue gobernador de Tucumán. Sus padres habían llegado a Neuquén en 1937 durante la gobernación de Enrique Pilotto, provenientes de San Juan. Ya en 1940, don Julio se convirtió en el juez de Paz del Valle, con sede en San Martín de los Andes hasta 1965. Luego continuó su hermano en el cargo.

Para Pechi hubo un Neuquén preexistente, donde está el espíritu de la Confluencia, que es la gran disponibilidad de agua. Idea que heredó de Bouquet Roldán.

Debido al trabajo de su padre, sus hermanos nacieron en diferentes localidades, como Tucumán, San Juan y Buenos Aires. Héctor Elio es el único nacido en Neuquén Capital.

Pechi nació el 17 de septiembre de 1954, en una aldea de montaña con una población inferior a los cinco mil habitantes. Aunque empezó sus estudios en su ciudad natal, en 1964 llegó a Neuquén y fue alumno de la tradicional Escuela Nº 2 Conrado Villegas, donde terminó séptimo grado; siempre recordó a sus maestras, la señora de Borgarello y Bebita Lastra. Luego ingresó en la Escuela General San Martín, que estaba en la calle Santiago del Estero, donde cursó primer año del secundario. En San Martín de los Andes no había nivel medio, por eso cuando terminaban la primaria se tenían que ir a estudiar en Buenos Aires. Sus hermanos estudiaron en el colegio Euskal-Echea de Lavallol y eso significó el desmembramiento de la familia; cada uno empezaba a tomar su rumbo.

Sus inicios en la vida política fueron cuando participó en la creación del primer centro de estudiantes, del que fue presidente en San Martín de los Andes allá por los años 69 o 70. A los trece, trabajó como guía de turismo. Desde 1973 a 1975 estudió Derecho en la Universidad de La Plata, donde militó en el Centro de Estudiantes en la agrupación Franja Morada.

Como no pudo continuar estudiando y trabajando, regresó a Neuquén y en la Escuela de Parques Nacionales se recibió de guía de turismo. Trabajó en el casino provincial como tesorero y en la casa matriz del Banco Provincia del Neuquén. Luego fue jefe de Administración y Comercialización en la planta de CALF e ingresó en Hidronor como jefe de Relaciones Laborales en Obra.

En 1987-1991 fue electo concejal. Entre 1991-1993 regresó a Hidronor con el mismo cargo; renunció en 1994. A partir de esta fecha fue convencional constituyente municipal para la redacción de la Carta Orgánica. En 1995 fue candidato a intendente de la capital. Posteriormente, concejal (1995-1999). En 1999, intendente, puesto en el que cumplió cuatro periodos.

Para Pechi hubo un Neuquén preexistente, donde está el espíritu de la Confluencia, que es la gran disponibilidad de agua. Hacer fértil la estepa patagónica, con la presencia de la arena, el coirón. “Cuando me preguntan de quién fue la idea del Paseo de la Costa creo que quien lo visionó fue Bouquet Roldán, quien dijo: ‘Los muertos cerca del sol [delineaba el cementerio central]; los vivos cerca del agua’”. Encontrar la comunión entre el agua y el río. Para comprender el Paseo de la Costa hay que conocer la ciudad desde el río. Antes, con las crecidas, la ruta 22 actuaba como defensa de la ciudad; pero a partir de la construcción de El Chocón el río es manejable y previsible. Su amor por las artes y la cultura quedó reflejado en el Museo Nacional de Bellas Artes. “No sé si soy más feliz que agradecido. Estoy agradecido a Dios, al pueblo de Neuquén, a mi familia” dijo una vez.

Acompañamos como pueblo neuquino a sus hijos, sus nietos y a toda su familia con este sencillo homenaje.

Además, por todo lo explicado es que me uno a quienes opinan que ese Paseo de la Costa o el Parque Norte deberían llevar su nombre.

Beatriz Carolina Chávez

DNI 6.251.256


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