Para Arroyo la situación social está «agarrada con alfileres»
"No hay margen para escatimar ayuda", expresó el ministro de Desarrollo Social, quien además manifestó que los movimientos sociales son "cruciales".
El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, asumió que «la situación social está agarrada con alfileres» y que «no hay margen para escatimar ayuda en el país”, consideró «crucial» la tarea que realicen los movimientos sociales para el despliegue de los programas que desarrolla el Poder Ejecutivo y se mostró optimista respecto al compromiso asumido por los sectores productivos y gremiales.
En una entrevista que publica hoy en el portal Infobae, el ministro habló de planes futuros, una vez pasada la emergencia, y adelantó que la idea es un plan al estilo “Bolsa Familia”, que «funciona en Brasil» y «articula todas las políticas sociales en las necesidades de una familia».
El ministro dijo que los primeros objetivos que se trazó el gobierno del presidente Alberto Fernández son «atender el hambre» y que «todos coman bien», «desendeudar a las familias» y «vincular planes sociales con trabajo».
Además, repasó el primer paso que se dio con la tarjeta alimentaria destinada a la compra de alimentos de la canasta básica para las mujeres con hijos en situación vulnerable, las embarazadas y las personas con discapacidad.
Estas tarjetas arrancaron en Concordia y la idea es «llegar a dos millones de chicos y un millón y medio de beneficiarios», explicó el funcionario.
En cuanto a desendeudar a las familias, aseguró que existe «una línea de créditos no bancarios del 2 y 3 % para comprar máquinas y herramientas», que apunta a unas «cuatro millones de personas que trabajan y no pueden acceder a un sistema de crédito bancario con tasas muy altas».
Respecto a compaginar planes sociales con trabajo, precisó que «la idea es apuntar a la producción de alimentos, el sector textil, la economía del cuidado y el reciclado».
La idea es, más allá del contexto de emergencia, que estas políticas además de «frenar la caída y sentar la base para la recuperación» sean «la base del cambio estructural» que trascienda los distintos gobiernos.
Según dijo, el presidente Alberto Fernández le dio dos tareas centrales para una primera etapa, que son «bajar la pobreza y construir movilidad social ascendente».
Arroyo agregó que a esto le sigue una segunda etapa de políticas públicas que apuntan a los jóvenes, a la primera infancia, a los mayores de 45 años que salieron del mundo laboral porque los cambió la tecnología y a las economías regionales.
Destacó también que «las crisis sacan lo mejor de la Argentina» y en ese sentido señaló el acuerdo que se firmó con los sectores productivos y los gremios, sobre lo que destacó que «veo al sector productivo comprometido en esto».
Para entender la dimensión de la crisis y la urgencia de salir de ella, Arroyo explicó que «la situación social está agarrada con alfileres y por eso todos debemos poner el acento en lo prioritario» y subrayó que «no hay espacio para escatimar ayuda», aún cuando haya que honrar la deuda externa.
«Es importante honrar la deuda pero con los 45 millones de argentinos adentro», planteó.
En cuanto al Consejo del hambre, dijo que están las entidades sociales, la producción, los movimientos sociales y del trabajo, y que tendrá «tres o cuatro reuniones al año con un observatorio en tiempo real, que irá marcando el funcionamiento de los planes».
El país tiene hoy «muchos problemas» y «requiere solidaridad de todos», destacó el ministro, quien explicó que en el caso de la tarjeta de alimentos requerirá un presupuesto de $60.000 millones al año e implicará «una reasignación de partidas», al tiempo que recordó que hay «mucho presupuesto subejecutado».
Respecto a los movimientos sociales aseveró que «son parte de la Argentina y no habrá resolución de problemas sin ellos».
«Van a formar parte de la gestión y estarán vinculados a la producción con la economía social. Así que son parte de la solución y no vamos a discriminar a nadie. Yo me reúno con todos. Hay distintas miradas políticas, pero todos debemos orientarnos al trabajo», dijo, y al ser consultado por el dirigente social Juan Grabois, aseguró que tiene mucho respeto por él y que «esta de parte del lado bueno de la vida». «Juan y gran parte de la CETEP son parte de nuestro proyecto», subrayó el ministro.
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