“Parecían profesionales”, dijeron sobre el robo al supermercado en Cipolletti
Tras el violento asalto que ocurrió el domingo, la policía busca alguna pista que permita esclarecer el hecho. Cuatro personas que sufrieron el robo fueron violentadas, atadas y abandonadas en el lugar.
“El papá de mi tío estaba muy preocupado, él debía llegar a las 00, pero era la una y no había noticias”, se lamentó Alejandra, que contó como se vivió por dentro el robo al supermercado ubicado en el barrio Don Bosco de Cipolletti. Su tío es repositor y a pocos minutos de las 00 del domingo, cuando salía del lugar, fue reducido por tres hombres con la cara tapada y guantes de látex. “El muchacho que hace seguridad se resistió y le pegaron mucho y lo picanearon”, relató.
El fiscal a cargo del caso, Guillermo Merlo, aseguró ayer que no se pudieron recabar huellas digitales y que por tener las caras tapadas, tampoco pudieron identificar a los tres ladrones en las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad. No están seguros de cómo escaparon y suponen que podría haber un cuarto hombre que garantizó una rápida huida.
El robo se dio durante las primeras horas del domingo en el supermercado ubicado en la calle Bolivia. Allí tres hombres rompieron un portón y esperaron escondidos bajo un camión por unas dos horas, para asegurarse que el personal policial que custodia la recaudación abandonara el lugar. Equipados con armas de fuego y picanas eléctricas redujeron a un guardia de seguridad privado e ingresaron para recaudar la caja chica del local. Aproximadamente unos 100 mil pesos fue lo que lograron robar, para luego escapar por el portón que da a un patio interno del local. “Se llevaron el control del portón para poder salir”, contó Alejandra.
“Parecían profesionales, tenían la cara tapada, guantes de látex y parecía que habían hecho inteligencia antes de cometer el hecho. Aparentemente no lo hicieron muy bien porque la recaudación del día ya no estaba en el lugar”, señaló. Sin embargo todo parece indicar que buscaban, justamente, la caja chica, ya que eso garantizaba la ausencia de personal policial en el predio.
“A mi tío lo apuntaron con un revólver”, contó la mujer y resaltó que “al de seguridad, que sí se resistió, le pegaron y lo picanearon”, sostuvo. Tras reducirlos con precintos, también ataron al gerente que contabilizaba el efectivo de la caja chica y a una cajera. “Se llevaron casi cien mil pesos”, confirmó Merlo.
Antes de retirarse recogieron los celulares de las personas que trabajaban en el lugar, una computadora y el control remoto del portón lateral por el que ingresan los camiones con mercadería. Allí podría haberlos esperado un cuarto hombre, para proporcionar el transporte que les permita “desaparecer inmediatamente del lugar”, según precisó el fiscal.
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