«Para nosotros fue un femicidio, lo hicieron con saña»
Hoy se cumple un mes del asesinato de María José Villalón Escudero, ocurrido en el barrio Cordón Colón de Neuquén. Tenía 39 años y 5 hijos. Hasta el momento no se encontró el arma, ni hay acusados.
Desde la plaza se puede ver un mural sobre ladrillos enblanquecidos que dice “violencia no es amor” y un rostro feminizado con un moretón en el ojo. A la izquierda está el cementerio Parque Progreso de la ciudad de Neuquén, ubicado sobre calle Abraham. En la pared que da hacia Arabarco escribieron: “Mi barrio no es delito 26/11/2019 48 3°D” y al lado “Cuando la gorra crece, los derechos desaparecen”. Adentro, María José Villalón Escudero, de 39 años y 5 hijos, fue enterrada por su familia luego de haber sido asesinada hace exactamente un mes.
“Cuando nos avisaron nos dijeron “se cortó el cuello”. Lo primero que pensamos es “se suicidó”. Apenas llegamos al lugar descartamos enseguida el suicidio”, contó Génesis Villalón, su sobrina. La última vez que la vio con vida fue antes de Navidad. Su tía era la menor de cinco hermanos de una familia oriunda de Chile. Vivía en el barrio Cordón Colón, que nació como un asentamiento entre cañadones, y todavía hoy no tiene asfalto.
El cuerpo de María José fue encontrado al pie de la cama por uno de sus hijos con múltiples lesiones de arma blanca. Se desconoce quien o quienes las provocaron.
“Para nosotros fue un femicidio, lo hicieron con saña. Esperemos que la fiscal investigue y no se deje llevar por comentarios, por prejuicios de las personas, por el barrio en sí y por todo eso, que no nos deje de lado, porque no nos dicen nada, tampoco a mis primos los han llamado para darles noticia”, repitió la joven.
María Eugenia Titanti aseguró que están trabajando con “hermetismo” y que el femicidio “es una gran posibilidad” (ver aparte).
Génesis tiene el pelo azabache y mientras charla pispea a su hija de tres meses. Levanta la mano para saludar a una chata que toca bocina. Son sus hermanos. Explicó que los abuelos le pusieron ese nombre “por la biblia”, aunque a su mamá la convenció porque le recordaba a la banda británica de rock.
La joven de 23 años limpió la casa de María José cuando terminó la labor policial. “Había machas salpicadas en la pared, en el placard, en el colchón, en el piso. Tuve que ir a reconocer el cuerpo, tuve que estar presente cuando la sacaron de casa, ¿y yo de donde saqué todas esas fuerzas? No sé, y esa frialdad para agarrar y decir es mi familiar, es mi tía, es María José, bueno alguien lo tenía que hacer”, relató.
Agregó: “Ella era gritona, era peleadora, peleadora en el sentido de que cuando algo no le parecía justo, peleaba de frente. Yo me crié con ella hasta los ocho años. Trabajaba en un comedor comunitario. A mi mamá le sacaron una parte de su alma. Cuando pasó esto me dijo: “tanto que cuidé a mi hermana más chica, para que le venga a pasar esto”.
“Vamos a pedir por escrito una reunión con la fiscal”, dijo Celina Fernández, la abogada querellante que representa a la familia. Planteó que hay una “dificultad cierta en el acceso a la información”. “Nosotras no podemos precisar sobre que líneas están investigando, no es nuestra tarea precisarlas, pero si estaría bueno conocerlas porque sino lo que hacemos es duplicar el trabajo”, manifestó.
Indicó que de acuerdo al informe preliminar de autopsia que se practicó el 15 de enero, el cuerpo de María José tenía en total 13 lesiones, de las cuales diez estaban ubicadas “desde la cervical hasta la cabeza”. Las heridas que presentaba en su palma izquierda evidenciaban que intentó defenderse.
“Para mí es una escena clara de femicidio, la forma en que fue hallado el cuerpo, no había posibilidad de una escena de autolesión”, remarcó.
Hasta ahora el Poder Judicial no ha podido determinar en qué circunstancias se produjo la única muerte violenta de una mujer ocurrida durante enero en la capital. En la foto María José tiene una mini de jean tiro bajo, musculosa y lentes de sol en la mano derecha. Se ríe mirando a cámara. La imagen es ahora un cartel para pedir justicia, a seis años de la primera marcha de “Ni Una Menos” y a tres días de una convocatoria nacional por el femicidio de Úrsula Bahillo en Rojas: “No sé si ese era el destino de mi tía, claramente para mí no, porque a ella la mataron en su casa, en su cama”.
La fiscal María Eugenia Titanti está a cargo de la investigación. Durante la feria judicial intervinieron Sandra Ruixo y Carolina Mauri.
“Yo tomé el caso apenas me reincorporé y ya dispusimos todo lo que es pericia sobre los elementos que se secuestraron ahí en la casa, ADN, análisis de las sábanas, el relevamiento de testigos se hizo pero se profundizó, yo volví a entrevistar a la mayoría de los testigos, estamos haciendo análisis de teléfonos en la zona”, afirmó la funcionaria.
Sostuvo que acordó con el personal policial mantener “un hermetismo, como para que no se nos pase nada”.
Señaló que en la vivienda no faltan pertenencias de valor. “No tenemos ningún elemento que nos permita suponer que fue un robo”, agregó. El arma con la que se produjeron las lesiones tampoco fue encontrada.
Sobre las líneas o hipótesis planteó que el femicidio “es una gran posibilidad.”
“La muerte violenta de María José está clarísima. El hecho en sí denota muchísima violencia y en todo caso el vínculo o la relación con el agresor, yo lo tomo como un femicidio, parto del femicidio y voy bajando. Es así, porque vamos de lo más a lo menos, esto es una gran posibilidad. Yo no te la puedo asegurar ahora porque sería una afirmación en abstracto, no es que tenga un elemento, pero lo cierto es que basándonos en protocolos y guías que tenemos nosotros de actuación, ya el hecho en sí denota un acto de sometimiento violento hacia la mujer y eso, conforme nuestra postura, encuadraría en un femicidio. Pero en abstracto, no te estoy adelantando una formulación que ya tengamos pensando hacer”, manifestó.
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